24_ Tormentosos recuerdos

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Luego de una gran celebración por la victoria del reino, todo se encontraba en silencio, con gran parte de las personas descansando, pero Sofía no se daba ése lujo.

La chica estaba en los establos, limpiando a su caballo que si bien podía darle la orden a alguien de hacerlo, prefería hacerlo ella misma y más ahora que estaba pensativa.

Dave Sanctus, uno de los que la traicionaron, ya debía haber aparecido en escena pero no había señales de su molesta existencia y Naomi Sol, no se encontraba por ningún lado, "deslumbrando" al mundo con su presencia e irritadola.

Dave seguramente era un peón de Alan como en la vez pasada, pero no ver a Naomi era algo raro y cuando Ella le preguntó sobre ella a Lille, Angie y Noe, quienes ahora eran parte muy importante del reino por sus riquezas al ser la líderes de la fabricación de armamentos, pero ninguna sabía nada de ella, supuestamente desapareció junto a su familia de la noche a la mañana...

Era obra de Alan, ése tipo seguía siendo tan predecible y se dejaba llevar muy fácilmente ahora que ella no está de su lado.

Dando un suspiro profundo, miró hacía otro lado para ver como Lara se acercaba con prisa a ella.

-¿Sucede algo?- preguntó mientras su sirvienta se acercaba.

La mujer se detuvo delante de ella, recuperó algo de aliento y su rostro mostró gran preocupación.

-Una... una niña moribunda acaba de llegar, pidiendo alimento.- respondió la mujer, agitada.

La de ojos grises levantó las cejas con sorpresa.

¿Por qué Lara le informaba algo así?

-No sé porque me lo dices pero esté lugar no es una especie de... casa de caridad o como se diga.
Si quieres darle algo de comer, hazlo por tu parte con la consciencia de que volverá día tras día tras día.- exclamó Sofía, con semblante tranquilo mientras volvía a cepillar a su caballo.

Lara, fruncio el ceño mientras seguía recuperando algo de aire.

Creyó que su jefe había cambiado, que era una mejor persona e iba a tener comparación por ésa niña hambrienta, pero al igual que otros nobles, no mostraba señal alguna de preocupación.

-¿Estás segura de decir éso?

La voz de Iván se oyó y las dos voltearon para ver como se acercaba de manera tranquila y con las manos en sus bolsillos.

-¿Por qué no lo estaría?- preguntó Sofía, con el ceño fruncido mientras acariciaba a su caballo que miró de manera amenazante al recién llegado.

No conocía bien a ése tipo y prefería no hacerlo, pero no esperaba que fuese alguien que se preocupe por los demás.

-No sé,  quizás sea parte de una pequeña familia que perdió a su hijo, estaban al borde del abismo y tenían planeando vender a su hija enferma como esclava por ser una carga, cosa que ella escuchó a escondidas y escapó.- respondió el pelirrojo con una sonrisa un tanto malvada.

Sofía entendió al instante de quien hablaba, mostrando asombro por saber él todo éso.

Cada día, ése sujeto le inspira menos confianza por el hecho de no saber de lo que es capaz, aún ahora que es un humano.

-Tengo mi conciencia tranquila.- dijo la chica antes de volver a centrarse en su leal corcel.

No le importaba que sea la hermana de Cedrick Webster, de hecho, éso sólo la hacía querer que sufra más por los pecados de su hermano.

Lara que ya respiraba de manera normal, miró a Iván en busca de ayuda pero esté levantó las manos, dando a entender que hizo lo mejor que pudo.

¿Soy una villana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora