Capítulo veinticuatro: Despacio.

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Gemma iba a ser llevada al psicólogo, tenía actitudes que nadie comprendía, y estaba faltando a la escuela hace aproximádamente un mes y necesitaban ayuda para saber qué pasaba. Así que hoy Anne con Gemm irían y se quedarían en la casa de su hermana, ya que ella conocía a un buen psicólogo que podría además hacerle una rebaja.

Harry hoy se quedaría solo. Toda la noche, y no le molestaba; no era la primera vez. Sin embargo, la última ocasión en que se quedó solo –hace unos meses– había sido hace meses y no tenía una hermosa novia. Por lo que cuando su madre y hermana desaparecieron, tomó el teléfono entre sus largos dedos y marcó el anhelado número.

¿Hola?

—Mei, te estoy llamando desde mi casa—Dijo sonriendo.

Oh, ¡Hola!

—¿Estás ocupada?

—Nope. ¿Por qué?

—Quería saber... Es que...—Suspiró y revolvió su cabello. No sabía cómo decirle que viniese, sin que sonase como una propuesta a sexo, porque no era eso—, mi mamá y hermana saldrán hoy... Bueno, salieron... Y yo... Que-Quería saber si podrías venir... A dormir acá, obviamente no estoy pidiéndote sexo... Sólo quiero abrazarte en la noche...

Suenas muy nervioso—Escuchó una risa suave—, deberías calmarte.

—Sí, sí... Es que no quiero que malinterpretes mis intenciones...

—No lo hago, descuida. Le diré a mi mamá.

—E-está bien... Yo... Yo te iré a busca-

Puedo ir sola, Harry.

Ambos rieron.

—Pero...-

—Te veré más tarde, adiós.

—Adiós, ¡Te quie-

Y antes de que pudiese terminar la llamada ya había finalizado.

Ordenó la casa y por primera vez se sentía tan incómodo, y no sabía exactamente la respuesta. Sería como los días en Land pero... Diferente.

Y lo último que ordenó fue su habitación. Todo en un perfecto orden, la cama con la manta azul marino, nueva. Porque, dormirían juntos, ¿no?, sería un tanto tonto dormir separados, ya que la invitó a dormir con ella –en un buen sentido–.

Y a las 19:27 escuchó el timbre de la puerta, y al abrirla la sonrisa de Harry se amplió el triple. Ella llevaba una falda negra lisa, y una blusa celeste que iba debajo de la falda en tubo. Se veía formal pero casual, simplemente hermosa. Y se pudo percatar que sus labios iban un poco pintados de rosado. Y en su mano derecha sostenía un bolso.

—Pasa, Mei.

Le hizo caso y entró a la casa de su novio. Y con algo de timidez dejó su bolso sobre el sofá rojo que estaba al lado de la puerta y debajo de la ventana.

—¿Cómo estás?

—Bien...—Rascó su nuca—, perdón si hay algo desordenado.

—No hay nada—Ella rió y se sentó en el sofá—. Comúnmente yo soy la tímida aquí, no tú.

Harry sonrió y se sentó a su lado.

—¿Cómo se lo tomó tu mamá?

—Nada... No le molestó, pero sólo... Abre el bolso—Ordenó ahora ella poniéndose un poco incómoda.

Al bajar el cierre lo primero que vio fueron cuatro preservativos. Sintió sus mejillas arder con fuerza. Alzó su vista y Mei estaba en la misma situación.

—Bueno... Los guardamos y así en un futuro ahorraremos dinero—Bromeó.

Mei rió ante la broma. Cerró el bolso y luego se inclinó a besar los labios suaves y rosados de Harry. Él inmediatamente siguió el beso, que como siempre, comenzaba con algo lento para poco a poco subir de tono. Y esto sucedió cuando la lengua de él buscó camino hacia la de Mei. Posicionó sus manos en las mejillas de él, mientras que ella simplemente enredó sus delgados dedos en el cabello de él. Y con duda se colocó en el regazo de su novio, pero no pensó en el hecho de que iba con una falda ajustada a su cuerpo, y que esta se subiría, quedando expuesta su ropa interior. Pero poco le importó.

Siguieron besándose y Mei se removió al sentir la presión del roce de sus entrepiernas. Esto era totalmente nuevo. No obstante, le gustaba.

La timidez se apoderó de Harry cuando colocó sus manos en el trasero de Mei y la apretó con un poco de fuerza. En cualquier momento él no resistiría. Y exactamente sucedió cuando se dejaron de besar, y la ya-no-tímida Mei plantó besos debajo de la oreja de Harry, bajando hasta su clavícula derecha.

—M-Mei... Si no quieres que siga deja de hacer eso...

—Vamos...—Musitó una vez que volvieron a besarse.

Una simple palabra para que reaccionase. Se paró, y Mei entrelazó sus piernas a la cintura del rizado. Y cuando llegaron a la habitación, él se sentó y quedaron en la misma posición. Recién se dio cuenta que a su vista estaban las bragas rosadas de su novia, lo que le causó el doble de deseo. Y ahora era su turno.

Comenzó a dejar besos cortos desde su oreja, la cual antes mordió con seducción y dejó el camino hasta su clavícula derecha, también proporcionando un leve mordisco. Besó tal cual sus labios la zona en donde el cuello se conecta con el hombro. Se dedicó ahí, succionando para dejar una marca –no tan notoria–, finalizando la marca con un mordisco suave para no hacerle daño. Y finalmente, no pudo evitar soltar un jadeo cuando Harry sopló lentamente la zona marcada que ahora ardía un poco; perfecto. En cualquier momento él la haría morir.

Subió otra vez a sus labios, y de otra manera, inmediatamente su lengua se abrió paso a la boca de ella. Mei puso sus pequeñas manos en su pecho, acariciando con mimo. Captó la indirecta y se sacó la playera dejando ver su buen abdomen, no era extremadamente musculoso, pero tener los oblicuos marcados era suficiente razón para delirar. Miró unos segundos su cuerpo, usando sus dedos para rozar la línea V. Ahora él jadeó.

Con calma desabrochó la blusa de Mei, deslizándola por sus hombros sin apartar la vista de sus ojos. La dejó en el suelo y la miró, debía ir despacio si no quería que ella saliese arrancando. Se miraron. Y sin dejar de tener timidez, acercó su mano al tirante del brassier, lo bajó y realizó lo mismo con el otro. Luego por detrás lo desabrochó y cayó al regazo de Mei. Tragó saliva. Su inocencia le excitaba más. Mucho más.

Lo siguiente fue cuando Harry se inclinó hacia adelante y dejó a Mei debajo suyo. Se puso arriba y bajó su ajustada falda. Se sacó sus jeans. Todo al suelo.

Volvió a besarla, desde sus labios hasta su hombligo. Los besos eran húmedos. No sabía de dónde sacó tanta experiencia. Si sólo había estado con Mimi y seguramente ni contó.

—Estoy completa y locamente enamorado de ti—Musitó.

Y todo lo demás, es historia.

[***]

Ambos estaban acostados sobre las sábanas, con sus respectivos pijamas. Lo que hicieron anteriormente fue hermoso en su totalidad. Las caricias, besos y demás, perfecto.

—Dijiste que sólo me abrazaría se comentó con gracia.

—Tú me dijiste «vamos».

—Tú no me dijiste «paremos».

—De todas maneras sabemos que nos gustó. ¿Estás bien?

—Síp.

—Te quiero demasiado, Mei, demasiado.

Y poco a poco, se quedaron dormidos.

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HEEEEYYY el cap es corto porque bueno...sólo quería poner la escena de ya saben (͡° ͜ʖ ͡°), y no expliqué mucho porque no tenía ganas sinceramente(?), así que se los dejé a su linda imaginación❤. Espero que les gusteeee, las adoro xx.

Dos Palabras | HS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora