↱ A Secret Love ↲

Capítulo 10. Maratón 5/5.

Me acerco a mi hermana y Lee, una vez que me he despedido de las chicas y he tomado mis cosas.

—¿Qué hay de nuevo viejos?—pregunto con una sonrisa.

—Pues nada nuevo además de que ya nos aprobaron el puesto para la feria. Gracias, por cierto—comenta Lee alegre. Le guiño un ojo en respuesta consiguiendo un ligero sonrojo—. Sólo que hay un pequeño detalle—ambos sonríen inocentes hacia mi, su silencio me da mala espina. Entrecierro los ojos.

—¿Qué hicieron?—coloco las manos en mi cintura.

—Digamos que para que aceptaran nuestro stand, tuvimos que aceptar dos condiciones—me explica Elle. Mi ceño se frunce, no me establecieron condiciones cuando les pedí que aprobaran su idea.

—Una de ellas es que tu participes, ya que al parecer eres demasiado popular entre la población masculina de esta escuela—abro la boca sorprendida.

—¡¿Pero que carajo chicos?!—jadeo incrédula—¡No pienso andar besando desconocidos!

—Por favor, Nea, por favor—ruega Elle—. Sólo serán unos cuantos chicos y no será de lengua, sólo durarán hasta 5 segundos y no serán desconocidos—habla tan rápido que apenas consigo entender la mitad—. Por favor, por favor—me ruegan al unísono con un puchero y las manos unidas.

Lo medito unos segundos—¿Cuál es la otra condición?—pregunto curiosa sabiendo de sobra, que me ocultan algo más.

Ambos comparten una mirada llena de nervios y temor, tartamudean cosas ininteligibles hasta que Lee lo suelta de golpe.

—Que Noah también participe.

En cuanto escucho esas palabras salir de su boca, una carcajada sale de la mía. Me río con ganas a pesar de las miradas de incomodidad que tienen ambo e ignorando de las miradas que los chicos del equipo comienzan a darme. Mi estómago duele, me inclino hacia el frente resignando ligeramente buscando alivio, intento recuperar el aliento mientras me enderezo.

—No sé si han perdido la cabeza o de verdad tienen esperanza, porque Noah jamás participaría en algo así—río de nuevo. Ambos hacen una mueca—. Pero está bien, voy a participar sólo porque me dan lástima—asiento divertida. Ellos me miran sorprendidos, luego entre sí y luego se abrazan para después comenzar a agradecerme en exceso, además de prometerme deberme dos muy muy grandes.

Minutos después, Noah de acerca a nosotros con su mochila al hombro, una playera holgada de color negro sobre su hombro y con una camiseta de tirantes cubriendo su marcado y delicioso torso. Cerramos la boca respecto al tema del stand y lo saludamos como si nada, me abraza por lo hombros atrayéndome a él.

—¿Porque te reías tanto?—pregunta con una sonrisa divertida.

—Ya te lo dirán—rio ligeramente apuntado a nuestros hermanos con la cabeza. El los mira confundido, pero ellos sólo se encogen de hombros.