Capitulo Cuatro

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Quinn se sentó en la alfombra de su habitación luego de un día agitado de estudio recuperando las horas perdidas gracias a su amiga y su resaca de una buena fiesta. Aquella alfombra, aunque nada extravagante, lograba desconectarla de la realidad con su suave pelaje color crema. Con su espalda apoyada contra el borde de la cama y sus auriculares tapando sus oídos, provocaban que cerrara sus ojos y viajara mentalmente lejos de allí.

La conversación que había tenido minutos antes con su mejor amigo había dejado algo pendiente en ella. No solo tocaron temas banales, sino también el tan dichoso Alex y su rol en la vida de Quinn.

"Nunca lograras entregarte a alguien para amarlo completamente"

Le dijo haciendo referencia al dichoso amor de verano, tras hacer un vistazo intensivo en sus amores pasados. Siempre había algo que no terminaban por darle la confianza necesaria para entregarse a ellos. Alex cumplía con todos los requisitos pero se lo había buscado lejos, quizás inconscientemente, pero haciendo hincapié en su teoría. Pero Blaine no se daba por vencido empujándola a que se aventurase a un nuevo amor, en su misma ciudad. Claro, como si aquello fuese tan simple. Sabía que con su dulzura y lindo rostro podría conseguir a alguien, pero su timidez aplastaba cualquier cualidad. No podía ni imaginarse la idea de tener que enfrentar a un chico y decir

— ¡Ey! hola, quisiera tener una cita contigo. Llámame — luego casarse, tener hijos, comer perdices y ser felices para siempre.

Si tan solo hubiese podido amar en su momento a Blaine como algo mas seguramente todo sería más fácil.

Quizás si no fuese tan tímida y su vida no estuviera tan expuesta gracias a su padre.

Quizás si… si tan solo…

Suspiro y tiro su cabeza hacia atrás apoyándola en el colchón. Se sentó de lado mirando hacia la cabecera de su cama observando cómo descansaba su notebook, esta vez llamándola a que la tomara y navegara un poco en la red.

Aun no sabía porque tenía el presentimiento de tener que encenderla. No era común en ella pasar tiempo detrás de una pantalla pudiéndolo invertir en algo más productivo según ella. Pero con la carrera que eligió seguir esta vez, pronto pasaría las noches enteras diseñando en ella.

Sin hacerse esperar más, se paro con intensiones de tomar la notebook y sentarse en su escritorio. Mientras que la maquina iniciaba, ella se tomaba su tiempo para ir al baño y volver acomodarse frente a ella. Solo esperaba que esta vez su presentimiento no sea en vano.

●●●

— Te amo cielo. — dijo Finn girándose en su cama para observarla.

Rachel observaba con detenimiento el programa que estaba abierto en su computadora intentando buscar la mejor orientación para las aberturas en aquel plano. ¿En verdad me amas o esto es solo un juego? Quería preguntarle frunciendo sus labios, porque lo había escuchado perfectamente, y porque quería convencerse de que estar a su lado no era un error.

— Yo también — respondió cuando el momento para preguntarlo había pasado.

— ¿Tienes planes para más tarde? Quizás podríamos hacer algo.

— No lo creo. Este plano me llevara un par de horas y en verdad estoy cansada — sintió el suspiro de Finn y se atrevió a girar en su silla esperando que lo peor iniciase.

— Pero después de eso podrías venir a dormir a casa ¿no?

— ¿Qué hay con tu hermano? — preguntó recordándole a su novio que la relación con su cuñado no era la mejor en esos momentos.

AMOR A SEGUNDA VISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora