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Ruggero Pasquarelli.

¿Verte dormir a mi lado? Un sueño hecho realidad @karolsevillaofc.

Una sonrisa adorna mi rostro mientras subo la fotografía a mis stories, dejo el teléfono en la mesita de noche y me inclino a dejar un beso en su frente.

Ella sonríe aún adormilada, se remueve y abraza la almohada enterrando su rostro en el colchón. Necesita descansar.

Ha estado trabajando demasiado, grabando la serie y en sus proyectos personales por igual. Se merece un descanso ahora que tiene el fin de semana libre.

Me pedí inclusive el fin de semana libre del mismo modo para estar con ella. El que ambos estemos trabajando demasiado no significa que no tengamos un momento a solas, juntos.

Su teléfono vibra sobre la mesa y suspira dramática estirando su mano.

—Buenos días. —susurro y ella sonríe.

—Vuelve a dormir. —protesta apartando las mantas.— Anda, es nuestro día libre, amor.

—Solo fui por agua y te vi tan tierna durmiendo. —me justifico entrando debajo de las mantas.— ¿Quieres ver una película?

—Sí, compremos alitas picantes. —aplaude.— ¿Te parece?

—Me parece.

Tomo el teléfono pidiendo las alitas picantes a domicilio, dos hamburguesas y muchas golosinas porque es que vamos a pasar todo el día en la cama.

Ella busca una serie en Netflix y mientras acaricio su cabello, dejo el teléfono a un lado luego de comprobar que mi pedido llega en media hora.

—Amor. —susurra levantando su teléfono.— Doy pena dormida.

—Te ves hermosa. —aseguro besando su frente.— Y sexy.

—Tonto.

Se arrodilla en la cama, sonrío llevando mi brazo a su cintura. Y cuando cae sobre mí, busco sus labios.

Termina quedando acomodada sobre mí, llevo mis manos a los botones de mi camisa que ha dejado de pertenecerme para pasar a ser su pijama.

—Espera, el pedido va a llegar y será demasiado aburrido. —rueda los ojos.— Además estoy ovulando.

—¿Bebé en camino?

—No. —pone su mano en mi frente.— Definitivamente no aún.

—¿Por qué no?

—Ruggero, te dije que esperaría a estar casada primero. —entrecierra los ojos.— Además, esto de la maternidad no se me da bien. Aún tengo mucho que aprender.

—Pero yo quiero un bebé.

—Yo también, amor. —asegura tomando mi rostro entre sus manos.— Pero no es el momento aún.

—¿Y cuándo lo será?

—Casémonos y ya veremos. —deja un beso en mis labios.— Me voy a poner ropa cómoda.

Se aleja hacia el armario, resoplo mirando el techo. Sus días fértiles...

Nunca he entendido cómo las mujeres notan eso. Pero supongo que es intuición femenina o algo por el estilo.

Cuando el pedido llega, subo a la habitación con un par de limonadas, las dejo sobre la mesita de noche y veo a Karol terminar de acomodar la cama. Nos metemos debajo del edredón y por fin le da play a la serie.

Corro las cortinas y cuando la oscuridad nos envuelve, me centro en toda la serie que tenemos que ver.

Tres temporadas, cuarenta y seis capítulos.

Make A Wish.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora