↱ A Secret Love ↲

Capítulo 3.

Pronto nos encontramos fuera del aeropuerto, cruzando la pasos peatonales está la camioneta de los Flynn, apenas a unos metros de la salida principal. Miles me ayuda a subir mi equipaje al maletero, mientras tanto, Molly sube al asiento del copiloto y yo a la parte de atrás con mi bolso en mano. Durante todo el viaje nos mantenemos hablando de todo lo que hice allá, mis clases, los nuevos amigos que conseguí, que tan hermoso es Italia y ese tipo de cosas.

Igualmente, me actualizan las novedades que me perdí, algún que otro chisme que las vecinas y madres de los estudiantes de la preparatoria, le hacen llegar a Molly en las juntas de padres o durante los partidos de los equipos de sus hijos. Alrededor de las 10:30 am, llegamos al restaurante en el que siempre desayunamos o en el que festejamos algunos cumpleaños. Mientras Miles se estaciona, me encargo de revisar mi aspecto una vez más.

—Bien, el plan es que entremos Miles y yo primero, tú irás detrás de nosotros lo mejor escondida posible—asiento ante las instrucciones de Molly—. Cuando yo diga "¿Qué les parece primero el postre?" y todos pregunten por qué el postre, tú saldrás desde atrás. ¿De acuerdo?—la emoción que siente definitivamente no puede ocultarse.

—Completamente, capitana—hago el saludo militar haciéndolos reír a ambos.

—Parece que te esforzaste, cielo—Miles la mira con burla haciéndola reír y ganando un golpe suave en el brazo.

—Será genial, así que no te burles—le advierte amenazante—Se me ocurrió ayer mientras lavaba la ropa.

—Bueno, si sigues teniendo esas ideas tal vez algún día mates a alguien por la sorpresa—vuelve a reír Miles.

Molly lo mira mal mientras nos adentramos al restaurante con ventanales de vidrio, estructura de acero, decoración vegetativa y de madera. La luz amarilla forma un ambiente cálido y ameno en el interior, lo que envuelve a las familias en una atmósfera cómoda y alegre. Richard, un hombre de 62 años y quien es el host desde hace ya 30 años, nos recibe con aquella sonrisa torcida y amable que siempre mantiene en el rostro.

—¡Mi querida, Nea!—me mira sorprendido y se acerca a abrazarme emocionado. Lo abrazo devuelta adornando una risilla—¡Mírate, haz crecido mucho! A Allison le encantará verte—asegura mientras toma mis manos entre las suyas. Allison es la esposa de Richard, otra gran amiga de la familia.

—Muchas gracias Rich, estoy feliz de volver a verte—le sonrío agradecida—Espero poder ver a Ali pronto.

—Sabes que puedes visitarla cuando quieras, siempre va a recibirte—palmea suavemente el dorso de mis manos antes de volver a su puesto—Tus hermanos y tú padre ya los están esperando—nos guiña el ojo en complicidad, por lo que asume que Molly le ha contado su malévolo plan.

—¿Ya llegaron Noah y Lee?

Rich asiente hacia la pelirroja—Si Molly, llegaron hace 5 minutos.

—Perfecto. Gracias, Richard—le agradece después de notar la impuntualidad de sus hijos—. ¿Lista?