Capítulo 33

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Me ruboricé de rabia, agarrando mi vestido con más seguridad, siguiéndole por las escaleras como un huracán.

    -¡Ni hablar! ¡¿Quieres respuestas?! Pues deja de montar el drama como una niña que siempre dices que no eres y escúchame. ¿No tengo el beneficio de la duda después de diez años siendo familia? ¿Ni siquiera eso?

Alicia se detuvo en lo alto de la escalera, mirándome con furia y confusión en partes iguales.

    -He peleado con mi madre creyendo que...

    -¿Qué? ¿Qué creías? ¿Qué fui lo mejor del mundo antes de que tu padre me adoptara?-Inquirí subiendo otro escalón-¡Pues no Alicia, no era así! Era un maldito desastre hasta que tu padre me ayudó. Pero eso no quita...

    -¡Eres una hipócrita! Siempre nos dices que no tenemos que drogarnos y tú...

    -No me trates como si me hubiera estado pinchando al lado de tu cuna cuando eras un bebe, Alicia. Solo has escuchado a tu madre despotricar sobre mi y te has creído...

    -¡Ella no me ha mentido!-Me gritó enfadada-¡Te drogabas! ¿Eras como dice mamá? ¿Quisiste que papá te adoptara por el dinero?

Esa bofetada me dolió mucho más que la de Eugenia.

Mas lagrimas se desbordaron por mis ojos, incapaces de contenerlas.

    -Alicia, no digas tonterías. Estas hablando de nuestra hermana-Susurró Hugo-Si no nos lo han dicho, fue por algo...

    -¡Da igual! Se supone que no hay secretos entre nosotros-Se quejó Alicia mirando al vestíbulo-¡No soporto las mentiras!

Damon. Mi divorcio.

Eric. Nuestra relación a escondidas.

Me agarré a la barandilla, perdiendo la fuerza de mi cuerpo.

    -A veces ocultamos información para proteger a otros hermana-Susurré con la voz tomada por el dolor-No vas a entenderlo ahora, ni mañana ni dentro de un año. Son cosas que aprendes poco a poco en la vida. Lo único que quiero que te quede claro, es que el día que dejé toda esa mierda, fue por vosotros.

Hizo un ruido de incredulidad, chistando, desviando la mirada.

    -Va en serio, Alicia. Tu solo tenias dos años y Eugenia os abandonó. Se fue de casa y os dejó a los cuatro aquí solos con Nicolás, que no pudo soportarlo y llamó a mi madre. Tu sabes que ese día fue el que os conocí, sabes que no te estoy mintiendo en esto-Me lanzó una mirada rápida, nerviosa-Si no fuera por vosotros, no habría dejado que Nicolás me ayudara. No habría dejado de ser un maldito desastre y tratar de protegeros de toda la mierda que yo si que pasé-Subí otro escalón para acercarme-Dime un solo día que me hayas visto beber delante de ti. Que me hayas visto hacer algo que os hiciera daño. Dime un solo día en el que no os haya protegido de todas las cosas malas que yo si tuve. Dímelo y dejaré que sigas odiándome a gusto a pesar de que habéis sido lo único que me ha importado nunca.

Los labios de Alicia temblaron, poniendo un puchero con más lagrimas cayendo por sus mejillas. Se las limpió con orgullo, pero estaba flaqueando.

    -¿Por qué no nos lo has dicho nunca? ¿Por qué me he tenido que enterar por mi madre, contra la que te he defendido y llamado mentirosa?

Me encogí de hombros, suspirando.

    -No estoy orgullosa de mi, ni de lo que era. Mucho menos de los errores que cometí. No eras lo bastante mayor para entender...

    -¡No me trates como una niña!-Me gritó enfadada-¡Acabo de pelearme con mi madre borracha por ti!

El cuerpo de Alicia se echó al temblar, encogiéndose con una mueca de dolor.

Cayendo al infierno #2 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora