OO7 | COME HERE! II

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Sebastian Stan

El sonido del teléfono sonando me sacó de mi relajante sueño

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El sonido del teléfono sonando me sacó de mi relajante sueño. Frustrada, observé la hora en el reloj sobre la mesa de noche; 3:17 AM. El incesante tono de llamada me obligó a tomar el aparato entre mis manos para saber de quien se trataba.

Sebastian -decia en grande. Me preocupé demasiado y respondí. Sebastián no me llamaría a las tres de la mañana para nada, algo debió pasar.

-hola?- pregunté, sin rastro de sueño. Cuando se trataba de James nada me detenia, porque nada ni nadie me importaba más que ese pequeño de ojos claros y sonrisa alegre.

-mami...- murmuró sollozando, el niño de seis años. Me alarme.

-James, amor, que ocurre?- me levanté de la cama con rapidez y coloqué un abrigo sobre mi simple pijama de Bob esponja. Mi cabeza tiraba cientos de ideas por segundo de lo que sea que pasó para que James me llame en este estado.

-es papá, él está gritando mucho, y su amiga también- dijo con voz rota. Al comprender lo que ocurría, suspiré. James desde pequeño detesta los gritos, éstos lo ponen nervioso y lo dejan intranquilo. Además mi pequeño era muy sensible cuando de sus padres se trataba, y oír a Sebastian gritar como loco a las tres de la mañana seguro no era muy tranquilizador para dormir.

-hijo, ya hablamos de esto, sabes lo que tienes que hacer cuando alguien grita- sentía lástima por mi pequeño y deseaba con todas mis fuerzas tenerlo a mi lado para abrazarlo y no soltarlo hasta que se tranquilice.

-ya lo intenté, mami, no funciona- oí como sorbió sus mocos -puedes venir? Te necesito para poder dormir...-

-James, estas con tu padre ahora. Hace tiempo que no lo ves por su trabajo, seria injusto que yo llegara y...-

-porfavor, mamá- insistió -te necesito..- y cortó. Resoplé y me tiré sobre el sofá en una mezcla de cansancio y frustración. Que debía hacer? James, como ya dije, siempre iría primero en mi lista. Y es por eso, que lo más sensato sería que fuera a tranquilizarlo. No a ver a Sebastian claramente porque el es el ex que aún no supero, y sé que si lo veo todo será más difícil.

__

Bajé del coche y me acerqué a la gran casa del que alguna vez fue mi esposo. Sebastian tenía mucho éxito como actor, y es por eso que gozaba de muchas riquezas.

Una vez frente a la puerta de la mansión decidí tocar un par de veces. Espere paciente y con algo de vergüenza, hasta que la puerta se abrió, al poco tiempo de esperar.

Sebastián abrió la puerta y en su mirada noté la sorpresa en sus ojos. Sus orbes azules estaban algo rojizo, señal de que había llorado. Su cabello estaba despeinado y su barba era de apenas unos días.

-Miley?- dijo confundido -que haces aquí?-

-James me llamó, llorando- recalco -me pidió que viniera para tranquilizarlo, creí que sabias lo que los gritos causaban en él- mi tono era duro. Situaciones como estas me recordaban el porqué del divorcio con Stan. El castaño era un buen esposo y padre, pero su trabajo lo tenia siempre muy ocupado y olvidaba los pequeños e importantes detalles acerca de James.

El actor suspiró -si...lo siento, no fue un buen día- me indicó que pasara a la casa con un gesto y eso hice. El lugar estaba igual que la última vez que vine. Y pensar que alguna vez vivimos juntos aquí, como una familia unida y feliz, lograba que mi corazón doliera.

-Sebastian se supone que debes cuidar de él- reproche -donde está?-

-ya está dormido- al oír aquellas palabras supe que había venido hasta acá para nada. Este había sido otro de los planes de James para unirnos a Sebastián y a mi -supongo que él jamás se rinde- sonrió el rumano, pensando en lo mismo que yo. Sonreí.

-creo que debo irme- hablé con vergüenza, con la mirada clavada en el piso.

-puedes quedarte a pasar la noche- ofreció -despues de todo, éste también es tu hogar- sonreí ante la calidez de sus palabras. Nuestro matrimonio no había acabado en malos términos, todo lo contrario.

-no quiero que James crea cosas que no son- dije, notando la cercanía de Sebastian. Él no dijo nada, simplemente asintió, pero después de unos segundos, sus manos tomaron mi rostro y acercaron mis labios a los suyos.

Al principio intenté resistirme, pero al sentir el movimiento de sus carnosos labios contra los míos me fue imposible hacerme la fuerte. Sus manos tomaron mis caderas y sus dedos acariciaron la piel de esa zona.

Acaricie el cabello que caía en su nuca, mientras él me acomodaba sobre el sofá. Sus besos bajaron hacia mí cuello y sus manos masajearon mis senos por encima de la tela. Jade y abrí mis ojos, dándome cuenta de lo que estábamos haciendo.

-Sebastian- lo llamé con la respiración agitada, el aún se mantenía concentrado en besar mi cuello -Sebastian, debemos parar-

-que? p-pero porqué?- preguntó, separándose de mi y observándome confundido.

-esto está mal- negué, empujándolo suavemente para que saliera de encima de mi.

-Miley, es solo sexo. Que podría salir mal?-

Es solo sexo. Esas palabras daban vuelta por mi mente. Para él era solo eso, solo un polvo más, mientras que para mí podía llegar a ser muchísimo.

En ese momento comprendí que Sebastian no buscaba enmendar las cosas entre nosotros, solo buscaba un corto momento de placer. Y también llegué a la conclusión de que, estaba enamorada de él, y él, había logrado romper mi corazón con solo tres palabras, otra vez.

-esto se acabó hace tiempo, Sebastian- murmuré, cabizbaja -está hecho-

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Quería hacer una segunda parte de este shot pero lamentablemente no tenia ideas y por eso quedo tan mal. Mis disculpas ♡.

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  SEBASTIAN STANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora