Al día siguiente Darien no lo podía creer. Delante de él estaba Rei, su amor de infancia y él no tenía palabras para describir a aquella mujer. La recordaba como una niña sin mucha gracia y muy torpe pero gracias al paso de los años, ahora sus dotes de mujer estaban más desarrollados que nunca. Simplemente lucía como toda una mujer.
Tan pronto como lo vió, Rei se le lanzó encima para darle un fuerte y cálido abrazo, pero dada la impresión, Darien se quedó completamente estático. Muchas cosas pasaban por la mente del chico, anoche le había sido dificil conciliar el sueño, aún no asimilaba que su compromiso con Serena estuviera roto. En los meses que estuvieron juntos logró conocerla más y por cada día que pasababa notó que sus sentimientos hacia ella aumentaban y eran más que reales.
Al ver qué no había una repuesta por parte de Darien, Rei lo sujetó de la cara y le dió un beso al que él respondió pero sin saber con certeza por qué. Solo cerró los ojos y trajo a su mente aquél día que había salido con Serena al campo y en donde le había dado su primer beso real y con el que había tenido un sin fin de sensaciones que con ninguna otra persona había sentido.
Los pulmones de Darien pedían aire y el beso acabó, vió a su nueva prometida que aún tenía los ojos cerrados y se sintió la peor persona del mundo. No podía hacerle eso, él quería a Serena pero cayó en la realidad, ella tenía a otro hombre, tal vez Serena nunca lo había querido, aunque no la culpaba, quizás el tal Diamante siempre había estado ahí, desde antes de que él la obligara indirectamente a comprometerse con él.
Del otro lado de la ciudad, Serena le entregaba dinero a Diamante por su trabajo bien hecho, aunque por dentro se sentía destrozada, suspiró con dificultad, Diamante que la miraba con compasión entendió que aquél hueco que iba a producir Darien en el corazón de Serena nadie lo iba a llenar. Ambos amigos se despidieron y cada uno tomó su camino, aunque no sabían que pronto se reencontarían por alguien en común.
Por su parte Darien tomó una muy difícil desición, pensaba que era lo mejor. Entendió que él tendría que hacer a un lado su amor por Serena y cumplir con su promesa de infancia, él era un Chiba y tenía que mostrar que su palabra valía.
Esa misma tarde le contó a su familia la buena nueva. Su madre se emocionó al saber que Serena y su hijo no se casarían, su padre le felicitó pero notó la tristeza de su hijo, lo que más temía había pasado: su hijo se había enamorado. Helios solo lo miró tiernamente pero no le dijo nada y se fue al patio a tratar de pensar.
El pequeño, miró las rosas y se preguntó ¿Cómo una flor tan bella podía ser tan peligrosa? Sabía la respuesta pero por esta vez quería ser ignorante, ignorante de todo, no saber nada; no saber del dolor de Serena. A su mente se le vino el recuerdo de aquella conversación entre sus padres y su hermano que nunca debió haber escuchado.
Aquella noche pudo reconocer la voz de su familia: su hermano, su madre y su padre.
-¿Olvidaste la promesa que le hiciste a Rei?- habló Neherenia.
-Ahora está comprometido con Serena, no lo atormentes con eso- defendió su padre.
-Pero ella mata sus maridos- intentó justificarse ella.
-Son chismes, jamás hay que hacerles caso. Además, Darien parece contento con el compromiso ¿O me equivoco hijo?- habló Endymion.
-No padre, y tu, Madre, estate tranquila. Lo mío con Serena no es cierto, hice el compromiso para no casarme con Michiru y para que estuvieras tranquila y no siguieras insistiendo en casarme, pero la verdad es que sigo amando a Rei, la encontraré y me casaré con ella mientras tanto Serena me servirá para que Setsuna no se me acerque. Prométeme que no le dirás a nadie este secreto. Por favor.
-¿Y Serena? ¿Qué pasará con ella?- preguntó su madre.
-Ya te lo dije, ella sólo me servirá para mantenerlas alejadas. Cuando encuentre a Rei le diré que ya no quiero el compromiso.
Helios salió de su recuerdo al escuchar el brindis de la nueva pareja y no pudo evitar ahora recordar aquél día en que le preguntó a la hermosa ojiazul -¿Amas a mi hermano?
Ella se demoró en responder pero era fácil saber la respuesta ya que su cara se había puesto más roja que un tomate y caminaba más torpe que nunca.
-Sí- respondió un poco avergonzada.
¿Cómo la estaría pasando ella? Se golpeo varias veces la cabeza, la había olvidado.
Mientras tanto, en su casa, Serena tomó un sorbo de su vaso que contenía alcohol, lo miró y se dió rabia a si misma, ella entendía que por un hombre no podía echarse a morir y menos caer a un vicio.
Ella era la denominada viuda negra, era una mujer fuerte a la que jamás se le había visto llorar, siempre con su dignidad en alto y un orgullo tan grande que nadie podía pisotear, pero no podía engañarse a si misma, Darien era la única persona que podía romper esa coraza y llegar a su alma y destruirla con un adiós y revivirla con un hola.
Dejó su vaso a un lado y prometió que no bebería más a menos que fuera absolutamente necesario, pero también había tomado una decisión. Dejaría de ver a los Chiba, no quería tener ni un solo contacto con ellos, esa sería la mejor forma de dejar de pensar en su amado.
Continuaría con su vida tal y como lo había hecho antes de que ellos aparecieran y dieran un giro de ciento ochenta grados.
Darien que aún pensaba en Serena y ella que pensaba en él decidieron no volverse a ver más pero no contaron con que los propios hermanos de ambos intentarían juntarlos.
ESTÁS LEYENDO
La viuda negra
FanficMúltiples matrimonios terminados en tragedia. ¿Que hará serena para evitar que el chico indicado muera esta vez?