Baka (Katsuki x M! Reader)

11- La sinceridad

Me estire haciendo que la manta sobre mi cabeza se caiga- Mmm ahhg- escuché como mis huesos hacían ese típico ruido.

-Furue, ¿Estabas ahí?- preguntó el peliverde que estaba a mi lado.

-Si~- contesté mientras sobaba mi cuello.

-No te vimos en la fila cuando subíamos- el rubio apareció atrás apoyando sus codos en el asiento del autobús.

-Tenía que subir sus cosas. ¿No podían traer menor valijas?- dije buscando con la mirada a mi perro.

-¿A quien buscas?

-A Panh.

-¡No me llamo así estupido!- escuché el gritó del rubio junto con las explosiones.

-Ahí estás ¿Tienes algo para beber? Que no allás usado- le pregunte sentando en indio mientras mis brazos estaban en el suelo para buscar mis zapatillas.

-¡No estupido! ¡No pienso darte nada!- gritó otra vez.

-Furue- el profesor me llamó haciendo que todos se callen.

-Revisa si están todos- dijo y subió más el cierre de su bolsa de dormir, suspiré cansado dirigiendole una mala mirada (aunque no me veía) Me pare haciendo que todas las camperas y buzos se caigan, estire mis brazos tocando el techo del autobús con las palmas haciendo que me despierte un poco.

-Cuatro, ocho- comenze a contar las cabezas señalando las mientras que caminaba por el pasillo en medias.

-Furue ¿Juegas verdad o reto?- me pregunto Sero.

-¿Que es eso?- pregunte mientras seguía contando.

-Tu eliges verdad o reto, si es verdad te hacemos una pregunta y la tienes que contestar con la verdad y si es reto te hacemos hacer un reto- explicó la de piel rosa.

-No- no ganas nada con eso. Principalmente porque puedes mentir además de que si haces retos peores te lo devuelven.

-¿Tienes miedo de perder?- dijo el rubio metido

-No se puede perder en eso- dije haciendo que abra la boca sorprendido.

-Acá estás Panh ¿Tienes-

-¡No te daré ni una mierda! ¿¡Por qué no traes tus cosas!? No soy tu-

-Eres mi perro Panh- le dije serio- Gracias- dije al tener una botella de agua (la cual se la quite)

-¡Idiota! ¡Te matare cuando salgamos de esta basura con ruedas!- se paró haciendo sus gestos a lo que yo le reste importancia con la mano.

-Bajen- el profesor fue el que bajo primero seguido de los otros.

-¿Que hacemos acá?- se escucharon los murmullos de los chicos mientras que yo terminaba de ponerme el zapato.

-¿Y la clase B?

-Quiero presentarles a alguien- dos chicas aparecieron haciendo una presentación, estaban vestidas con falta y top además de los guantes de pata de gato, el casco y la cola; y había un niño con el ceño fruncido.

-Se hospedarán allá- la gata azul señaló una montaña a los lejos.

-¡Tan lejos!- las quejas aparecieron.

-C-chicos- lentamente se fueron agrupando.

-¡Al autobús!- antes de que llegaran la rubia se puso enfrente.

-¡Si no llegan antes de las 17 no van a cenar!- la misma chica toco el suelo haciendo que la tierra se mueva y nos tire al barranco.

-¡Otra vez no!- me encontraba cayendo 5.000 metros, pero esta vez caía acompañado. Una gran diferencia ya que es más divertido, principalmente por qué el rubio aterrizó bien justo donde iba a caer yo.

-¡No me lastime!- dije victorioso mirando mi ropa.

-¡Sal de arriba mío!- gritó Bakugo quien estaba con la cara llena de tierra-¡¿Por qué no usabas tu quirk?! ¡Estúpido!- empezó a insultarme otra vez.

-Ah~ Tienes razón- me había olvidado de mí superpoder.

-Furu- antes de que terminara, estaba con los profesores.

-Espero que no me tiren devuelta- dije limpiando mi ropa.

-¿Y tu qué haces aquí?- preguntó la pelinegra.

-El es de quién te hablé- la chica me examino con la mirada y una sonrisa- Vamos Furue, tienes que sacar las valijas.

-¡¿Eh?! ¡Yo las puse, a ti no te cuesta nada oruga!- le recrimine a este que se la pasa durmiendo.

-¿Oruga?

-Termine- dijo el pelinegro hacia el profesor.

-¡Estúpido!- Bakugō le gritó otra vez, si no fuera por qué estaba cansado lo perseguiría.

-¿¡Por qué no nos llevastes contigo!?- Kaminari estaba igual de enojado.

-¡Eso no hace un amigo!- dijo la pelirosada.

-Ustedes no me dijeron- hablo haciendo que se enojen más.

-Si qu- ajajaj- el rubio soltó una risita estúpida al darse cuenta que no terminaron lo que tenían para decir.

-Tardaron menos de lo que esperaba- dijo la pelinegra retomando la conversación mientras que Furue prendía el celular y lo desbloqueaba.

-¡AHHHH!- un grito agudo seguido de el celular salir disparado (el cual Sato lo agarro antes de que le dé en la cara)

-¿Y ahora que te pasa?- preguntó el profesor ya cansado.

-¡No hay internet!- grito enojado.

-Es un campo- dijo la pelinegra.

-¡No pensé que fueran tan estúpidos en traerme aquí!- se adentro a la casa con las manos en los bolsillos y el ceño fruncido.

-¿A dónde vas?- preguntó el profesor.

-¡A clavarme una paja! ¡No molesten!- su voz se notaba sería, en verdad se había enojado.

-¿Eh?- preguntaron las chicas sonrojadas.