Había transcurrido un año desde la partida de Serena. En su pueblo natal las cosas habían cambiado un poco. Ella había sido la precursora para cambiar la tradición de los matrimonios arreglados de las chicas de su región. Gracias a la tragedia que ella vivió, los padres y las madres de familia recapacitaron y decidieron que lo mejor sería que cada chica eligiera a su pareja por si sola, y sobre, todo por amor, y en el momento que creyeran conveniente.
Serena le enviaba a Darien una carta cada semana, carta a la que él daba respuesta inmediatamente. En ella se decían siempre lo mucho que se amaban, pero la última carta que Serena envió trajo consigo la felicidad más grande para Darién.
"Querido Darien.
Hace un año que salí a recorrer el mundo. He visto cosas maravillosas por todos los lugares a los que he ido. Los paisajes son hermosos. Mi mente ahora está más tranquila, he tenido mucho tiempo para pensar y reflexionar sobre todo lo que ha ocurrido en mi vida, y sobre todo para perdonar. Ahora solo me falta tranquilizar a mi corazón, pues no está completo si tú no estás. Es por eso que he decidido regresar, y aceptar esa propuesta de matrimonio que me hiciste el día en que partí. Quiero compartir mi vida contigo, quiero que estemos juntos por el resto de nuestros días. Si todo sale bien, llegaré en una semana.
Con amor Serena."
Darién salió corriendo de alegría para contarle a su familia. Helios se alegró demasiado, Endymion lo abrazó en señal de felicitación, y Neherenia como siempre, con sus locuras, comenzó a preparar todo para la boda que se celebraría en una semana.
Así mismo, corrió a casa de los Tsukino para comunicarles la noticia. Kenji se alegró, Mina le dió sus felicitaciones a Darien, Ikuko al igual que Neherenia, comenzó a preparar lo que a ella como madre de la novia le correspondía.
Llegó el día en que Serena volvió, toda la familia Chiba y su propia familia la estaban esperando en el muelle. Al desembarcar, comenzaron los abrazos de bienvenida. Primero sus padres y sus hermanas, luego sus futuros suegros y el pequeño Helios, pero a quien más quería ver no aparecía por ningún lado. De pronto, entre la multitud vió al hombre de su vida que se acercaba hacia ella hasta tenerlo de frente.
—¡Darién!— dijo ella abrazándolo fuertemente y soltando unas cuantas lágrimas de emoción y felicidad.
—Serena, no sabes cuánto te extrañé, aún con las cartas, el no tenerte físicamente junto a mí era muy difícil.
—Lo se, para mí también fue complicado, pero ya estoy aquí, y no pienso volver a separarme de ti nunca más.
—Por cierto, nunca tuve tiempo de hacerte una proposición formal— y ahí, ante la mirada de todos, Darien tomó de su saco una pequeña cajita de la que tomó un precioso anillo en el que se observaba un pequeño cristal en forma de corazón rodeado de algunas piedras plateadas bastante brillantes, y arrodillándose delante de su amada, por fin pudo hacer la pregunta tal y como se debe —Serena ¿te casas con migo?
—Claro que sí, es lo que más deseo en esta vida, por fin ser feliz.
En casa de los Chiba todo estaba listo para la celebración, miéntras que en casa de los Tsukino todo lo necesario estaba listo para transformar a la novia en una verdadera princesa.
Ambas familias llevaron a los novios a sus respectivas casas, en casa de los Chiba, Darien se ponía un traje negro con el que lucía muy elegante, mientras en casa de los Tsukino a Serena le era colocado un hermoso vestido blanco con flores rojas, que hacían juego con el adorno que llevaba en su peinado.
Serena llegó a la iglesia del brazo de su padre como lo había hecho muchas otras tantas veces, con la diferencia de que detrás de esa puerta estaría el hombre al que verdaderamente amaba y con él que deseaba compartir el resto de su vida.
Padre e hija entraron por la gran puerta al ritmo de la marcha nupcial, se acercaron al altar y Kenji tomó la mano de su hija para colocarla sobre la mano de Darien.
—Espero que la hagas inmensamente feliz— comentó el padre de la novia a Darien, a lo que el respondió —haré más que eso, tenga por seguro que será la mujer más feliz de este mundo.
La ceremonia comenzó, Serena se encontraba un poco inquieta, aunque en varias ocasiones había sido participe de la misma ceremonia, en esta ocasión estaba muy nerviosa, situacion que Darien notó.
—Tranquila, todo está bien, estamos juntos.
—Si, lo sé, sye que a partir de ahora no habrá más muertes, ni más dolor, ni más tristeza, por que ahora tú estás a mi lado.
De pronto, el sacerdote dió por terminada la ceremonia con una hermosa frase —Los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.
En ese momento, Darién tomó tiernamente la barbilla de Serena, se acercó y a ella y le dió un dulce beso. Todos los presentes en el recinto se pusieron de pie y comenzaron a aplaudir, era un día de alegría y regocijo. Las familias de los ahora esposos se acercaron para regalarles abrazos y buenos deseos, pero como siempre la impredecible Mina soltó uno de sus tantos comentarios con un toque sarcástico.
—Así que lo cumpliste, dijiste que tú próximo matrimonio sería por amor y así fue, espero que sobreviva a la noche de bodas.
Todos los presentes comenzaron a reír, pues sabían que ninguna muerte volvería a ocurrir.
Darién tomó a su ahora esposa de la mano para caminar hacia la salida de la iglesia, y al llegar a las puertas se detuvo, la miró fijamente a los ojos y ambos se dijeron unas palabras
—¡Te amo Serena!
—¡Te amo Darien!
—Te amo y siempre te amare, mi Viuda Negra— fueron sus últimas palabras para luego sellar sus labios con un dulce beso.
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Gracias a todos por leer está historia. Fue la primera que escribí, aunque hasta apenas la publiqué. Espero que les haya gustado.
Mis más grandes agradecimientos a quienes apoyaron este trabajo y a quienes tan amablemente se toman el tiempo de leer lo que con tanto cariño comparto para ustedes.
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La viuda negra
FanfictionMúltiples matrimonios terminados en tragedia. ¿Que hará serena para evitar que el chico indicado muera esta vez?