O13 | TOXIC

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Sebastian Stan

Deslicé el líquido por mi garganta, sintiendo el ardor propio de éste

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Deslicé el líquido por mi garganta, sintiendo el ardor propio de éste. Era mi primer fin de semana libre después de tantos contratos con películas y lo estaba pasando bien a mi manera.

Mis amigos me acompañaban, contando sus chistes y coqueteando con las mujeres alrededor de nosotros. Habíamos decidido visitar uno de los bares más reconocidos de la ciudad, necesitábamos divertirnos después de tanto trabajo, y con divertirnos supongo que ya saben a que me refiero.

El lugar estaba repleto de personas, algunas bailando, otras bebiendo y otras comiéndose como si no hubiera un mañana. Percibí como una intensa mirada estaba sobre mi y, cuando giré, me encontré con una linda morena mirándome desde los asientos del bar. Ella me sonrió, notando que la había descubierto, y levantó su vaso en mi dirección.

-la chica grita que te la folles, hermano- dijo Ed, apareciendo de repente y mirando a la castaña a unos metros.

-no vine a eso, Ed- respondí, bebiendo otro sorbo de mi vaso. No mentía cuando decía que solo había venido a divertirme con mis amigos, sinceramente no tenia planeado llevar a una mujer a mi cama esta noche, pero esa morena me lo estaba dificultando.

-estas loco!?- exclamó Westwick, sentándose junto a mi -este lugar está lleno de mujeres hermosas, y tú no planeas acostarte con ninguna?-

-Ed yo no soy el que sufre por mal de amores- contesté burlón, mi amigo había terminado con su pareja por una infidelidad por parte de la fémina. El pelinegro estaba devastado, y se desquitaba llevando una mujer diferente cada noche a su cama.

-ni me lo recuerdes- murmuró, cabizbajo. Miré apenado a mi amigo, hasta que éste levantó su rostro con una sonrisa socarrona plantado en ella, claramente estaba borracho -bueno, vuelvo a la contienda- se levantó y se fue en dirección a una rubia.

Sonreí viendo a mi amigo y negué, envidiaba sus ganas de coquetear con toda chica que le cruzaba. Esta noche sin dudas me iría solo de aquí, pero al menos me iría sobrio.

__

Sonreí victorioso al ver como la morena gemía debajo de mi una vez llegó al clímax. Dejé un beso en sus labios y me acosté a su lado, cubriendo nuestros cuerpos con la blanca sábana.

Aún no entendía como había llegado aquí, pero no dudaba que me había encantado. A la castaña solo le bastaron unas palabras y una sensual sonrisa para tenerme a sus pies. Había disfrutado cada momento de nuestro encuentro sensual, había sido el mejor polvo que tuve en mi vida.

-eso fue increíble- susurró Mía, así se llamaba la bonita castaña sobre mi pecho. Acaricié su cabello mientras sentía sus dedos haciendo trazos invisibles en mi pecho.

Pero esto apenas empezaba. Jamás habría creído que aquella muchacha se convertiría en mi acompañante en la cama las siguientes noches, o que después de meses se volvería mi novia, porque si, mis sentimientos hacia ella habían aparecido. La quería, solo para mi, y que mejor que asegurar eso uniéndonos en una relación?

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  SEBASTIAN STANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora