Capítulo 38: Tripulantes Inesperados

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Narra Brock:

Luego de desayunar todos en familia, fuimos a trabajar. Probaríamos suerte con Bo y Nita en Atrapagemas. Mientras que Leon, quería irse a Supervivencia Solo.
Nos reunieron a todos luego de los eventos matutinos.

-Hola chicos, disculpen que no los hayamos saludado.
-Buenos días Brock -dijo Poco-.
-Buenos días niños, ¿cómo están? -dijo Shelly de modo amable a mis hijos-.
-Muy buen tía Shelly, ¿tú?.
-Perfecto, gracias por preguntar.

Tuvimos que hacer silencio después de eso, nos presentaron al siguiente brawler cromático. Se llamaba Ruffs, tenía una baja estatura pero un carácter explosivo. Todos querían jugar con él, probar en diferentes composiciones, sus habilidades y demás cosas.
Luego de unas partidas que jugó, nos ofreció ir a su nave espacial. Caminamos hasta donde estaba y nos detuvo frente de ella.

-Antes de entrar quiero aclarar algunas cosas: bajo ningún concepto toquen nada y no se separen. La nave es más grande de lo que parece.
-¿Qué crees que haya? -me susurró Bo-.
-No lo sé, quizás un arsenal de armas.
-O los huesos que come -nos reímos en voz baja-.
-Por favor, entren -Ruffs abrió la nave y entramos-.
-Es muy grande -dijo asombrado Bull-.
-Eso dijo ella -respondió por lo bajo Byron y nos reímos-.

La nave era ciertamente espaciosa, la apariencia engañaba. La zona que nosotros pudimos ver, fueron sólo la sala de comandos y el comedor (que tenía una cocina moderna incluida). En los pasillos, pude notar algunas medallas o fotos de Ruffs en diferentes poses de victoria.

-Así que dime Ruffs -intenté iniciar una conversación- ¿De donde son esas fotos?.
-De diferentes planteas.
-Wow -me quede asombrado- ¿viajas seguido?.
-Cada que puedo. Me gusta explorar. He visitado muchos lugares geniales.
-¿Como cuáles?.
-Bueno, una vez fui a un planeta que tenia una consistencia baja y alta flexibilidad en su tierra.
-Y eso significa que... -me quede confundido-.
-Que era como un flan.
-Oh -me reí-.
-Podías saltar y era como estar sobre uno. Lo malo es que no tenia oxigeno.
-¿Tienes trajes especiales y esas cosas?.
-Claro que si.

Spike jugaba arriba de los controles.

-Spike, baja de ahí -le dijo Colt-.
-¿Vas a decirle algo? -le pregunte a Ruffs-.
-No, tengo el seguro puesto.

Una alarma sonó de repente, todo comenzó a temblar. Miramos rápidamente hacia afuera, la nave estaba a punto de despegar.

-O quizás no. ¡TODO EL MUNDO FUERA! -gritó Ruffs- .

Todos corrieron contra la puerta, la cual se estaba cerrando de arriba hacia abajo. Los gritos no se hicieron esperar, nuestros amigos lograron salir. Collete estaba algo lejos pero llegó a lanzarle su libro a Edgar en la cara, el cual, del golpe salió a tiempo. Bull lanzó a Bibi, nosotros hicimos lo mismo con Bo y Nita. Nosotros nos estampamos contra la puerta.
La Tierra se veía más y más lejana, dejando todo detrás. Solo pudimos quedarnos mudos. Ninguno de los cuatro dijo nada hasta que la oscuridad del espacio se hizo presente.

-Niños -dije soltando una lágrima-.
-Tranquilo Brock -Bo me abrazó fuerte- ellos están bien.
-Están solos.
-No claro que no. Todos nuestros amigos están allí con ellos.
-Bibi -se lamentó Bull- por lo menos pude sacarte.
-Mi libro, mi amado libro -todos miramos a Collete, ella estaba llorando-.
-¿Me estás jodiendo? Lloras por un libro. Algo material.
-Déjala en paz Bull -dijo Ruffs tomando de la mano a Spike-.
-Creo que este cactus nos debe una disculpa a todos.
-No, yo se la debo. No revise que tuviese el seguro. Vamos para el comedor, ¿por qué no nos sentamos y hablamos?.

Caminamos sin apuro hasta allí, nos sentamos dejándonos caer en las sillas de forma pesada.

-¿Cómo vamos a volver?.
-No lo sé, el rumbo que marcaron está muy lejos -solté unas lágrimas-.
-Tranquilo, está bien.
-¿Qué tan lejos estamos? -preguntó Collete jugando nerviosa con sus manos-.
-Honestamente, no lo sé.

La nave se quedó quieta, lo supimos cuando vimos por una ventana.

-Oigan, puedo modificar mis telecomunicadores para que puedan llamar a su casa.
-¡¿ENSERIO?! -gritamos todos al mismo tiempo-.
-De verdad, denme unos minutos.

Ruffs se puso manos a la obra, cortando y uniendo algunos cables. De vez en cuando, lo ayudábamos pasándole una herramienta o algo así. Cuando terminó, Collete se apresuró a marcar un número.

-¡Pedido especial para la tienda de regalos!.
-¿¡COLLETE?! -gritó entre lágrimas Byron- ¡ESTAS BIEN!.
-Claro que si. ¿Donde está Edgar? Quiero decirle que cuide bien mi libro.
-Claro, es está... -se movió por la tienda- aquí -abrió una puerta y encontró a Edgar llorando en un rincón con el libro en sus manos-.
-Edgar, hay alguien que te quiere saludar -le mostró el telefono-.
-¡COLLETE! -empujó a Byron y le quitó el celular-. ¡ESTAS BIEN, ME ALGRO TANTO!.
-Tu también, bueno mejor me apresuro porque hay gente que quiere hablar aquí, cuida mi libro.
-Estoy tan solo aquí -se lamento-.
-Estoy literalmente aquí -dijo Byron-.
-¡TAN SOLO! -cortaron la llamada-.
-Me toca a mi -Bull llamo a su amigo- ¡CROW!.
-¡BULL! -dijo con los ojos llorosos- ¡ESTAS VIVO AMIGO!.
-Lo sé, soy un tipo duro. ¿Donde está...?.
-¡BULL! -gritó su hermana- ¡NUNCA VUELVAS A HACER ESO, CABEZA HUECA!.
-Bibi, lo volvería a hacer si fuera necesario. Crow, cuida a mi hermanita.
-Seguro, cuenta conmigo.
-Okey, ahora nuestro turno -dijo Bo-.
-¿A quien llamas?. 
-A Colt, seguro que está con los niños -el teléfono tardo un poco pero al final contestaron-.
-¿Bo? OH POR DIOS ERES TU. ¿Se encuentran bien?.
-Si, tranquilo, estamos todos bien.
-Colt, pásame con los niños, por favor.
-Están con Poco, un momento.
-Y está niños, la llamo... -decía mientras afinaba su guitarra-.
-Leon, Nita, sus padres están aquí.
-¡PAPÁ! -gritaron los dos quitándole de las manos el celular a Colt-.
-¿Están bien? -preguntamos-.
-¡SI! ¿USTEDES?.
-Si niños, tranquilos. Los tíos Colt y Shelly los cuidarán.
-Okey, los queremos -dijeron-.
-Nosotros también.

Cortamos la llamada. Respiramos aliviados. Ya había sido un largo día, necesitábamos un respiro y consultar con la almohada, si es que algún día volveríamos.
Ruffs nos dio un cuarto a cada uno, excepto a Bo y a mi. Nos recostamos, divagamos un rato y sentíamos algo perdidos. Pero una cosa era clara: volveríamos a casa.

Amor Salvaje (CONCLUIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora