El valor de un gesto.

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‧₊˚✧| 𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀𝐒 |

· Bakugõ y la protagonista son adultos.

· Mundo de BNHA.


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Su mano se detiene cuando descansa sobre el picaporte de la puerta. La luz artificial sobre su cabeza enciende su cabello rubio, pero le otorga sombra a su cara, dejándole la vista también sumida a aquella penumbra en el principio de la noche. El cuello encorvado consecuentemente le permite enfocar nada más que sus pies, enfundados aún en las botas de su traje que no tuvo ganas de quitarse antes de regresar a casa. La alfombra de bienvenida por debajo le otorga una silenciosa y singular recibida, con sus letras desgastadas por el paso de los años y de cada zapato antes de ingresar a la vivienda. Piensa que quizá debería cambiarla por una nueva, pero algo siempre lo detiene cuando la mira, así como ahora, y le otorga una etiqueta de hogar convencional a toda la fachada de la construcción, además de anclarlo al recuerdo del día en que llegaste a él con aquel detalle y la colocaste allí sin siquiera tener su aprobación. Por más sucia, raída y desvencijada que esté, le otorga calidez.

Inspira el aire frío del exterior con cierto vacile. Incluso sintiendo que le tiembla el pecho ante el desanimo que lo obliga a entornar sus ojos por el peso del abatimiento, del cansancio. 

Al son de un suspiro, queriendo dejar tras del umbral todos los problemas, incluso queriendo ocultarlos bajo aquella desprolija alfombra de bienvenida, Katsuki se adentra a su cálido hogar, que lo abraza a fin de que sus piezas no caigan ni se desbaraten en la entrada. Pero aquello no basta para él.

Se deshace del largo abrigo con lentitud y lo cuelga en el perchero; desliza sus botas hasta que se desploman inanimadas y con cierta torpeza en el rellano de la entrada; y de sus labios caen las palabras que dan aviso de su llegada, pero poseen tan poca fuerza que suenan inentendibles hasta para él. 

Oye el murmullo del televisor en la sala, distinguiendo agudas voces de un programa infantil, y choques de loza provenientes de la cocina. El hogar se encuentra como cada día que llega, con un ánimo que contrasta adversamente con el suyo; como si una nube tormentosa pintara un cielo azul.

Sus pasos hastiados lo guían hacia el primer lugar que encuentra, y es la cocina. Se detiene en el umbral y te ve en punta de pies, guardando la loza que secaste en sus respectivos lugares en la alacena. Ladeas la cabeza para ver por sobre tu hombro, y sonríes encontrarte con tu pareja.

—Katsuki, amor, no te oí llegar —saludas con calidez, dando una sonrisa entusiasmada que a él le debilitó las piernas. Tomas nuevamente el paño de cocina y secas las últimas tazas que quedaban húmedas, guardándolas luego en su lugar—. Estaba justo por llamarte. No sabía si recalentar el pollo de ayer y hacerle un acompañamiento de verduras, o cocinar algo nue-

𝐁𝐀𝐊𝐔𝐆𝐎'𝐒 𝐔𝐍𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 ‧₊˚✧| 𝐄𝐒𝐂𝐄𝐍𝐀𝐑𝐈𝐎𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora