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—Buenos días, par de dormilones. —mamá saluda. Sonrío.

—Buenos días, madre hermosa. ¿Tengo tiempo de desayunar?

—Sí, la camioneta de producción viene por ti dentro de poco.

Asiento, dejo un beso en la mejilla de mi novio y me siento sin perder tiempo para comenzar a comer.

Llevamos tres meses viviendo en Miami, Ruggero se mudó conmigo y por el momento está manejando su carrera desde aquí.

Las cosas van bien, los preparativos de la boda siguen en pie y conforme pasan los días, estamos cada vez más seguros de cómo queremos organizar ambas bodas.

Después del desayuno apenas alcanzo a cepillar mis dientes antes de correr hacia la puerta. Han llegado por mi.

—Nos vemos en la noche, les amo. —muevo mi mano a modo de despedida.— Llámame cuando salgas, mi amor.

—Sí, Mowglito. Suerte, ten un buen día.

—Tú también, amor. Te amo.

—Te amo.

Le lanzo un beso, salgo del departamento y corro hacia el ascensor. No hay más tiempo que perder.

Durante estos tres meses mi vida ha sido acelerada en todos los sentidos. Es tan complicado...

Es decir, nada está mal, absolutamente nada. Pero es que vivo con velocidad como cada vez que actúo.

Y si a eso le sumamos que no he estado comiendo a las horas indicadas, parece que terminaré enferma de anemia antes de lo esperado.

Como todos los días, el trabajo es algo pesado, y es que estamos intentando grabar cuanto podamos. Y eso es increíble porque los beneficiados somos nosotros.

Mientras más grabemos, más grande es la posibilidad de terminar con las grabaciones antes. Y por eso solo puedo hacer las cosas como las esperan.

Me incomoda decirlo, pero lastimosamente no me llevo bien con mis compañeros de trabajo. Al parecer se tomaron muy a pecho eso de que soy la villana de la serie y no me hablan para absolutamente nada.

A veces ni el saludo me responden, pero no es algo que me afecte en su totalidad.

Menos invitados para mi boda.

Cuando llego saludo a todos como siempre, algunos responden, otros no. Y en cuanto me siento para que comiencen a maquillarme y peinarme, escucho los murmullos.

—Hoy se va a grabar la escena de la fiesta, no sé si viste que ya te mandaron las fotos de los looks. —me dice Clarita. Asiento.— Pero si me permites, aprendí un nuevo delineado que...

—Sí tenemos tiempo, me encantaría que lo pruebes en mi. —accedo a su petición no hecha. Ella me sonríe.

—Gracias, Karol. Es lindo que seas así.

—No me cuesta nada. —aseguro.— Además, yo creo que es lindo que progreses con tu maquillaje.

—¿Crees? He pensado en ponerme un salón de belleza, pero realmente no sé si...

—No le tengas miedo a nada. —le recomiendo.— Cuando yo era una adolescente, también dudaba en sí aceptar un protagónico tan grande, pero lo hice, y como resultado, mi carrera despegó y ahí conocí al amor de mi vida.

—Que lindo, yo sé que el miedo no es bueno, pe...

—Lo que más me jode de las personas es que lleguen a presumir lo que tiene y lo que no.

Make A Wish.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora