San Valentín... Recapitulemos todos los regalos dados a lo largo de estos cuatro años de relación.
El primer año le regalé mi virginidad, el segundo un viaje juntos a Las Bahamas, el tercero boletos para el concierto de Bruno Mars, y el cuarto, un viaje para ver a su familia.
La creatividad parece fallarme esta vez pues solamente se me ocurrió regalarle un baile de esos que tanto me ha estado pidiendo. Bueno, espero que para ese día se me pase el enojo.
Ruggero y yo fuimos invitados a una fiesta, el cumpleaños de un amigo que tiene en común con Agustín. No quiero ir, pero di mi palabra y además Valentina estará ahí.
Supongo que Carolina también así que no la voy a pasar tan mal.
Ahora, ¿por qué discutimos?
Bueno, pedimos una pizza hace rato, y cuando llegó, la hermosa repartidora le puso los senos en la cara y él ahí bien feliz porque ya estaba molesto conmigo.
¿Y por qué estaba molesto conmigo? Porque leyó mis conversaciones con un amigo de México y se puso celoso.
Y bueno, ahora ambos estamos en medio de una guerra de si tú coqueteas, yo también.
En conclusión, no nos podemos ni ver.
Termino de recoger mi cabello, aplico un poco de perfume y tomo mi abrigo antes de bajar sabiendo que Ruggero espera abajo.
Ni siquiera aviso que ya estoy lista, solo salgo del departamento y espero que lo comprenda bien.
Y afortunadamente lo hace pues siento sus pasos a mis espaldas.
Durante todo el camino, la tensión entre nosotros es palpable, no nos agrada el mirarnos ni nada por el estilo. Y eso es gracioso pues ahora mismo estamos entrando al lugar sin siquiera caminar junto al otro.
—Hola, hola... —Agustín se planta frente a mí. Sonrío.— ¿Y Ruggero?
—Ahí. —señalo a mis espaldas.— Ahora sí, ¿cómo estás? Desde hace rato no nos vemos.
—Estoy bien, no sabía que tus amigas vendrían.
—Yo tampoco, no sabía que tenían amistades en común con el cumpleañero. —aseguro.— ¿Les viste? ¿Dónde están?
—En la mesa de dulces.
—Genial, tú disfruta de soportar a tu amigo. —golpeo su hombro.— Avisame cuando se vayan, el idiota es capaz de no hacerlo.
—¿Discutieron?
—Algo así, solo ignora lo que te diga.
Asiente, besa mi mejilla y me alejo dejando mi abrigo en la entrada con el resto.
Camino hacia la mesa de dulces, saludo a mis amigas y sonriente tomo un mufin llevándolo a mis labios.
—Hace tiempo no nos vemos, deberíamos salir más seguido. —Valentina me señala con los ojos entrecerrados.— ¿Por qué te escondes tanto?
—No sé.
—Nunca sabes nada. —Caro se ríe.— ¿Y esa cara?
—¿Qué cara?
—Vamos, Karol. Que te conocemos.
Resoplo, ellas se ríen y mientras caminamos a un lugar más seguro, me limito a decirles que me duele la cabeza. Por muy amigas que seamos, nunca les contaría nada de mi relación.
Es que esa es de dos, no de cuatro o cinco.
Los problemas son nuestros solamente.
Valentina cambia de tema y ahora nos habla de una reciente relación que tiene con un chico que conoció hace poco. Dice estar segura de que es el indicado para una relación sin importar el tiempo.
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Make A Wish.
RomanceY si pudiese pedir un deseo, desearía que seas eterno. HISTORIA CORTA.