Capítulo dos: El celular.

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El día seguía transcurriendo, mientras Harry miraba su mano que tenía una venda. De la nada sonrió, y siguió mirando el pizarrón.

Meiran fue a su casillero; número 70. Lo abrió, y en seguida calleron los papeles tan típicos de todos los días, los tomó, y leyó en su mente;

«¡No debiste goloear de la nada a Harry! ¡Estúpida!»

«Le debes una disculpa a Harry, inútil bicho raro.»

Arrugó los papeles en su pequeña mano y meditó, en parte era verdad, Harry no tenía la culpa de su amigo con las hormonas sobre-alborotadas a sus dieciséis años. Le debía una disculpa, de todas maneras... Pero...

—Harry, todo el día has andado pensante.—Le dijo Dan.

—Puede ser.

—¿Qué pasa?

—Cosas. Nada importante para ti.

—Bien... ¿Cómo está tu mano?

—Perfecta. Bueno, duele algo, pero son cosas que pasan.—Sonrió el ojiverde y sus hoyuelos aparecieron.

—«cosas que pasan.», ¿¡Me hablas en serio!?, oh, sí, claro, es normal que una chica de quince años venga y sin una razón te dé una patada voladora a lo Mortal Kombat, sí... ¡cosas cotidianas!

Harry soltó una carcajada y negó con la cabeza; acomodó sus rizos y dejó a su mejor amigo para que este pudiese ir a babear con las voluptuosas chicas.

Caminó hacia el patio trasero de la escuela y se metió en el callejón entre el edificio de la primaria y secundaria. Al llegar al final, paró al ver a la chica de la patada voladora.

—Perdona a mi hormonal amigo hoy en la mañana...—Dijo sin mas.

—Um... Este... P-Perdóname a mí, te golpeé sin razón.—Musitó sin mirar al chico de gran ojos esmeralda.

—No ha sido nada.

Sonrió y sacudió su cabello por enésima vez, Meiran miró su mano.

—¿Te duele?

—Algo.

—T-Ten.—Le pasó un parche curita—Por... Si te sigue doliendo.

Harry ladeó su sonrisa; convirtiéndola en una pícara.

—No bastará con sólo una banda.—Respondió en un intento de ligar, deseando que le diese un beso. Torció más su sonrisa y levantó una ceja.

—Hm, ten.—Le extendió una tira de cinco parches.

—P-Pero... Y-Yo...—Suspiró—¿Cómo te llamas?

Oh Styles, ¿no se te ocurrió otra cosa?, ya sabes su nombre. Pensó.

—M-Meiran...

—Nombre raro pero lindo, Mei.

—¿M-Mei?

—Sí, Mei. Más lindo todavía.

—Eh...-

—¿Intercambiemos celular?—Preguntó sacando su Smartphone De su bolsillo.

Mei quedó mirándolo. ¿Intercambiar celular?, ¡No!, ella no quería cambiar su celular celeste por el negro de Harry, ¡Se rehusaba!, el celular de Harry no era del tipo del de ella. ¿Por qué él querría tener mi celular y yo el de él?, el suyo es más nuevo.

Harry pareció entender que Mei pensó en la idea más ridícula.

Aquí es cuando se anota en grandes y letras de Neón:

Dos Palabras | HS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora