Mis amigos tenían la madurez de un niño de preescolar.
Después de cenar la idea era ponernos una película, beber vino, comer palomitas y tomárnoslo con calma esa noche. No era diferente a la mayoría de los domingos que había pasado con Damon y Guille. Solo que esta vez, los tres ocuparon el sofá grande mientras preparaba los aperitivos.
Me dejaron el sofá más pequeño con Eric sentando en una esquina discutiendo en la mejor película para ver.
Sutil. Muy sutil.
Maratón de Resident Evil. Una de las sagas favoritas de Val y mía. Todo lo que tuviera que ver con zombies y virus chungos, ahí estábamos nosotras para tragarnos lo que Hollywood nos vendiera.
Era de las hablar y comentar las películas la gran mayoría de veces. Más si eran películas que ya ha visto todo el mundo y podías comentar si habrías hecho lo mismo que Alice u otra cosa. Permanecí en silencio, concentrándome en la película hecha una bola en la esquina del sofá.
Evitaba el contacto con Eric a toda costa, tanto física como visualmente.
No era difícil por la posición de la tele y lo concentrada que estaba en la película que había visto ya como cinco o seis veces antes de esa.
En el otro sofá sí que había más conversación que en el nuestro, con Val siendo una comentarista divertida entre susurros.
La pareja feliz no tardo en acurrucarse bajo una manta, hablando sobre sus cosas con la película de fondo.
No era molesto, apenas me enteré de la conversación en la que Val intercedía de vez en cuando. Estaba acostumbrada a estas noches, pero no a como me estaba sintiendo en esa.
Eric estaba al alcance de mi mano, sonriendo de vez en cuando por los comentarios de Val. Parecía tan consciente de mi presencia como yo de la suya, pero ninguno se comportó como si él otro estuviera ahí.
No entendía el concepto de ser amigos, porque era la cosa más absurda que podía pasar después de todo lo que habíamos tenido juntos.
En torno a la segunda película, decidí relajarme por el bien de mis cervicales. No me ayudaba estar en posición de ataque después de toda la tensión de la semana. Estaba en mi casa, tenía que relajarme.
El cansancio arrasó conmigo en cuanto me acomodé en el sofá de verdad, abrazada a la manta que me cubría entera.
Me quedé dormida al inicio de la tercera película, atontada por el vino, la tripa llena y el cansancio acumulado.
Ni siquiera los gritos, tiros y zombies lograron despertarme.
-Eh, nena-Guille me zarandeó el hombro para despertarme-Sube a la cama antes de que te partas en el sofá.
Me froté los ojos con un bostezo torpe, gruñendo por el despertar.
-¿Qué hora es?
Guille se apartó para que me levantara.
-Las dos y media. Se están subiendo todos a dormir-Me explicó con paciencia.
Miré a mi alrededor, buscando a Eric.
-¿Todos?-Repetí en un susurro.
Guille sonrió ligeramente, con el mismo aspecto de cansado que yo. Había sido una semana eterna para todos en el trabajo.
-Eric se queda a dormir. No traía coche y todos hemos bebido como para conducir-Explicó yendo hacia la escalera-Se queda en una de las habitaciones de invitados, por si te interesa.
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Cayendo al infierno #2 [Terminada]
Romance¿Cómo superas perder algo que nunca te perteneció? ¿Dejare de sentir algún día ese vacío en el pecho que tenia desde el día que cerró esa maldita puerta? Me limité a vivir en la tierra hasta que él apareció y me hizo Alcanzar el Cielo. Ahora estoy c...