Ya en casa de Diamante, Serena se dispuso a cerrar sus azules ojos para intentar descansar. Sus párpados se sentían tan pesados que no le costó mucho conciliar el sueño y por primera vez se sumergió en un mundo de relajación en el que nunca antes había podido entrar.
Era la primera ocasión en mucho tiempo que había podido dormir plácidamente sin esas horribles pesadillas de la muerte de sus esposos. Ahora que conocía la verdad y su mente se había aclarado, todo era muy sencillo. Era como si se hubiera quitado un gran peso de los hombros.
Unas cuantas horas de descanso en la confortable cama que Diamante le había preparado le habían caído de maravilla, y ahora con la mente más despejada, podía ver claramente las cosas que quería y debía realizar.
Tan pronto como se levantó, Serena bajó a la sala de estar de la enorme mansión de su amigo, en la que se encontraban Esmeralda y él de lo más cariñosos, ya que ahora eran una pareja formal. Ella, al entrar ahí, pudo sentir que el ambiente era de puro romanticismo y le dió un poco de nerviosismo y vergüenza interrumpirlos pero fue inevitable ya que Esmeralda se percató de su presencia.
-Hola Serena- dijo efusivamente la pareja de Diamante -¿Dormiste bien?
No se conocían, pero Esmeralda la trataba como si fueran amigas intimas, y por alguna razón eso le agradaba a Serena.
-Diamante creo saber quién es ella, pero ¿No nos vas a presentar formalmente?- le cuestionó Serena que lo miró con ternura pues él no dejaba de poner esa cara de bobo enamorado mientras contemplaba el rostro de su amada.
-Sí. Ella es Esmeralda, mi novia, la chica de la que te hablé- y le tomó fuertemente la mano.
Serena la miró de pies a cabeza, sonrojando un poco a Esmeralda quien no entendía el comportamiento de la rubia, pero después de mucho meditar, Serena se acercó a Esmeralda y con un tono gracioso le habló -Espero que hagas muy feliz a este torpe, ya que fuiste la única mujer que logró mantenerlo quieto.
-Gracias Serena, no tienes nada de qué preocuparte, te prometo que lo cuidare muy bien- ambos sonrieron y él no pudo más que sonrojarse y llorar en un rincón. No sabía si por la emoción del momento o porque creían que no era capaz de cuidarse solo, aunque en el fondo algo de eso era cierto.
En la casa de la familia Tsukino, todos estaban reunidos en la gran sala familiar que poseían, pero ninguno hablaba, simplemente no tenían ganas. Cada uno se reprochaba por los errores, que hasta ahora notaban que habían cometido con Serena.
La madre de la chica no paraba de llorar en silencio, tenía los ojos hinchados y daba hipadas de sentimiento de vez en cuando.
Se lamentaba tanto haberla obligado a casarse tantas veces, de no haberla escuchado, de no haber tomado en cuenta su punto de vista ni sus opiniones, pero sobretodo, de no ver que le estaba causando un gran mal, y todo por un absurdo pleito con su rival-amiga Setsuna. Por fin Ikuko podía ver todo con claridad, eso había sido un absurdo capricho y una completa tontería. Tenía que haber dejado tranquila a su hija menor y que ella hubiera decidido cuando quería casarse y con quien.
La mujer estaba tan atormentada que su mente viajó a uno de los últimos días en que la había visto con vida..
-"Me casare cuando me enamore realmente"- dijo su hija con fortaleza en su voz.
Si tan solo la hubiera escuchado en ese momento y hubiera dejado que ella misma decidiera quien sería su primer esposo. Su llanto empeoró, pero nadie de la familia le tomó atención, ya que cada uno estaba sumido en sus pensamientos propios.
Unos cuantos minutos más tarde llamaron a la puerta, una mujer de ya entrada edad se hizo presente en la sala donde todos se encontraban reunidos.
-Lo siento mucho. Aunque les cueste trabajo creerme, lamento mucho su pérdida- ninguno de los Tsukino dijo nada, solo estaban esperando a que la recién llegada Setsuna expresara lo que quería. Esas palabras fueron lo único que de momento pudo decir la mujer, ella también conocía Serena desde pequeña y le era muy desagradable saberla muerta.
La madre de Serena ya con cargo de conciencia hizo que su enojo aumentara con facilidad.
-¿Lo sientes? ¿Sabes que por nuestra absurda pelea llevamos al precipicio de la muerte a mi niña?- Ikuko se levantó de su asiento de un salto y la encaró- ¡No vengas a disculparte! ¡Mejor lárgate!- expresó apuntando hacia la puerta de salida.
-Lo sé, ¿pero acaso no piensas en que me siento mal?- Setsuna no pudo aguantar las lágrimas y por primera vez se derrumbó delante de Ikuko
-La conocía desde pequeña y para mi es una tristeza aún más sabiendo que fue por nuestra culpa y por nuestra tonta pelea- finalizó Setsuna. Ella nunca había mostrado sus sentimientos más profundos en público pero esta vez, la tristeza que le inundó el corazón era muy fuerte y necesitaba desahogarse de una vez por todas.Ambas se miraron y la madre de las Tsukino, pudo ver en los ojos de su amiga que no había mentira alguna, así que calmándose la abrazó dándole un hombro donde llorar.
Por fin, esa rivalidad se podía dar por acabada para dar paso solamente a una gran amistad por parte de ambas.
Serena por su parte, había tomado la decisión de quedarse en su pueblo unos días más, pues aún le quedaban asuntos que resolver, como el de su familia y el de la carta de Diamante donde se quedaría al descubierto la gran mentira de Rei, así que tomó cartas en el asunto
Ya era más de media noche, y la ojiazul caminaba sigilosamente por las calles para no ser descubierta. Llevaba una gran capucha que tapaba su cabeza. No le fue difícil llegar a la casa de sus padres y entró al igual que un ladrón, sin hacer ruido.
Para ser bastante tarde todos aún seguían despiertos, ya que ninguno podía dormir. Para Serena le fue más fácil que todos estuvieran reunidos en la sala de estar, aunque no contaba con que se encontraría a Setsuna, pero aun así entró.
A todos los presentes se le salió el alma por la boca al verla ahí, se miraron entre sí para ver si era juego de sus mentes tan cansadas.
-Hola familia y Setsuna- dijo dado una sonrisa ya que no sabía que más hacer pues todos le miraban sorprendidos, aunque eso era comprensible.
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La viuda negra
FanfictionMúltiples matrimonios terminados en tragedia. ¿Que hará serena para evitar que el chico indicado muera esta vez?