Glee y sus personajes no me pertenence.
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Una hora de plazo aquel 3 de Marzo. Una hora de idas y venidas para entregar uno de los trabajos más importantes para su carrera.
- ¡Demonios!
El negocio estaba hasta la puerta de gente impaciente por obtener su número y ser atendido a la brevedad. Miró una vez más en el día su reloj pulsera marcando la sentencia de su muerte si no salía de allí rápidamente. Cuarenta y cinco minutos para salvar su trasero.
- ¡Quince! - Gritó una de las empleadas - Quince - volvió hacerlo. Miró su número treinta. Estaba literalmente frita, no saldría de allí a tiempo.
Frustrada suspiró y bajó la mirada hacia su bolso para sacar el pendrive donde contenía sus documentos.
- Siempre dejo todo para último momento. Mamá siempre me lo dice. - Pensó.
Un banco en solitario llamó su atención tras ver el negocio abarrotado de personas, pero un pequeño papel bajo de el fue su atracción principal. Con disimulo caminó hacia el y se agachó para recoger lo que podría ser su salvavidas.
¡Bingo!
- Diecisiete
- ¡Aquí! - exclamo eufórica, el día no estaba perdido después de todo. - Aquí - dijo casi sin aliento tras poder llegar al mostrador - Hola - sonrió
- ¿En qué puedo ayudarla?
Sin pensarlo extendió su mano e hizo entrega del pendrive - Necesito plotear esos planos, escala 1:50 por favor. - dijo sin respirar.
El joven caminó hacia una de las maquinas y comenzó con su trabajo. Tras ver la primera hoja salir el alma le regreso al cuerpo y se dedicó a revisar su móvil y sacar su billetera para hacer más rápido el trámite de pago.
¿Ya vienes? - Ryan
En veinte estoy
Tecleo rápidamente y guardó su móvil tras ver como el joven enrollaba sus planos para colocarlos a salvo en un tubo negro.
- En caja te cobraran - le dijo el joven empleado.
- Gracias - se desplazo hasta la caja y pagó por sus planos. Con su trabajo en mano se apresuro en salir de allí. El aire fresco golpeó sus mejillas logrando disminuir la desesperación por llegar a tiempo. Su reloj, volvió a mirarlo, le quedaba un poco más de media hora. Genial.
- ¿Lo has logrado?
- Aquí están. Vamos rápido, por favor. - pidió acomodándose en el asiento del copiloto asegurando su vida con el cinto.
- Deberías de haber empezado antes para no estar a las corridas a último momento ¿no crees?
Suspiró contando los árboles que pasaban por su ventana, no quería discutir y odiaba cuando comenzaba con esos planteos en medio de una entrega como esa. Sus nervios estaban de punta y la gente parecía querer aumentar aquello.
- No comiences.
- Porque sabes que tengo razón.
- No todos tenemos la capacidad de tener la vida organizada. Lo siento.
- No te hagas problema. No te disculpes por ello.
- Estaba siendo irónica, Finn.- Sin más subió el volumen a la radio acabando con la poca conversación que había comenzado su novio. Sacó nuevamente su móvil para verificar si allí había algo nuevo, de último momento, pero su buzón de mensajería descansaba tranquilo. Volvió a suspirar, ya todo estaba encaminado tras pasar el puente que la distanciaba de su objetivo.