Mil gracias infinitas por leer mi historia! Nos vemos pronto!
Twitter /heyjudeeok
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Sebastián no existía.
Era lo que mi mente se encargaba de reproducir constantemente como si de una canción se tratase. El chico que le encantaba pintar no existía, así como tampoco aquel que le gustaba tomar fotografías de cualquier cosa. O el que decía que Central Park era uno de sus lugares favoritos en el mundo. El día resultaba torturante y apenas habían pasado un puñado de horas desde que deje la mansión Fabray. En mi móvil no había llamadas perdidas o mensajes de texto por parte de Quinn y aquello me resultaba curioso. ¿Qué es lo que hace uno cuando se pelea con la persona que quiere? El móvil era el primer recurso ¿no? ¿O es solo algo que hago yo? Mire hacia abajo, donde las llaves de casa se encuentran junto a mi móvil en la parte cerca de la palanca de cambios. Así es. Estaba montada en mi coche y la curiosidad comenzaba a ganarme. Iba camino hacia mi apartamento y la voz de mi hermana a mi lado me empujaba aun más a llamarla.
Era algo de no querer acabar... el pensar en ella. Su rostro enrojecido por tanto llanto y su mirada suplicante para que no me vaya de su casa golpeaba mi mente. ¿Por qué me sentía culpable cuando ella fue quien mintió? ¿Por qué me sentía así? Como si ya la hubiese perdonado y ahora solo quedase la confusión sobre la situación. No existía Sebastián y Quinn me había mentido horriblemente. ¿Pero que tanto había mentido? Quitando los nombres de en medio, Sebastián tenía exactamente los mismos gustos de Quinn. Pintura, fotografía, música extraña. ¡Joder! ¿Cómo pude ser tan idiota? Hasta un ciego podría verlo.
Suspire llamando la atención de mi hermana una vez que entramos en la cochera perteneciente al edificio. Ni siquiera era capaz de detener las lágrimas solitarias que parecían querer escapar lejos de mí.
- Rach... sé que es una pregunta estúpida pero ¿te sientes bien? - levante mi rostro girándolo hacia la derecha para ver la preocupación en su rostro. Ella aun seguía prendida a su móvil. Solo asentí quitando la llave del auto y tomando mis pertenencias. - No, no... aun no hemos subido... - su voz en mis oídos volvieron a perderse. Sebastián, el verdadero, parecía estar tan desesperado como Allison por encontrar a Quinn.
Algo me decía que ella no estaba esperando por mí en la puerta.
- ¿Santana? - digo una vez que salimos del ascensor con Allison pegada a mi espalda. - ¿Qué haces aquí? - Pregunto frunciendo mi ceño. No me parecía extraño que ella me visitase, pero teniendo en cuenta la hora ella debería de estar trabajando.
- Acabo de hablar con Kurt, y como él no podía hacerse un hueco en su agenda para patearte el culo he venido yo en su lugar. Ve dándote la vuelta aquí mismo porque no entraras es ese apartamento para deprimirte. - Dijo seriamente deteniendo mis pasos. Estaba en el medio del camino sin dejarme avanzar hacia mi puerta.
- San, mi paciencia esta solo a un suspiro de esfumarse - suspiro - Por favor, es la segunda vez en el día que corro a alguien de la puerta para que me deje pasar, no lo dudare contigo. Córrete, por favor. - sacudo mis llaves.
- Allison, dime donde esta Quinn. - me ignora completamente.
- Espera... ¿Qué? ¿Te has vuelto loca? - frunzo mi ceño. - ¿Has dicho Quinn?
- Lo que has oído... Quinn. - Dice volviendo a ignorarme - ¿Has hablado con su hermano?
- Si, acabo de cortar con el por teléfono. No sabe nada. - mi hermana niega con su cabeza.
- ¿Cómo te has enterado tú y porque ahora resulta que Quinn te sensibiliza como para buscarla? - me cruzo de brazos.
- Pues, digamos que Kurt esta por casarse con Blaine quien es, el mejor amigo de Quinn. Allison llamó a Kurt para verificar si estaba en su casa... te imaginaras como se puso porcelana.
