Capitulo Nueve

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Luego de haber almorzado, Quinn ayudó a su madre a lavar la vajilla y tendió la ropa que aun permanecía húmeda en el lavarropas. Cuando volvió a su habitación no hizo más que tirarse en su cama, con los pies en las almohadas mirando directamente hacia la pared. Podría estar allí por horas, teniendo en cuenta que no tenia actividades para la universidad aquel día, sin embargo, perder el tiempo de esa manera no hacía más que fastidiarla. ¿Cuándo se había vuelto tan floja? Suspiro revolviendo un poco su melena, flexiono sus piernas y volvió a estirarlas una vez arrastro su cuerpo hasta cerca de la cabecera, dejando su trasero sobre la almohada. Estiro sus piernas hacia arriba formando una perfecta "L"

¿Qué ocurre contigo, Quinn?

El sonido de su computadora encendida capturo su atención provocando que girara solo su cabeza para corroborar que ventana era la que molestaba. Facebook titilaba, seguramente, con mensajes de Amy. Se preguntaba que estaría haciendo Rachel Berry en esos momentos. Por cuestiones de tiempo, no había tenido la oportunidad de responder el último mensaje que le al facebook de su hermano y, por su mente, ya comenzaba a correr la idea de arrepentirse de todo aquello, de abortar la misión de conquista. El día que todo saliera a la luz Rachel seguramente la odiaría por siempre. De todos modos, salía perdiendo.

Tenía que ser honesta consigo misma, cosa que rara vez sucedía, tenía que admitir que lo que realmente quería escribir era que estaba loca por ella, pero ahora mismo solo se le ocurría preguntar: ¿Crees tú en las almas gemelas? Por razones que aun no podía explicar, Quinn quería saber realmente que pensaba respecto a eso. Rachel hablo sobre el destino, ella sobre almas gemelas. ¿Qué tanta importancia le dará a eso? ¿Se burlaría de ella por tal pregunta?

Suspiro nuevamente fijando su vista en la pared. Ya era demasiado tarde para arrepentimientos. Nunca debió buscarla en facebook, mucho menos hablarle. Debería de haber olvidado a la morena de ojos profundos. Ya sabía de ella, sabia quien era y que estudiaba. La tenía más cerca de lo que pretendía. La bomba hacia tic tac en sus manos, a punto de explotar. Lo mejor en esos momentos seria olvidar el tema. Cerrar ese facebook, o al menos bloquearla. No quería seguir mintiendo, pero no podía decir la verdad. Lo mejor era parar, parar a tiempo, no responder más y seguir adelante.

Sin embargo, quería saber ¿Por qué has dejado de dibujar? ¿Ha sucedido algo? Se preguntó Quinn. A veces a mí también me suceden cosas que me quitan las ganas de hacer hasta lo que más me gusta, en este caso fotografiar cosas. Necesito al menos una vez a la semana tomar mi cámara y escapar de este mundo con unos simples flashes.

Dejo que el sonido de la computadora llenase la habitación mientras no miraba nada en particular, nada más allá de la punta de sus pies, como sus dedos gordos se movían dentro de sus medias, al compás de la canción que tarareaba en su mente. Después de un momento no lo soporto más, ya había pensado en ella y sabía que no hay vuelta atrás. Salto de su cama y se sentó en la silla cliqueando en responder cuando abrió la cuenta de su hermano.

Querida Rach...

¿Puedo llamarte así, o crees que es mucha confianza? De todas formas me gusta como suena.

Vuelvo a repetir que el hecho de intercambiar tus carbonillas por el dibujo sigue siendo un excelente negocio, para mí por supuesto.

Realmente no pretendo que me tomes como un psicópata, mis intensiones no son para nada malas. Todo lo contrario, solo te he escrito por mera curiosidad. El dicho dice que la curiosidad mato al gato, pero, murió sabiendo. No me importa morir en el intento de tener algo de tu propia creación entre mis manos, así mi final sea ese.

¿Qué sí creo en el destino? Claro que sí, pero también creo en que cada uno decide si seguir el camino que le marca o desviarse. Como las casualidades. ¿Tú crees en ellas? Yo creo que no hay casualidad sino causalidades. No pongo en duda que quizá, el día de mañana te cruces con alguien por casualidad, pero creo que también hay una intensión detrás de cada decisión que se toma. Creo que uno provoca a que el destino se encamine hacia donde tú quieres y si eso no sucede, buscas la manera para que así ocurra. Por ejemplo, causar volverte a cruzar con la persona que quieres.

AMOR A SEGUNDA VISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora