Rachel sabía perfectamente que su relación con Finn no había terminado del todo, no teniendo en cuenta que han estado casi más de dos años juntos. No puede terminarse por una simple discusión, más allá de no haber recibido llamadas o mensajes de su parte en todo esos días. Era una relación estancada, casi terminada, y de alguna manera comenzó agradecerlo.
Deseaba no ser cobarde y enfrentar a su madre si llegaba el día de querer compartir algo con Anastasia en su casa. Envidiaba a Kurt tras tener el valor de confesar su más guardado secreto. Había sido lo suficientemente valiente como para ser feliz de una vez por todas. ¿Qué con ella? Seguía viviendo en la mediocridad. Tal vez, Anastasia seria un nuevo punto de partida, con o sin ella, buscaría su felicidad.
La casa estaba vacía o completamente oscura cuando puso el primer pie dentro, luego de varias cervezas junto a Santana, cosa que agradeció. Se sintió aliviada de no tener que hacerle frente a su hermana o madre con su bombardeo constante sobre Finn y su reconciliación, cosa que cada vez la veía más lejana. De todos modos, aun no sabía si quería realmente estar sola o no.
Dejó sus pertenencias sobre la mesa del comedor, colgó su campera en el perchero debajo de la escalera y caminó hacia la cocina luego de haberse sacado sus botas. Abrió la heladera y sacó una botella de jugo natural que su padrastro solía comprar para desayunar. Tomó una fruta y volvió sus pasos hacia el comedor para tomar sus pertenencias y subir a su habitación. En su casa todo parecía tranquilo, salvo por los vecinos que parecían tener una reunión de amigos. Corrió un poco las cortinas y pudo divisar la figura de Carla, su vecina junto a alguna amiga lavando los platos en la cocina.
Volvió junto a su cama dejándose caer libremente.
— Demonios… — murmuró tras darse cuenta que su laptop había quedado abajo o donde sea que Allison la hubiese dejado.
Con algo de pereza se sentó en el borde de su cama y tomo la fruta para darle un mordisco mientras presionaba el botón de encendido en su computadora. Sonó su cuello al sentarse en la silla y estiro sus brazos hacia arriba con el propósito de estirarse un poco. ¿Qué demonios hacia ahí? Podría estar durmiendo. Debía estar durmiendo tras asegurarse la hora.
Abrió su programa de música y cliqueó "Walking on a dream" de Empire of the sun. Amaba aquel tipo de música, amaba tomarse aunque sea unos minutos para relajarse con música y quizá, dibujar, pero aun le dolía su mano recordando su anterior problema de tendinitis. ¡Qué estupidez! No dejare de hacer mis cosas por eso. Pero tuvo que hacerlo tras el fuerte pinchazo que sintió al forzar el brazo. Demonios, sentía que estaba en abstinencia de borrones y trazos.
Suspiró en contra del silencio mirando alrededor de su habitación, bebiendo ahora su jugo pensó que quizá, sería buena idea cambiar las cosas de lugar. Necesitaba nuevos cambios en su vida, y que mejor que empezar por su lugar de confort. Quizá cambiar su cama y algunos muebles, pero eso lo haría una vez que tuviese visto el apartamento y la mudanza se concretara.
La computadora que había dejado a un lado tras darle un escrutinio a su habitación la hizo percatar que la canción había acabado. Cliqueó su lista de reproducción y navegó un poco por internet. Sus mails estaban chequeados, no había noticias de la universidad, solo un mensaje por parte de la mujer recordándole que en dos días podría pasarse por su despacho para cerrar negocio y concretar la compra.
— ¿Qué diré mamá cuando me marche… sola? — negó con su cabeza lamentándolo por su hermana. La echaría de menos, de todas formas había una habitación extra para cuando quisiese ir a quedarse, siempre y cuando no se aprovechara de la situación.
En la barra de marcadores aparecía la pestaña de Facebook junto a otras redes que ella ni siquiera sabía que existían. Allison había estado allí, solo rogaba que no haya borrado planos o trabajos de importancia.