Capítulo 9

210 34 1
                                    

De forma inmediata, Ikuko organizó una cena familiar para a anunciar al resto de la familia que Serena se casaría nuevamente. Durante la cena, Serena se encontraba fastidiada, pues lo único que escuchaba eran palabras sin sentido sobre ella, que se intercambiaban entre los presentes.

La cena terminó tranquila, los miembros de su familia se retiraban poco a poco y Serena los despedía, cada miembro de la familia la felicitó aunque la última fue Mina quien como siempre resaltó con su perspicacia.

—¿Cómo te puedes enamorar tan rápido? Ambas sabemos que tu compromiso es una farsa— la chica habló en forma de susurro mientras le guiñaba un ojo.

—Bien sabes que es lo único que quiero es que me dejen en paz— afirmó Serena.

Serena esperó a que estuvieran lo suficientemente alejados para entrar a su casa y caminó con pesadez hasta, su cuarto.

Caminando por el largo pasillo, al final se podía ver una gran puerta de color negro con un diseño un tanto singular. Las únicas veces que había estado detrás de esa puerta habían sido peor que entrar en el mismo infierno.

Sacudió la cabeza y entró a su habitación, mañana sería un nuevo día y tendría que tener todo el coraje para enfrentar a la familia de los Chiba.

Mientras tanto Darien se encontraba en su casa enfrentando a su familia
—Tú querías que me casara, pues bien madre, te he complacido. Me casaré— Habló tranquilamente el chico.

—Darien, ¿no has escuchado los rumores sobre ella?— preguntó preocupada Neherenia —Se dice que ella mata a sus maridos luego de pasar la primer noche con ellos. No me gustaría que mi hijo muriera.

—Madre, son rumores. No te preocupes, mañana la conocerás y te darás cuenta de que es una joven bastante encantadora.

—Ella no es realmente buena para ti Darien. Ya la he conocido por causa de su amistad con tu hermano, pero de eso a que se convierta en parte de esta familia hay mucha diferencia.

—Anda madre, vayamos a descansar, ya es tarde— dijo Darien terminando el tema para no discutir más con ella, y aunque realmente él no creía en rumores, esta vez no podía dejar pasar el hecho de que efectivamente, quien unía su vida a la de ella terminaba mierto.

Darien tomó un poco de coñac, con tantas preguntas rondando en su cabeza le era imposible conciliar el sueño. Sentía curiosidad de saber qué era lo que ocultaba en el segundo piso, y de pronto recordó lo que pasó cuando Serena le mostraba la casa.

—¿No me enseñarás el segundo piso?— preguntó él. Serena se puso un tanto nerviosa y simplemente le respondió con una negativa cortante para que no insistiera.

Las campanas del reloj lo sacaron de su ensoñación y nuevamente tomó el siguiente y ultimo sorbo de su bebida.

—¿Qué haces?— preguntó Endymion, su padre, quien lo tomó por sorpresa.

—Sólo pienso— contestó Darien con desgano.

—¿En que hijo?

—En ella—respondio Darien con un pequeño suspiro.

— ¿Qué tiene?

—Es distinta a todas padre.

— ¿Y eso te gusta hijo?— Darien guardo silencio —¿En realidad la quieres?— cuestionó el hombre interesado en el bienestar de su hijo.

—Tú sabes lo que paso unos años atrás, esa chica será mi único amor. Serena no representa nada para mí.

—¿Entonces por qué la elegiste a ella?

La viuda negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora