| 𝐖𝐄𝐋𝐂𝐎𝐌𝐄 𝐓𝐎... 𝐓𝐇𝐄 𝐔𝐍𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐎𝐅 𝐁𝐀𝐊𝐔𝐆𝐎 𝐊𝐀𝐓𝐒𝐔𝐊𝐈 |
‧₊˚✧| Diferentes mundos, escenarios, momentos, experiencias y sentimientos junto al mejor de los personajes: Katsuki Bakugõ. Conviértete en la protagonista y vive mi...
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Ya en el primer descanso del partido de hockey sobre hielo que se estaba presentando en el estadio más grande de todo Michigan, el momento tenso previo comenzó a descender para uno de los equipos que aquella noche competía; donde, pese a su amarga frustración patente, aún permanecían con la esperanza izada como una bandera en alto porque les faltaba dos tiempos más para competir y superar al oponente. Entre tanto, aquel oponente indomable, determinado, y que ya muchas veces había salido vencedor para el país, volvía a las bancas fuera de la cancha de hielo para tomar aire, elongar sus músculos ardientes y tomar un poco de agua. No se adelantaban a festejar, pero la certeza de una victoria no podía faltar en el resplandor brillante de sus ojos enérgicos.
Entre ellos, uno de los jugadores con el más alto nivel de habilidades y con una larga experiencia entre el equipo de seis, que se situaba en la posición de center en la cancha, se quitó su casco para dejar bajo la luz de los reflectores su indomable cabello rubio que, entre el sudor que recorría su cuero cabelludo, terminó despeinándose más. Se negó a quitarse los gruesos guantes que se aferraban a sus manos, y se las ingenió para tomar la botella que le ofrecieron y beber con apremio. El líquido se escurrió de entre sus comisuras hasta deslizarse por el mentón y caer sobre la camiseta de su equipo para, finalmente, alejar la botella con bocanadas profundas de aire.
Y aunque su cabeza estaba enfocada en las próximas jugadas a realizar para terminar ganando el enfrentamiento; mientras, a su vez escuchaba al entrenador Aizawa felicitarlo por las goleadas anteriores y palmear con fuerza su espalda cubierta por el peto, Bakugõ agudizó su oído para escuchar un grito en especial que, desde las gradas, lo llamó con entusiasmo.
—¡Kacchan! ¡Kacchan! ¡Aquí! —Aquel grito de parte de Deku, su compañero de la preparatoria y aún amigo, le siguió al llamado previo que él quiso escuchar pero que el hombre de cabello verde terminó por opacar.
Bakugõ mandó su mirada a la alta tribuna, donde cientos de espectadores saltaban con emoción, gritaban con frenesí, cantaban con ritmo y agitaban al aire pancartas, banderas y manoplas de goma con la forma de una mano haciendo el gesto del número uno. Sin embargo, el rubio de espléndidos ojos carmesíes afiló su enfoque solo para distinguir a una persona en particular que esperaba verla allí...
Y la encontró.
El center del equipo de hockey de Michigan terminó inspirando aire con ahínco y violencia, no porque estuviera cansado, sino porque haber divisado tu sonrisa entre la multitud, saludándolo con una mano y portando en la cabeza una gorra con el logo y los colores del equipo, hicieron que un torbellino de emociones lo derivara más fuerte que cualquier oponente sobre la pista de hielo; y en aquel entonces, ningún equipo de protección podría ayudarlo a evitar lo que tú le generabas.
