32: La Caída Del Team Dark

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- Genial, terminemos con esto.

Su mirada no representaba emoción alguna, había ganado la lucha, y ahora más que nunca conocía la debilidad de todos ellos, juntos vencerán, pero separados caeran, y se encargaría de dejar una cicatriz de la cual no se podrían recuperar.

Desplegó sus alas y emprendió el vuelo mientras Shadow caía derrotado de lado, sintiendo el enorme ardor en su hombro, el efecto de la droga estaba por desaparecer, pero ahora sufría los estragos de la batalla, 5 minutos, se pidió a sí mismo, 5 minutos y después nos levantaremos.

Buscó con la mirada al agente y por fin lo encontró, estaba subiendo a lo alto de un monte, entonces, le vio, en una esquina yacía el cuerpo de Amy Rose, el cual estaba siendo pisoteado una y otra vez por Beck Bank, supuso que ella estaba inconsciente, así que, a duras penas, logró ponerse de pie, pero no fue corriendo a ese lugar, al contrario, permaneció ahí de pie intentando recordar la ubicación de su esmeralda, no perdería el tiempo caminando, aún no tenía las condiciones para correr, pero podía llegar a ese lugar en segundos, ese era el plan.

- No, por favor - suplicaba con las pocas fuerzas que le quedaban, había observado la cruel batalla de Shadow, y ahora veía a sus amigos ser aplastados por la máquina de Eggman, era un castigo terrible para ella, más que nada porque no podía hacer nada para ayudar, después de todo, quizá nunca dejó de ser la eriza rosa y mimada que necesitaba que alguien la salvara.

Se quejó al sentir el tacón de Beck incrustarse aún más en su espalda, aún la mantenía en el suelo obligándola a observar todo aquello, esa era su forma de debilitarla.

Keip llegó hasta ellas y se postró unos cuantos metros lejos de ellas, entonces, la murciélago se alejó y fue a encontrarse con él, al parecer, esa era su fase final.

Obviamente estaba débil, pero ella sabía que de todos los demás, era la que, en ese momento, podía ponerle fin a todo, se levantó con miedo y silencio, su cabeza aún le dolía, puesto que estaba perdiendo mucha sangre, pero su cuerpo necesitaba darlo todo, un chance, lo tenía ahora. Empuñó con fuerza su martillo y se abalanzó en dirección a Beck, quien, al parecer, estaba esperando eso.

- Alto ahí - frenó el chico apuntando directamente a su frente, se detuvo en seco y miró la punta del arma que apuntaba a ella, la cual amenazaba con volarle la cabeza si hacía algo nuevamente, la castaña retiró el enorme martillo arrojandolo por el barranco, ahora, ya no tenía opción, después solo sintió un puño en su estómago y luego una patada lateral, la cual se encargo de aventarla hasta el otro extremo del lugar, estampandola con un monton de rocas, sintiendo como cada una de ellas se incrustaba en su piel.

- Amy Rose, el corazón del Team Sonic, la alegría del Team Dark - susurró con tono alegre al observarla ahí frente a ellos.

Keip se encaminó hasta ella y la acorraló con su hermana a lado a suyo, ambos la miraban sin rastro de emoción, el cañón subía lentamente desde su pecho hasta su boca, y después se detuvo a la altura de sus cejas, entonces lo sabía, él fin estaba cerca, y esta vez no había nada o alguien que la pudiera salvar.

- Por favor - susurró con sus orbes cerrados, su respiración estaba calmada y por fin había dejado de llorar, él la miró con asombro, sus ojos rubíes se abrieron de par en par, él quería su miedo, quería que lo odiara, pero no era así, ella había cerrado sus ojos y con la voz más dulce que tenía pronunció esas dos palabras - por favor - volvió a decir, lentamente alzó la mirada y se encontró con él, el traje desapareció y su camisa de tirantes había vuelto, aunque quizá era una alucinación por la pérdida de sangre y las contusiones de su cabeza - Adam, se que estás ahí en alguna parte, tú eres bueno - sus ojos irradiaban un amor del que no todos son capaces de ver, además de tener una pizca de piedad, él merecía su desprecio, merecía que le odiara, pero no, ahí estaba Amy, dispuesta a, nuevamente, ayudarlo y darle otra oportunidad - lo supe desde que te vi, has sufrido mucho, no merecías todo eso, pero siempre fuiste bueno, salvaste mi vida a costa de la tuya, me diste una oportunidad, ahora deja que yo te la de a ti.

Lentamente extendió su mano hasta él mirándolo con una enorme sonrisa en su rostro, una pequeña gota de sangre se deslizó por su mentón, pero eso no le importó, el gris sólo miraba de forma indescriptible la palma frente a él, ¿qué debía hacer?, Adam estaba luchando, eso era claro, pero Keip era fuerte, la confusión lo invadió y miles de pensamientos llegaron a su mente, el arma bajaba poco a poco, hasta que finalmente terminó en su pecho, ella lo sabía, algo pasaba, y debía aprovechar.

- Adam - llamó, sus orbes se encontraron, entonces, volvió a escuchar su voz pidiendo un auxilio, "Ayúdame", resonó en toda su mente - Adam - volvió a decir, tomó con fuerza su muñeca y se incó con la pistola aún pegada a su pecho, con su mano libre tocó el hombro del agente el cual parecía perdido en un viaje astral - Adam, se que estás ahí, por favor, te necesito.

- ¡¡No!! - escucharon ambos, el hilo entre la realidad y la fantasía se rompió, por un segundo pensaron que estaban solos, Beck apartó la mano de la eriza y volteo a su hermano teniéndolo frente a ella - no puedes escucharla, mírame, ella y sus amigos mataron a mamá, debemos eliminarla, ¡¡hazlo!!

Nuevamente apuntó a su sien mientras Rose retrocedía deseando que las rocas la tragaran, pero entonces se incorporó, no se daría por vencida, se cualquier forma, no tenía nada que perder.

- No Adam, debes luchar - pidió tomando con suavidad su muñeca, él quería decir algo, pero las ideas en su mente no lo dejaban hablar con claridad, quizá ni siquiera estaba pesando, pero, podía jurar que sabía exactamente lo que tenía que hacer.

- Él ya no es Adam - interrumpió Beck - su nombre es Keip Bank, Adam fue una mancha en nuestro plan, ¡¡lo que una vez fue ya jamás volverá!! - sentenció de forma firme mirándola sin flaquear, ella por su parte mantenía su temple decidido.

- Adam, reacciona, yo creo en ti - respondió ella con esperanza y tranquilidad a pesar de tener la pistola apuntando a su corazón.

- Ajajaja - se burló la castaña desde lejos, su mirada era oscura y su tono confiado, además de que ahora revelaba un par de colmillos mientras hablaba con una sonrisa ladina - ahora este es su destino - volvió a decir abriendo aún más sus orbes púrpuras - Dispara.

Y, apuntó, tomó el gatillo con su dedo índice y... Disparó.

💜Continuará💜

𝙽𝚎𝚠 𝚁𝚞𝚕𝚎𝚜 𝟸 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora