—Bien, si esto se trata de un amargo chiste para que yo cambie de opinión respecto a la cita, yo...
—No, Karol. Es real.
Su afirmación me hace ponerme de pie y caminar hacia Eithan. Miente, está mintiendo.
Ruggero no está... No.
Trago saliva, Eithan deja de jugar para mirar por sobre mi hombro. Sonríe.
—¡Papi!
Alarmada sigo su mirada y la velocidad con la que me pongo de pie me sorprende. Me siento mareada.
No es cierto, esto no es...
Antonella camina hacia mí. Me toma de las manos y yo le miro.
—No es cierto.
—Karol...
Escuchar su voz me causa una extraña sensación que hace que me aleje, él duda entre acercarse o no y por su bien realmente espero que no lo haga.
Siento mis mejillas mojadas, limpio mis lágrimas de inmediato. Me acerco a Eithan tomando su mano.
—Nos vamos.
—No, Karol. No.
—No me toques.
Me alejo cuando intenta tocarme, por la manera en la que Eithan se aferra a mí mano sé que tiene miedo y por eso solo niego tomándole en brazos.
No puedo creer que esto esté pasando y definitivamente no quiero quedarme a comprobar si es real o no.
—Tengo miedo.
La confesión de Eithan me obliga a dibujar una sonrisa en mi rostro. Vuelvo a limpiar mis lágrimas y tras aclarar mi garganta le digo.
—Todo está bien, amor. Hora de irnos a casa.
—Por favor escucha.
La petición de Ruggero vuelve a hacer que le mire. Me sigo sintiendo dentro de un sueño y sinceramente tengo muchas ganas de despertar cuando veo que Leonardo sale detrás de su hermano sosteniendo un vaso en mano.
Me mira y su rostro cambia mientras intercambia miradas con su madre.
—¿Ya le dijeron?
—¿Todos lo sabían menos yo? —eso me enoja.
—No es así, por favor escucha.
—¿Lo sabían o no?
—Fueron solamente algunos meses.
—¡Meses que me sirvieron para enamorarme de alguien más!
No espero que entiendan mi reacción, no espero nada que no sea salir corriendo de ese lugar sintiendo que he sido traicionada, humillada y completamente ignorada.
Lo sabían desde hace meses. Y sin embargo apenas hoy lo dicen y eso porque le confesé a Antonella que había alguien más en mi vida.
¿Y si no lo hacía qué? ¿Iban a seguir ignorando mi existencia? ¿Me iban a seguir dejando de lado?
—No seas terca y escucha. —Leonardo me toma del brazo deteniéndome antes de llegar a la puerta.— Si no quieres escucharle a él al menos escúchame a mi.
—¿Para qué si tú también mentiste?
—Por favor, que necia. —suspira.— Escucha y evita asustar más a Eithan.
Lo mirada cae sobre mí hijo que mantiene su rostro oculto en mi cuello. Limpio de nuevo mis lágrimas y asiento.
Bajo a Eithan de mis brazos y él me mira.
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Make A Wish.
RomanceY si pudiese pedir un deseo, desearía que seas eterno. HISTORIA CORTA.