- Oh-mi-dios - dije cuando logre salir de mi mutismo y sorpresa - Es que... no - negué con mi cabeza viendo con claridad como ahora Quinn permanecía de pie frente a mi, acariciando con sus manos mis brazos - No, no puede ser - balbucee.
Con mi mirada observe el rostro de Quinn que comenzaba a preocuparse por mi estado esperando encontrar alguna señal en mi que no iba a perder la calma. Mis ojos se despegaron de ella pasando por la tienda al completo, viendo como las personas seguían con su día completamente normal, pero su voz nuevamente me trajo al infierno que vivía en esos momentos. Finn volvía hablar y ahora mismo una muchacha llegaba hasta nosotros preguntando porque se demoraban tanto en ir hasta la caja y pagar lo que habían encargado. Lo que mis ojos vieron fue el ultimo empujón que necesitaba para caerme de aquel precipicio sin final. Miranda, aquella chica con un parecido sorprendente me miraba con sus ojos completamente abiertos.
- No puede ser. - dijo mirando en dirección hacia mí y luego a Finn, apretando ligeramente su brazo, no sé si para sostenerse o pedirle que se marchasen de allí. Me da igual. Aquella serpiente ya se había cruzado en mi camino y ahora volvía hacerlo. La muy descarada había jugado detrás de mis espaldas todo este tiempo y lo sé por el solo hecho de revivir todas los momentos que hemos compartido los tres juntos. Finn se casaba... con una de mis ex amigas.
¡Esto tiene que ser una jodida broma!
- ¡Joder! ¿Qué hace ella aquí, Finn? - susurró lo suficientemente alto como para provocar que Quinn girase su cabeza para echarle un vistazo.
Sentí el apretón que Quinn volvió a darme y al parecer mis pensamientos lograron acomodarse a la perfección.
- Bueno... es una sorpresa verlos por aquí. - Dije inhalando y aguantando la respiración para no romperme a llorar allí mismo - Finn. - le sonreí asintiendo.
- Rachel... yo, yo puedo explicarlo... - balbuceó bastante nervioso.
- ¿El qué? - Pregunte sonriendo hacia donde estaba Miranda junto a Alex - ¿Qué te casaras? O ¿Qué todo este tiempo me has sido infiel?
- Yo, yo... sabes que nuestra relación estaba estancada.
- Claro, por eso has decidido casarte con otra y mantener relaciones a mis espaldas. - niego con mi cabeza aun manteniendo perfectamente mi sonrisa.
- Rachel, para - susurró Quinn a mi lado.
- ¿Que pare? - lo mío no fue un susurro. Ellos fueron meros espectadores por unos segundos que duro mi mirada en Quinn - Él es el imbécil y tú me pides que pare... no puedo creerlo - la risa me sale de adentro sin poder siquiera controlarla. Siento a Quinn suspirar a mi lado.
- ¿De qué habla, Finn? - Miranda frunce su ceño y ahora entiendo de que va su juego.
- Oh, dios santo... dime que no he sido la única cornuda en todo este cuento - sonrío y veo como el rostro de Finn se descompone. - ¿Has estado todo este tiempo con las dos, Finn?
- Yo, yo solo diré que...
- Vámonos de aquí, Rachel. - Quinn toma mi mano e intenta avanzar pero la mano de Alex frente a su cuerpo la detiene.
- Quinn, no te vayas. Nosotros no tenemos nada que ver en esto. Acepta ir a tomar algo conmigo.
- Adelante, Quinn - me burlo - Es la misma cosa que su hermano.
- ¡Cállate maldita... - Quinn no lo deja avanzar hacia mí, dejándola entre medio de nuestros cuerpos.
- ¡Detente ahí mismo, Alex! - dice Quinn con sus dientes apretados.
- Déjalo, Quinn... - pido tomándola de los brazos para que pudiese apartarse del medio e irnos de aquí. Darme cuenta que éramos la atracción de la tienda de muebles comenzaba a ponerme nerviosa.