Capítulo 54

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Seguía recostada en la cama cuando escuché el gran reloj de la entrada principal sonar las siete en punto de la mañana. Debido a que me dormí muy temprano, desperté muy temprano, incluso le gané al reloj del palacio.

Sin más me levanté y me puse mi bata de dormir, era la única prenda del siglo veintiuno que me servía en Pódroga. Bajé la escalera y como esperaba, todo el salón estaba en un silencio total y lleno de tazas de té o café en cada rincón, el funeral había sido muy emotivo y callado. Escuché ruido en la cocina y sólo pude divisar a una Laura saliendo de ella, desde temprano estaba recogiendo cada taza, plato y cucharita haciendo una pila enorme de trastes por lavar en el fregadero, sin más, me puse a ello, tomé su delantal y comencé a lavar con mucho cuidado todas esas tazas de porcelana. Laura realmente necesitaba ayuda y se le miraba muy apresurada.

Pasados de cuarenta minutos estaba por terminar mi labor en lo que ella secaba todos los cubiertos y los acomodaba en sus respectivos cajones de acuerdo al diseño de la bajilla al que pertenecían.

Se escuchó la puerta principal abrir y algunas voces, eran Nicholas y Sebastián, Laura salió al pasillo para ver de qué se trataba mientras yo continuaba con lo mío en el fregadero.

-¡Santo cielo! -Exclamó Laura - Qué bonito ejemplar, tan saludable y Joven.

A los pocos segundos mi curiosidad se apaciguó al ver entrar a Nicholas y Sebastián con un venado macho colgando de un tronco de madera por las patas, lo habían cazado y por la apariencia del animal muerto fue esta mañana su partida de este mundo.

Nicholas me miró, inclinó la cabeza en señal de saludo y salió con Laura por las herramienta para empezar a trabajar al animal para cocinarlo.

Sebastián se quedó y se sirvió una taza de café, se sentó en una de las sillas con un aspecto agotado.

A falta de palabras me giré a terminar lo mío.

-¿No dirá nada señorita? -Dijo de repente.

-A decir verdad no. -Simplemente respondí. — Tal vez un buenos días pero creo que entre tú y yo ya están demás los saludos. — Me encogí de hombros.

—Por supuesto que no, si no dormimos juntos —Sebastián igual respondió sin mucho interés imitando mi tono de voz.

— Bien, entonces buenos días.

-Interesante.

-Ya sé de qué va todo esto -Dije - A juzgar por todo lo acontecido, supongo que el palacio recibirá a una persona de muy alto rango si es que se han tomado la molestia de cazar un venado en santa paz.

-Muy bien acertado -Me giré a verlo y ya estaba con una sonrisa a mitad de boca - me encanta cuando piensas como yo.

Giré mi cara. No estaba de humor para esto.

Sebastián se levantó y tomó mis manos mojadas para secarlas con una toalla y dirigirme a la silla donde él había estado.

-Aly, la persona que vendrá no es cualquier mestizo -Dijo aquello con mucha seriedad que hasta me erizó el bello del cuerpo - Es una persona que ha estado en este mundo por más de quinientos años y sólo se tiene registro de tres casos como él a lo largo de la historia, él es el único vivo desde hace quinientos años y aún se sigue cuestionando si es un mestizo o un autentico, desciende de fantasmas Aly. 

Cuando dijo eso mi corazón brincó para latir a un pulso más rápido.

-¿Fantasmas? -Titubié.

-Sí, él puede ver, presente, pasado y futuro Aly, es un ser con un alto rango en jerarquía, ya que él sólo ha podido posicionarse en una de las jerarquías más altas cuando sus antepasados eran sirvientes de faraones momificados hasta que uno de ellos se fugó a Europa. Su eminencia para ser más precisos y estará aquí el día de mañana.

Eternos: Memorias RotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora