La leve musiquita se escucha en la habitación, termino de sujetar mi cabello con la cinta roja, la acomodo. Anudo las tiras sueltas de mi bata y me aseguro de poner suficiente crema hidratante en mis piernas.
Cuando por fin estoy lista, me pongo un poco de perfume. Siento mis piernas temblar.
Oh Dios, esto es increíble.
Es San Valentín, bueno, hoy no, dentro de unas horas.
Pero Ruggero me dijo que iríamos a pasar todo un día juntos ahora que estamos aquí en Grecia, y bueno, yo he planeado comenzar San Valentín con el baile que tenía preparado.
Ruggero está ahora mismo viendo una película en la sala de la villa porque cree que yo estoy dormida.
Y bueno, lo que menos hago es dormir en un momento como este. Me estoy dando fuerzas.
Esto es complicado para mí. Una cosa es bailarle a mi compañero de trabajo porque no es un baile en su totalidad, otra muy diferente bailarle a mi novio, y esta vez bailarle de verdad.
Me doy aire con la mano, reviso mi atuendo una vez más y una sonrisa adorna mi rostro. Bien, es el momento.
Salgo del baño acomodando mi bata de seda. Suspiro profundo y mientras escucho el sonido proveniente de la televisión en la sala, tengo que morder mi labio inferior.
Trabajé mucho en mi producción para esta ocasión, y estoy realmente nerviosa porque nunca había hecho algo así para él.
Al entrar al salón compruebo que se está quedando dormido y que el control descansa sobre el brazo del sillón. Sin dejar de morder mi labio inferior camino hacia este y lo tomo.
Sujeto muy bien la venda en mi mano y con decisión tomo el control y apago el televisor. Él se remueve pero pongo mis manos en sus hombros.
-¿Karol?
-Feliz San Valentín. -susurro en su oído.- Cierra los ojos.
-Pero...
-Por favor.
Asiente, yo paso la venda por sus ojos y la sujeto en su nuca. Le escucho reír.
Y mientras tomo su mano y le guío de regreso a la habitación, siento mi cuerpo entero temblar. Esto no era lo que yo imaginaba.
Aún así solo sonrío y hago que se siente en la cama. Busco mi teléfono reproduciendo la música, sonríe.
Me acerco y llevo mis manos a la venda sobre sus ojos. La retiro y sin dejar de sonreír, llevo mis manos al nudo de mi bata y la dejo caer al piso.
Su mirada... La manera en la que relame sus labios...
Siento que mi cuerpo reacciona al estímulo visual y cuando cierro los ojos no puedo evitar el dejarme llevar.
Recuerdo todas las clases tomadas, todas las veces que el cuerpo terminó doliéndome como mil infiernos y el increíble resultado final.
El recuerdo de lo mucho que me gustó ver mi rostro lleno de sensualidad frente al espejo me hace sonreír mientras bailo para él como si no fuese la primera vez.
Como si tener experiencia en este tema fuese mi especialidad.
Mis manos recorren mi cuerpo, mi sonrisa no pasa desapercibida y el ritmo de mis caderas está tan coordinado con el resto de mis movimientos.
Relamo mis labios, tengo la garganta seca.
Y mientras la canción se reproduce, su mano toma la mía poniendo una pausa a mi baile. Termino sentada sobre él.
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Make A Wish.
RomanceY si pudiese pedir un deseo, desearía que seas eterno. HISTORIA CORTA.