Epílogo.

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—Hola, mi amor. —saludo a Eithan cuando entra sosteniendo un girasol en la mano. Él sonríe.

—Hola, mamita linda. Mira lo que le traje a mi hermanita.

Levanta el girasol, sonrío mientras Ruggero entra poco después sosteniendo un gran ramo de girasoles y rosas rojas en las manos. Agotada me esfuerzo por no quedarme dormida.

Hace algunas horas, la princesa de la casa llegó al mundo. Raquel Valentina por fin llegó a nuestras vidas y por ende, la fábrica se cierra en este momento.

Tenemos a los hijos que siempre soñamos, es así de sencillo.

Poco a poco todo el mundo va entrando a la habitación y yo tengo que sonreír cuando Agustín ingresa grabando una storie. No estoy presentable. Di a luz hace horas.

Aún así le sonrío a Ruggero cuando besa mi frente y me susurra que me ama. Yo también le amo, pero juro que nunca más me dejo embarazar.

Fue todo tan diferente, todo tan doloroso a como fue con Eithan...

—Ya queremos ver a la princesa, mi otra ahijada, me avisan cuando llegue que quiero grabar.

Agustín se deja caer en el sillón, Maxi golpea su nuca asegurando que ahora es su turno y que él será el padrino de mi pequeña. Ruggero les calla.

Claro que Maxi lo será, pero Agustín no debe saberlo o hará un berrinche.

Mamá pregunta si me siento bien, le aseguro que sí y me acomodo en la camilla. Ya quiero irme a casa, y darle de comer a la pequeña o los pechos me van a explotar.

Todo el mundo deja de hablar cuando la enfermera golpea la puerta, y al reconocer ese pequeño bulto rosa, mi pecho se llena de orgullo y emoción.

Mi princesita.

La enfermera se acerca a mí y me permite tomar a mi pequeña en brazos, sonrío dejando pequeños besos en su mejilla. Por fin la tengo conmigo.

Cuando nació apenas la pude cargar antes de quedar inconsciente.

—Felicidades, súper mamá. —me dice la mujer y yo le sonrío.— Y a usted también, señor.

Ruggero le sonríe del mismo modo, y cuando la mujer se marcha, cierra la puerta acercándose a mí.

Todos rodean la camilla esperando poder verla. Y tras reírme, retiro la manta que le cubre dejando ver su precioso rostro.

Aún duerme, pero por supuesto a ellos no les importa y Agustín pide ser el primero en cargarla, Ruggero reclama su derecho de padre y Maxi tiene que callarlos a ambos cuando la pequeña se remueve amenazando con despertar.

Mamá se acerca dejando un beso en mi frente, le sonrío.

Casi cinco años después por fin tengo a mi segundo bebé en brazos. Mi pequeña princesa.

Eithan tira de la mano de su papá exigiendo ver a su hermana y Ruggero le carga. La sonrisa de mi hijo mayor me hace reír mientras se agacha a besar la mejilla de Raquel.

—Hermanita, pero que bonita eres.

—Mi príncipe. —le susurro besando su mejilla y él me sonríe.

—Te amo, mami. Las amo a las dos, papá y yo les vamos a cuidar. Soy muy fuerte.

Ruggero se ríe despeinando su cabello, Eithan se queja.

Y todo es azúcar, flores y muchos colores hasta que Raquel emite su primer sollozo y seguido de este muchos más. Eithan cubre sus oídos.

Sí, ya entiendo a lo que mamá se refería cuando decía que cada hijo es diferente.

Make A Wish.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora