La demanda de divorcio estaba preparada para ser firmada. Al igual que los billetes de avión y el plan a punto de ponerse en marcha.
Solo necesitaba una pequeña confirmación para que explotara, arrasando con todo.
Para mantener mi mente ocupada, tenia la preocupación de la gala benéfica. A la cual no solo me acompañaría Damon, sino también Eric y Marcos.
Esa noche iba a estar más que bien acompañada. Eric haría a la vez de escolta y de organizador para la seguridad, igual que el año anterior. Nos vino a buscar tanto a Damon como a mi a casa, para después ir a buscar a mi hermano.
Los ojos casi se salieron de las cuencas a mi vikingo cuando me vio aparecer con el ajustado vestido color rojo con una apertura en la pierna hasta el muslo.
El tirante era fino, el escote recto y elegante, la espalda al aire hasta el final de la misma, solo cubierta por los hilos que se cruzaban para sujetar la estructura.
Me había recogido el pelo en un moño sujeto con horquillas, que dejaban escapar algunos rizos pero que cumplía la función de dejar mi espalda al aire.
-Deberías haberte traído el babero, Eric-Comenté alisando el vestido con una sonrisa picarona.
Desde el nefasto intento de hacerle un striptease en el que no me desnudé, me reté a mi misma a lograr que el vikingo volviera a quedarse boquiabierto conmigo. Estuve cerca de lograrlo, pero debió de contenerse porque no estábamos solos.
Damon puso los ojos en blanco, metiéndose al coche al sentirse completamente ignorado por su primo, más centrado en comerme con los ojos a poner atención a mi otro acompañante.
Él iba con un traje mucho más elegante que la ultima vez, de color gris muy oscuro y la camisa negra con la corbata del mismo color.
No tenia un aspecto siniestro, sino que brillaba con una elegancia que quitaba el jodido habla. Si no fuera porque me había preparado mentalmente para verle, tendría la misma cara de idiota que él.
-Y con razón, pequeña-Murmuró envolviendo mi cintura desnuda, paseando su pulgar por mi piel-Va a ser difícil mantener las manos quietas esta noche con la curva de tu espalda tentándome.
Tragué saliva con las mejillas ardiendo y unas ganas locas de dejar la gala de lado y que se metiera en casa conmigo.
-¿Seria demasiado pedirte un baile?-Pregunté en un susurro intimo.
Aunque Damon estuviera dentro del coche, no quería que supiera de que estábamos hablando.
La sonrisa de Eric no fue la mejor, ni siquiera fue alegre por mi proposición.
-Lo dejamos para casa. No pasaran desapercibidas las ganas que tengo de lamerte entera.
Tensé mis muslos, mirándole a los ojos con las ganas aumentando.
Quería disculparme una y otra vez por haberme casado con Damon. Por no poder disfrutar de esta noche como dos personas normales. Quería bailar, quería tocarle, quería besarle sin importarme donde estuviéramos.
Pero me quedé callada, esperando a que me diera un beso.
-Estas preciosa-Me aseguró acariciando mi mejilla-Vamos, sube. Tenemos que ir a por tu hermano.
No me besó, apartando su mirada demasiado rápido. Fue amargo sentir ese pequeño rechazo, pero ya íbamos justos de tiempo.
Me senté en el asiento trasero, tomando la distancia necesaria con Eric. Si me sentaba delante, necesitaría cogerle de la mano y no era algo que hiciéramos delante de nadie. Ni siquiera de Damon.
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Cayendo al infierno #2 [Terminada]
Romans¿Cómo superas perder algo que nunca te perteneció? ¿Dejare de sentir algún día ese vacío en el pecho que tenia desde el día que cerró esa maldita puerta? Me limité a vivir en la tierra hasta que él apareció y me hizo Alcanzar el Cielo. Ahora estoy c...