Pilar de excusas.

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‧₊˚✧| 𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀𝐒 |

· Bakugõ y la protagonista son adultos.

· A.U quirkless.


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Los setenta minutos de viaje por la casi solitaria ruta parecían un agobio para ciertas personas que les ocasionaba una absoluta e indiscutible tortura el golpe del sol contra el parabrisas delantero. Donde las manos sobre el volante parecen quemarse aunque un vendaval fuerte y aliviador surque las ventanas abiertas y dé con ellos, o aunque tengan el aire acondicionado encendido y a tan baja temperatura hasta casi provocar una nevada en el interior del auto. 

Las tierras secas sollozarían alaridos agobiantes por su deshidratación de no ser porque, mínimamente, una lluvia cada dos meses las contentaba con su presencia. Sin embargo, hoy —justo hoy— no era el día húmedo y fresco; era lo adverso a lo más deseado, donde el calor llega a tornarse en un cuerpo físico que cae pesado al respirarse.

Pero, en tu caso, y a diferencia de la mayoría de personas que atravesaban esa ruta a minutos de la hora pico del mediodía, te agradaba y se ganaba una sonrisa reflejada en tu rostro. Escapar del trabajo; abandonar el conglomerado de absurdos hipócritas que poblaban la oficina; dejar atrás las saturadas calles que ensordecían tus oídos y abarrotaban tu cabeza con plomo; para adentrarte a la soledad de una ruta seca, sin edificios que cubran la vista y con un horizonte que promete más que los desmedidos anuncios publicitarios del centro de la ciudad, era completamente reconfortante, revitalizante, tónico y puro alivio para ti.

Tus dedos tamborileaban sobre el volante, a un ritmo que tu cabeza reproducía mentalmente y que la serenidad de aquel lugar no portaba. Tu ánimo afloraba como las hierbas que en esas tierras aún no nacían, y sonreías como nunca nadie podía ver a lo largo del día. 

Arremangaste tu camisa y desprendiste los primeros botones para que el aire proveniente de las ventanas agitara las solapas de esa seda, y subiste unos centímetros tu falda para que el sol pegara contra tus piernas.

Unos kilómetros después, ya estabas llegando a tu destino. Una magnífica construcción, de excesiva altura, con las paredes de tres pisos ya hechas. Sus trabajadores daban total esfuerzo y concentración para sus tareas de cargamento —llevando materiales de un lado a otro—, con las grúas como principales protagonistas en la labor de elevar por los pisos los materiales pesados, pero no porque los fornidos brazos de los hombres no pudieran, sino porque no cabían para subirlos por el interior a través de las escaleras. El gran y aún desnivelado terreno sobrecargado de tierra removible se dividía en zonas que cada uno conocía, donde se entablaban diferentes temas y puntos para la construcción. Tanto las bolsas de cal y los amplios tablones de madera —entre otros objetos— llenaban los camiones o se apilaban en montañas alrededor de la casa, a la espera de ser usados para conformar poco a poco lo que sería tu futuro hogar.

𝐁𝐀𝐊𝐔𝐆𝐎'𝐒 𝐔𝐍𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 ‧₊˚✧| 𝐄𝐒𝐂𝐄𝐍𝐀𝐑𝐈𝐎𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora