Cap. 30. Un par de verdades.

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Me gustaría contar alguna tragedia, pero como se contó al principio todo estaba arreglado, más de tres respaldos de seguridad ante una posible caída y la magia de Susie para proteger a Oscar, la mayoría de las brujas son muy resistentes así que no había nada de qué preocuparse o al menos eso pensó Susie

A Veces el instinto llega a ser demasiado fuerte en este caso la bruja a pesar de lo planeado su primera reacción fue abrazar a Oscar cerrar los ojos y esperar lo mejor sabia que ella lo podría protegerlo con su cuerpo, no era una caída muy alta, no habría peligro todo pasaría en segundos y todos estarían bien.

Hasta que sintió el impacto en su espalda, no es que le lastimara, pero seguían rodando por lo que parecía una eternidad Susie estaba decidida a proteger al chico.

Después de rodar por la ladera, terminaron en lo que era un pequeño claro, Susie se soltó y con rapidez reviso y como suponía no había ninguna herida, todo parecía bien, hasta que revisó a Oscar el pobre estaba algo golpeado y con algunos rasguños pero en lo general se veía bien, empezó a reaccionar y lo primero que dijo en media conciencia — Susie estas bien— Algo que sin querer había conmovido a esta gata.

Había esperado un rato y sus compañeras no aparecían, tenía ganas de golpear a Alice por su fallido plan de contingencia, pero por que ninguno funciono — que fastidio— Al menos su magia estaba intacta y decidió llevarse a Oscar a que lo atendieran nuevamente, un viaje en escoba los llevaría de inmediato y unos cuantos rasponcitos no era nada de qué preocuparse.

Llegó al pequeño hospital esperando ser atendida, pero no había nadie, ya enojada decidió llevar a Oscar a una de las camillas, luego lidiará con los encargados.

En la recepción comenzó a gritar por ser atendida, ya fastidiada decidió pasar y no encontró a nadie — que clase de hospital es este, por eso prefiero las pociones— decidió ir a su cabaña por una de ellas, en pleno vuelo término tosiendo — mugres insectos— al menos llegaría pronto.

Ya en su cabaña fue por la poción para esos accidentes leves, decidió usar su magia para llegar pronto, apareciendo en la entrada del hospital, otra vez volvió a toser un poco, no le dio importancia — hola, alguien— Susie golpeó la mesa de recepción, nuevamente le fastidio y fue directo con Óscar quien seguía ahí tirado, sin ninguna gracia lo obliga a tragar el contenido de toda la botella — Se me olvida esta versión es muy amarga— Obligando a Oscar a levantarse tratando de toser la desagradable poción al mismo tiempo mostró su recuperación casi inmediata.

Lo primero que hizo fue abrazar a Susie y derramó un par de lágrimas pues para él fue una situación demasiado fuerte, tenía miedo y a la vez estaba contento que ambos estuvieran bien la brujita lo sabía.

Oscar se recupero un poco y preguntó a Susie — dime ¿es verdad? —

ella estaba resignada, Erizo en una persona muy de fiar para desmentir sus palabras y a la larga podría salir peor, puede que incluso, no ya tendrá que pensar en otra forma.

— Si todo es verdad Oscar, solo no te enojes con Erizo puede que no actuara con malicia ya sabes como es y la magia aun la apasiona— podía verse que Susie estaba algo decaída o un poco más de lo normal.

— entonces lo de tu pie— volteo a ver donde supone estaba su yeso.

— Eso es increíble — grito Oscar emocionado y se abalanzó a abrazar a Susie nuevamente quien claro lo detuvo.

Algo curioso se animó a preguntar — a esto, ¿por qué lo hiciste?

Susie suspiro y solo pudo responder ese nombre — Ramona, antes de esta farsa sucedió un milagro que te involucra y creímos poder replicarlo pero ya vez que no resultó—

— ¿y por qué no lo pediste— cuestiono Oscar

— Oscar creemos y puede que se necesite un vínculo incluso más fuerte que un compañero y como ves no soy la persona mas, tu entiendes—

— Podría intentarlo— declaró Oscar sonrojándose un poco.

Esta respuesta emocionó a Susie, ella esperaba incluso odio y desprecio pero había subestimado al muchacho, no pudo dejar de abrazarlo un momento de gusto, ya entrando en verdades decidieron sincerarse y Susie le contó los detalles de lo antes ocurrido y con toda la vergüenza del mundo admitir que ese Hurón era ella y fue idea de Alice quien tomó su lugar la maldijo y le dio esa forma y oculto el antídoto en su ropa, si la vergüenza es algo que a ella no le gusta vivir pero ya había empezado debía terminar.

Lo último fue algo realmente incómodo, tanto que hasta evitaron mirarse durante un rato.

Oscar sabía que esta podría ser una oportunidad y sacar esa culpa de su pecho — sabes no creo ser mejor que Erizo, yo también quería algo egoísta cuando estaba use esa pocion, espero no te enojes pero incluso los que te rodean lo quieren no les gusta verte triste tus cosas, se preocupan por ti por ello accedieron a dejarme pasar a tu cabaña esa noche y ... — Oscar fue interrumpido por un puñetazo en la cara que le voló un par de dientes y lo dejó fuera de sí.

— quemaré esa puerta cuando regresemos!! — aseguró furiosa Susie — en cuanto ti pequeño pervertido, amm creo necesitare otra poción —

Otra opción mas tarde y un arreglo dental mágico exprés.

— estas loca Susie eso dolió— Aun se quejaba un adolorido Oscar

— Ya deja de quejarte pequeño bebe ya mas tarde resolveremos esto algo no cuadra con este lugar— Susie sacó su varita y nuevamente tosió un poco, algo le parecía familiar.

Trato de usar su magia una y otra vez para comunicarse con los demás, se transportó junto con Oscar a diferentes lugares de la isla, incluso sobrevolaron algunas partes del campamento donde supone estarían sus compañero y nada el lugar estaba vacío, volvieron a la cabaña de Susie la cual ya estaba algo agitada no se veía bien hasta algo pálida se veía.

Con esfuerzo abrió la puerta de su cabaña, Susie temía lo peor pero no quería preocupar a Oscar, se dirigió a su espejo tratando de contactar a ramona — Vamos contesta— su llamada fue contestada pero no se distingue su voz y la imagen estaba irreconocible nuevamente una fuerte ataque de tos la dejó sin aliento.

Oscar noto su estado y rápido fue por un vaso de agua, no sabía qué le pasaba a Susie pero su condición era suficiente para tenerlo preocupado.

Nada funcionaba, nadie contestaba y su condición, sabía de antemano que estaban en el tiempo congelado, pero en qué parte de este y se sentía cada vez peor, no podía estar pasando esto.

Susie fue a su sillón y solo pudo quedarse sentada contemplando el techo de su cabaña se sentía cada vez más cansada — Oscar puedes venir a sentarte un momento tenemos que hablar —

— Oscar hace años vine al tiempo congelado me debilito me enfermo y apenas logré regresar, los inmortales no somos compatibles con este lugar, ahora no hay nadie con quien contactar para lograr salir de aquí y creo que— Susie fue interrumpida por Oscar quien comenzó a consolarla con el abrazo más maternal que no había sentido en años, Susie quería romper en lágrimas pero no quería espantar mas a Oscar.

— ¿Oscar puedo pedirte algo? le preguntó Susie con voz baja sin moverse de ese abrazo.

— ¿Qué ocupas? te traigo algo, busco ayuda—

— Oscar pase lo que pase, nunca dejes de ser tu mismo— apenas pudo completar la frase de lo cansada que estaba solo cerró los ojos y se desvaneció.

La tarjeta de San ValentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora