Capítulo 13

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-¿Cuándo te vas? -Le susurré. Esa pregunta era mi escape perfecto para no prometerle nada, no sabía a qué situación me enfrentaba, incluso con Jerém tenía ideas o teorías, pero esto está fuera de mis límites.

-Supongo que en unos días, Dominic sólo mencionó la partida a Escocia, nunca dijo la fecha de partida.

Suspiré ante la falta de palabras, mi cerebro estaba totalmente vacío de ideas o pensamientos, incluso preguntas.

-¿En serio vas a ayudar a Haesen? -Me preguntó después de un rato.

-Sí... Me interesa mucho lo que descubrió en Pódroga.

-Ya veo - Se limitó a decir.

-Nicholas, por favor mantenme al tanto de tu partida, odiaría que te fueras sin despedirte de mí -Le rogué.

-Y yo voy a odiar despedirme de ti Aly -Sonrió enternecido.

Dominic no era estúpido, él ya venía preparado con la idea de que yo le diera clases a Haesen. A la tarde me encontraba con él en la pequeña sala de estar con la chimenea ardiendo, me estaba dando los libros que ayudarían a Haesen.

-En realidad son libros muy básicos, hasta a usted puede y le sirvan en algún momento de su vida, después de darle clases a Haesen puede conservarlos -Dominic me dijo.

-Gracias -Le dije solamente.

-Haesen está muy abierto a tomar las clases aquí, debido a su recuperación, ya que la señorita Lyrio y Axy le van a ayudar en eso, sólo falta saber si a usted le conviene impartir las clases aquí en Antares.

-Para mí no me supone un problema, puedo sacar mi permiso de conducir e ir y venir con facilidad.

-Me alivia escuchar eso.

-Bien, gracias por los libros -Le dije como despedida.

Me levanté y tomé todos los libros pesados con portadas antiguas y bordada.

-A usted señorita.

Dominic se reclinó más en su asiento y tomó si taza de té. Salí de la sala.

Encontré una pequeña ventana oculta el uno de los tantos pasillos de antares, alejada y solitaria. Eso era justo lo que necesitaba después de todo el ajetreo del día. Como era costumbre en antares, el día estaba nublado y caían pequeñas gota de lluvia que chocaban en la ventana, me senté en la ventana para ver la lluvia y leer algún libro que me dio Dominic.

-Alicia, ¿Puedo hablarte un momento? -Azu apareció de repente.

<<Y el día no termina>> Suspiré internamente.

-Claro Azu, ¿Qué se te ofrece?

Azu suspiró y se sentó en la amplia ventana donde yo estaba.

—Quiero hablarte de Haesen —Dijo.

Haesen era el punto detonante entre Azu y yo, y tener una conversación sobre él no me parece buena idea.

—Te escucho —Le dije tratando de ser lo más madura posible.

—Ambas sabemos la verdad ¿no? —Asentí —Y ahora ambas sabemos sobre la amnesia de Haesen y todo lo demás. Bien. No entiendo por qué Dominic te ha elegido a tí, debe tener sus razones y yo no las voy a contrariar y...

—Azu —La interrumpí —No quiero sonar grosera pero, ¿a qué quieres llegar con todo esto?

Azu me miró cohibida y con miedo.

—Por favor Alicia, no le digas que él te amó —Soltó repentinamente desesperada —Ahora tú estás comprometida y él no te recuerda, además tu prometido y Haesen se odian a muerte. Te lo ruego, no le digas, esta es una oportunidad única e irrepetible que tengo para que me quiera como yo a él y sé que en el pasado lo hubiera logrado si no hubieras llegado tú, pero eso ya es historia. ¿Qué te parece, volvemos a empezar de nuevo? Sabes que mis asperezas solo fueron por ganarme el cariño de Haesen y que tú llegaras y te lo ganaras todo en sólo cuestión de días, lo que a mí me tomó años, solo fue eso.

Eternos: Memorias RotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora