The host.

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‧₊˚✧| 𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀𝐒 |

· Bakugõ y la protagonista son adultos. Aproximadamente, 19 años de edad.

· A.U quirkless.

· Narrado en segunda persona.

· Género: suspenso.

· No apto para quienes padezcan vermifobia (fobia a los gusanos).


¡Feliz mes de Halloween!

¡Feliz mes de Halloween!

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No sé cómo he llegado a este punto; a este momento casi inexistente para mí porque no sé dónde estoy, cómo llegué o qué soy ahora. Nada me rodea, nada existe ya para mí. No siento nada. Pero de lo único que tengo certeza es de los últimos momentos que como humana viví. No recuerdo toda mi vida, ni como empezó o continuó a lo largo de mis primeros años, tampoco sé su final; si quiera sé si lo hubo o no. Ante mí, no hay nada. Todo es nada... A excepción de los últimos acontecimientos grabados en mi mente que, quizá, en lo más profundo de ellos, ustedes encuentren la causa de mi partida. Tal vez sea posible que tales recuerdos me dejen aquí atorada, en este plano donde nada existe, y mi salvación final sea la liberación de lo último que me queda.

Por ello, les contaré todo lo que pueda de esos días.

La imagen que queda de mí, de esos hechos, era joven, aventurera, distraída, y lo que varios vecinos del pueblo llamaban: una extrovertida sin vergüenza. Vivía la edad, nada más. Nuestro pueblo quedaba demasiado lejos de la ciudad, donde allí estaban todas las universidades y carreras para, como decía mi papá, tener un futuro. Pero al tiempo toda esa rutina dejó de interesarme, y al cabo de unos meses, luego de haber ingresado a una universidad, dejé ese lado porque nada me gustaba. Por obviedad, terminé trabajando en la tienda de cebo de mi papá, la que está frente a nuestra casa. Al menos, como él decía, hasta que yo pudiera encontrar otra cosa que me gustara.

Pero, dadas las circunstancias actuales, quizá nada estaba destinado para mí.

Como la tienda de cebo era pequeña y, a su misma vez, el pueblo también lo era, mi padre estaba tranquilo de poder dejarme a cargo de ella para él poder salir a la ciudad. Recuerdo que él estaba buscando inversionistas para expandir su negocio a otros sitios más concurridos, así que siempre se iba temprano y volvía cuando el sol se estaba por ocultar. Yo era bastante distraída, como ya dije, y si él me confiaba la tienda y todos sus quehaceres, a pesar de que yo siempre cumplía, lo hacía precisamente porque otro de sus empleados era Katsuki, también vecino en ese pueblo.

Al contrario de mí, Katsuki era más serio, responsable y podía hacer varias tareas en poco tiempo. Cargar con los baldes de cebo para él era cosa fácil; limpiar la tienda lo hacía a diario; tirar las trampas para peces en el lago le resultaba simple, además de rápido considerando que siempre obtenía buenos resultados en corto tiempo. Cuando menos me daba cuenta, él ya había terminado con más de la mitad de todas las tareas que teníamos para el día entero. Yo terminaba con las peores cosas de toda la lista: recibir los encargues de lombrices e insectos de nuestro socio en el pueblo y dividirlos en raciones iguales para luego venderlo a los clientes, y desmenuzar los peces pequeños con la máquina desmechadora.

𝐁𝐀𝐊𝐔𝐆𝐎'𝐒 𝐔𝐍𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 ‧₊˚✧| 𝐄𝐒𝐂𝐄𝐍𝐀𝐑𝐈𝐎𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora