El tiempo es lo único que no se detiene por nadie, siempre sigue adelante, sin mirar atrás.
La mansión Luna en ése día, estaba de luto por la partida de Francisco Luna.
El hombre, desde que se enteró de la muerte de su amigo, se culpó día tras día en silencio.
Vivió sus últimos días en paz, junto a su hija, pero siempre ocultó su depresión.
Lara, abrazaba a Ella quien lloraba desconsoladamente a pesar de que la vida y la muerte no tenían importancia para su gente, pero quiso a ése hombre como a un verdadero padre.
Sofía, sólo subió las escaleras, con su cuerpo fatigado por las horas del velorio, viendo por cada parte de la mansión, a los empleados tristes.
Tenía hambre, pero prefirió no pedir nada, sólo quería llegar a su habitación y descansar, después de todo, desde ahora ella era la legítima y única dueña de todos los bienes y riquezas de la familia Luna, por lo que su tiempo sería aún menor.
A diferencia de antes, está vez su padre falleció un año antes de lo previsto, pero no tenía caso intentar pensar en por qué sucedió éso.
Llegando a su habitación, cerró la puerta y se acercó a su cama, para sentarse, con la mirada tranquila.
Era la segunda vez tuvo que despedir a su padre y era la segunda vez que no fue capaz de derramar una sola lágrima.
Deslizándose sobre su cama, se sentó en el suelo para mirar hacía el techo y dar un gran suspiro.
-¿Por qué no puedo llorar?
¿Por qué no soy capaz de sentirme triste en verdad?
Está vez fui más cercana a mi padre, no como la primera vez, pero aún así, no lloré, no me sentí triste en verdad y éso... me molesta.- dijo para si misma, mientras cerraba sus ojos.La vez que perdió a su madre, no lloró y no le dio importancia, ahora con su padre, era la segunda vez que enterraba a su padre, pero seguía sin sentir nada y éso le molestaba mucho.
No era un monstruo sin emociones, al menos quería creer que no lo eras.
-Lo que pasa querida es que realmente nadie te importa, apenas te quieres a ti misma.
Una voz desconocida pero que Sofía ya conocía, se oyó, abriendo la chica los ojos y poniendo su mirada firme, para ver a un joven hombre pelirrojo, de piel levemente morena, ojos azules y mirada algo retorcida.
-Creí que no te podía ver al menos que no me dejases, ¿por qué te muestras?- preguntó la chica, con seriedad.
Aquella misteriosa voz que le dio una segunda oportunidad de vivir para vengarse, se hacía presenté con forma humana.
El pelirrojo, se sentó en el suelo con mirada de fastidio.
-Mis semejantes y superiores se enfadaron conmigo por regresarte al tiempo, alterando completamente el destino, siendo mi castigo, vivir como un humano.- explicó el ojiazul, con algo de molestia.
Sofía, sentándose mejor en el suelo, lo miró fijamente.
-¿Qué eres tú exactamente?- preguntó, con seriedad.
Dios, demonio o lo que sea, ése sujeto no parecía ser alguien en quien pueda confiar, jamás.
-Éso no importa, ahora soy un humano, cargando está carné podrida como tú.- respondió, mostrando su mano derecha.
La chica, no estando de humor para lidiar con ésas rarezas, se puso de pie.
-Diría que es un gusto verte por primera vez y volver a oír tu macabra voz, pero mentiría.
Te pido que te vayas a... hacer lo que sea que hagas ahora.- dijo la de ojos grises, con su ceño fruncido.
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¿Soy una villana?
Short StoryDecapitada delante de todos mientras era abucheada, muerta por ser una villana. ¿Villana? ¿Ella? Todo lo que hizo por ellos, para que logren sus propósitos, pero la villana al final terminó siendo ella. Se le concede una segunda oportunidad y esta v...