↱ A Secret Love ↲

Capítulo 5.

Con la música de fondo y mi bebida en mano, me dispongo a acomodarme con las piernas extendidas sobre la reposadera. Tomo mi libro y continúo mi lectura justo donde el divisor plástico con forma de pingüino me indica. El sonido típico de notificación de un celular se hace presente, todos nuestros móviles vibran a la par interrumpiendo mi concentración.

—Iugh, que pervertido—exclama Elle a mi lado, por lo que supongo ya ha visto de que se trata—. ¿Qué creen que Warren envió hoy a toda la escuela?—pregunta divertida.

—Que asco—frunzo la nariz haciéndola reír y mantengo la mirada en las paginas con palabras impresas.

Al no escuchar una sarcástica e ingeniosa respuesta de parte de Lee al respecto de la poca vergüenza de Warren, miramos nuestro alrededor confundidas.

—¿Lee?—lo llama Elle sin obtener respuesta.

—¡Jerónimoooooo!

El grito animado y fuerte de Lee nos hace alzar la mirada hacia la planta alta, donde podemos ver al rizado correr hacia la cornisa para pegar un salto poderoso que lo lleva directo a la piscina. Tomo mi celular y lo pongo a mi espalda junto con mi libro buscando protegerlos del agua. Se zambulle en el agua con las piernas pegadas a su pecho, el líquido con olor a cloro nos salpica en cuanto entra, por lo que cierro los ojos y volteo mi rostro por inercia.

Sale del agua con una sonrisa triunfante y orgullosa.

—¡Lee!—chilla sorprendida Elle haciéndolo reír.

—Si hubieras mojado mi libro estarías muerto ya—lo señalo divertida a lo que el se encoge de hombros como si fuera inocente.

—Eso estuvo de lujo—canturrea divertida. Lee la imita por lo que no puedo evitar reír—. Ven, siéntate—le ordena señalando el espacio vacío en su camastro.

El rizado asiente y sale fácilmente de la piscina impulsándose con los brazos, cuando sale notó los cambios en su cuerpo y que seguramente son algo recientes. Sigue siendo esbelto, pero ahora sus brazos lucen más marcados, su espalda un poco más ancha y su abdomen ligeramente más definido. No se si se ha interesado en a hacer ejercicio o ha sido una especie de deseo cumplido, pero luce bien.

Continúo con mi lectura y disfrutando de mi bebida mientras los escucho parlotear.

—Escucha, la siguiente semana, primer día de clases—Lee asiente atento—. El consejo estudiantil espera nuestra idea del club para la recaudación del baile y tendremos problemas si no pensamos en algo pronto.

El se queda en silencio intentando pensar, la voz grave de su hermano mayor los interrumpe y llama su atención.

—¡Lee! ¿Viste mi suspensorio?—la mirada de los tres reposa en el por inercia.

Está de pie en la terraza que da a la piscina, por donde antes saltó saltado Lee sin temor de caer sobre su cabeza hueca. Está sin camisa y en shorts, su torso brilla debido al sudor provocado por el ejercicio y que se desliza deliciosamente hacia la parte inferior que me gustaría explorar algún día.