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La sala de entrenamientos se hallaba con unos pocos jóvenes que practicaban de manera dura y sin descansa. Me hallaba pasando entre las diferentes parejas que combatían entre sí, corrigiendo algunos movimientos errados y felicitando cuando veía un buen trabajo.
Recordé momentos en los que quien luchaba era yo contra Wanda, queriendo perfeccionar nuestras tácticas de defensa y, de paso, ayudándola a controlar y comprender sus poderes. Sufríamos de la misma condición, dos brujitas solas por la tierra a nadie a quien recurrir por instrucciones a excepción de ellas.
Habíamos encontrado un lugar en las instalaciones Stark, ahora comandadas por la señorita Pepper, quien gentilmente nos había permitido residir y trabajar allí. Wanda se dedicó a sus propios asuntos, aún no tenía demasiado control de sus poderes, mientras que yo había sido reclutada por Fury para instruir sobre defensa personal a los jóvenes Vengadores que apenas comenzaban con su entrenamiento.
-okay, chicos, están listos para pasar a la siguiente fase del entrenamiento por lo que veo- mi suave pero autoritaria voz llamó la atención de los aprendices -la pregunta aquí es...se sienten listos para la siguiente fase-
No hubo duda en sus semblantes a la hora de asentir con seguridad y eso me hizo sonreír orgullosa antes de mover mis manos con elegancia y rapidez, redireccionándonos a un planeta devastado por pasadas razas alienígenas, aunque eso no implicaba que se hallara desolado. Todos parecían sorprendidos, temerosos e incluso mareados por el repentino cambio de escenario y fijaron su confusa mirada en mi.
-lucharán con las peligrosas especies que aquí residen. Recuerden el trabajo en parejas que hemos estado practicando, no pueden dejar que su compañero salga herido ni de cerca, porque si un par de criaturas pueden con ustedes ahora, cómo puedo confiar en que no lo hagan cuando la tierra sea quien sufre el ataque?-
-qué son?- una de las aprendices preguntó, el temor era palpable en su voz. Apreté mis labios en una fina línea y señalé detrás de mi una horda de aquellas malévolas criaturas dirigiéndose a nosotros con rapidez y clara furia. Comencé a levitar hasta llegar a una distancia prudente, sonriendo de lado.
-descúbranlo por ustedes mismos-
Logré oír insultos llenos de miedo a mi persona en sus cabezas, pero lo dejé pasar, sabiendo que aquella situación era peligrosamente nueva para ellos.
Lo estaban haciendo bastante bien por ser su primera vez, y cómo no luego de tantos meses entrenando sin descanso. A lo lejos unos insultos llamaron mi atención y levité cuidadosamente hacia allí hasta que mis ojos se encontraron con aquel par.
Sam Wilson y Bucky Barnes se hallaban allí. La confusión era notable en su mirada, y claro, se habían perdido toda la clase, cómo sabrían donde se encuentran. Pero a pesar de eso luchaban muy bien juntos, eran una dupla increíble. Protegían su espalda y la de su compañero de una forma casi profesional, aunque el golpe en el rostro de Bucky parecía decir lo contrario.
