Capitulo Doce

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Rachel bostezó en la manga de su sweater y luchó por mantener los ojos abiertos junto a una sonrisa fingida para no levantar sospechas sobre el fiasco que resulto ser su cita de cuatro. Santana la fulminaba cada vez que Brody no veía para pedir un poco de colaboración en el asunto, pero pasada las dos horas escuchando una y otra vez lo bueno que era su cita, decidió centrarse en los asuntos que revoloteaban en su mente. Comprar hojas, abastecerse de materiales para una maqueta, corregir algunas láminas de sus alumnos de primer año, comprar lápices y carbonillas. Carbonillas… lo que derivo rápidamente en Sebastián, robándole una autentica sonrisa en toda la noche.

— Lo siento — dijo después de unos minutos tras darse cuenta que tres par de ojos se fijaban en ella. — ¿Qué decías? — se dirigió hacia Brody que solo levantó su ceja como medio de reproche.

— Nada, solo comentábamos la película que hemos visto la vez pasada, pero que tú me has dejado colgada en la mejor parte donde se quita la camisa.

— Bueno, digamos que la trama no sonaba muy fascinante, creo que no hice tan mal en dormirme. Tampoco es que digamos que el tipo que se quitaba la ropa era la gran cosa — subo mis hombros antes de darle un sorbo a la copa de mi vino. Agradezco que Santana maneje, de lo contrario no hubiese sido capaz de soportar esta cita sobria.

— Que aburrida eres — respondió Santana ganándose la sonrisa de Brody antes de que abandone la mesa para retirarse al baño — No lo estás haciendo muy bien aquí, Berry.

— Te dije que no tenía ganas de pasar por esto. No me jodas ahora.

— Mañana me lo recompensaras. Samuel me ha dejado tener una noche de chicas ¿cierto? — Sam asintió dejándole un beso en sus labios — Lo cual he pensado que sería interesante presentarte a unos chicos del trabajo… alguno de ellos médicos.

— Estoy en una de tus citas ahora mismo. No, gracias.

— Mira, no quiero ser ruda contigo… sabes que eso no me caracteriza — Se burla — Pero, aunque respete tu situación, pienso que aun puedes tener un poco de acción en tu cama.

— ¿Por qué todo lo centras en el sexo?

— No todo. También está mi trabajo. Ah, y el chocolate. El resto me da igual.

Rachel solo se encargó de dirigir su mirada hacia el pasillo que conducía a los sanitarios, asegurándose que Brody aun no tenía intensiones de volver. Podría quedarse la noche entera allí para opinión de Rachel. — Se que sientes que debes ayudarme con todo este tema amoroso, pero creeme… lee bien mis labios, San. No-Quiero-Tener-Sexo-Por-Un-Tiempo. — Aclaró en voz baja.

— Eso solo lo dices porque no has tenido alguien que se encargara realmente del tema, de lo contrario estarías como un mono en abstinencia de bananas. — Samuel comienza a reír

— Ya déjala, cariño.

— No, tengo un punto. Finn era un asco en la cama, no tienes idea de lo que el sexo significa.

— Ey, no fue tan malo — Respondió Rachel, sintiéndose atacada sin motivo.

— ¿No fue tan malo? ¿Con quién lo comparas? — preguntó Santana levantando su ceja. La tenía ganada.

— Santana…

— Sabes que tengo razón, al menos admite que fingías dormirte para que Finnepto no se te montara. — La apuntó con su dedo — Prueba con Brody.

— Eres un caso perdido. Me iré. — tomó la correa de su bolso para sacar la billetera y colaborar en la cuenta.

— Rachel, no te sientas ofendida. Vamos, Santana solo bromea. — intenta solucionar las cosas Samuel

AMOR A SEGUNDA VISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora