Capítulo 15

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Caos, caos, caos y más caos. Para Serena su vida era presisamente eso.

Se acercaba la fecha de su matrimonio y su madre la hostigaba con los preparativos de la boda, le era difícil hacerse a la idea de estar casada nuevamente y aunque había prometido casarse por, amor sabía que eso jamás pasaría.

¿Dejaría morir a su prometido? Esa pregunta le pasaba por la mente, no quería ver más muertes y menos la de un ser con el que tenía una gran amistad de toda la vida. Serena no podría verlo enterrado sabiendo que desde pequeños se mostraron cariño aunque solo fuera de amigos.

Una sirvienta entró al despacho de Serena interrumpiendo sus múltiples pensamientos solo para dejarle el hermoso vestido que luciría para su matrimonio, en ese momento entendió la frase que siempre le había llamado la atención y que se encontraba debajo del retrato de su primer esposo.

"Mientras no se sepa la verdad, las heridas del pasado continuarán abiertas y sin cicatrizar"

La herida de haber perdido a sus maridos era algo que siempre estaba presente, y aun no podía explicar como ocurría tan extraño suceso, pero como decía aquella frase tenía que encontrar la verdad de todo antes de que Seiya también muriera.

Mina que estaba sentada en un sofá justo frente a su hermana, la observaba y se preguntaba ¿cómo había dos personas tan estúpidas que eran capaces de estar separados aun amándose? y peor aún, estaban a punto de casarse con personas a las que no querían, y eso solo impedía la felicidad de ellos mismos así como la de sus parejas.

Sin poder despegar su mirada de Serena, Mina recordó la charla que había tenido la noche anterior con ella.

—Anoche Darien estuvo aquí— confesó Serena.

—¿De qué hablaron?— la noticia no sorprendió mucho a Mina porque en cierta forma lo dedujo.

—Quería saber sobre todo…— Suspiró pesadamente y continuó con el relató. —Comenzó por preguntarme por Diamante y si era mi amante o algo así. Le dije que sólo era un buen amigo, luego me preguntó sobre cómo supe de Rei y lo de su promesa, le comenté que fue Setsuna y se molestó mucho. Me reclamó el hecho de haberle hecho caso a esa mujer, y en ese momento me confesó algo. El día que Darien me encontró con Diamante había venido para decirme que le había puesto fecha al matrimonio.

—Maldita sea Serena ¿Qué hiciste luego? ¡Déjame adivinar! ¿Te desmayaste?— Serena lo negó con la cabeza. Mina pensó por unos segundos y preguntó nuevamente
—¿lo besaste?— como si hubiera cometido el peor de los delitos Serena asintió con la cabeza sin decir una sola palabra.

Mina suspiró aliviada —Pensé que había sido algo peor— replicó tomando un sorbo de su té.

—¿Qué eso no fue malo?— preguntó Serena, algo que Mina negó. Serena se levantó muy alterada como si una corriente de electricidad le hubiera pasado por el cuerpo.

—¡Lo besé, lo besé, lo besé!, Lo besé y él está comprometido.

—Tú igual no le veo lo malo. Además tienen inteligencia ¿No?, él como para no acordarse de su prometida y tú como para resistirte a besarlo.

—Lo sé…

Darien que aún sentía el dolor del puñetazo de Serena, se preguntaba una y otra vez ¿por qué lo había hecho? Quizás su hermano menor lo sabría, pero lo miró y él niño levantó sus hombros en duda y siguió con su desayuno.

Había algo bastante extraño ese día y todos lo podían presenciar. Endymion no hacía escándalo, Neherenia simplemente servía sin dar sus discurso de cómo se comportaba un hombre, Helios comía su desayuno sin hablar con su típico "¿sabían que…?" y su prometida, bueno ella siempre comía callada sin hacer presencia alguna. Todo silencioso.

Eso le asustó a Darien, iba a hablar para responder a la incógnita de saber que ocurría pero una de las sirvientas de la casa Chiba le interrumpió.

—Señorito Helios, es para usted— dijo entregándole una carta al momento, mientras toda la familia observaba curiosa por saber quién le escribía. Él miró el remitente y se alegró, aunque su sonrisa fue borrada por una de horror y salió corriendo no sin antes pasar a su habitación para esconder la carta misteriosa.

No tuvo que correr tanto para llegar a la casa que buscaba. Golpeó la puerta una vez, dos, tres, y varias veces más hasta que un hombre salió a recibirlo.

—¿Dónde está?— Helios no era alguien de andar con rodeos. En ese  momento se escucharon unos pasos desde el segundo piso bajar las escaleras y el caballero que lo recibió sonrió abiertamente —Está aquí señorita…— anunció el hombre.

—¿Por qué diablos no me dijiste que Serena se casaba? ¡Quedamos en un acuerdo!— le gritó Helios a la dama que lo acogía en su casa.

—Eres un niño y ya dices groserías Dios, que juventud la de ahora. Ahora bien, tú sabías que Serena se casaba de hecho ella misma te lo dijo ¿cuál es tú sorpresa?

—¿C-como sabes…?

—Somos hermanas, ella me lo cuenta "todo"— Mina enfatizó la última palabra haciendo que Helios se sonrojara pues con eso le había dado a entender que seguramente le había contado sobre el inocente beso que le había robado a la joven rubia.

Luego de la rápida salida de Helios de su casa, su hermano mayor tuvo curiosidad de saber qué o quién lo había colocado de esa forma tan paranóica. Su padre leía entretenidamente el periódico, su madre y su prometida hacían las labores de la casa y él se escabullía con sumo cuidado de no ser descubierto.

Abrió la puerta pero está rechinó, Darien apretó los dientes y cerró los ojos para apaciguar el sonido, cosa que no resultó, y con una velocidad asombrosa fue a ver si alguien se había dado cuenta, pero por fortuna no. Darien siguió con su labor de investigador, miró hacia la derecha, hacia la izquierda, arriba y abajo, y todo parecía normal en la habitación de Helios, todo muy ordenado como el pequeño.

El enano, era inteligente pero no tanto como él y por algo era su hermano, conociéndolo a la perfección intuía en donde estaba aquella carta. Se dirigió al sitio y con sumo cuidado sacó el papel y lo abrió, sus ojos se abrieron al igual que su boca.

El papel caía lentamente mientras su mente procesaba lo escrito, rápidamente lo tomó y lo llevó con sigo, saliendo de esa habitación.

—Se casará mucho más pronto de lo que creí— pensó Darien aun sorprendido —Muy pronto— finalizó para romper el papel con furia en medio de un mar de lágrimas.

La viuda negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora