La tarjeta de San Valentín

Cap. 34. CAPITULO FINAL. "No existen los finales felices"

En un momento duermes plácidamente con alguna aventura, pelea o romance y cuando menos lo esperas estás cayendo directo al vacío, quieres detenerte pero sigues cayendo, tienes la sensación y te agitas sin control gritas tratando de detenerte hasta que sin mas terminas cayendo de la cama.

Al menos eso pensaron cuando sintieron una abrupta caída ambos casi reaccionando al mismo tiempo, por un lado estaba Oscar que estaba siendo sujetado por el abrazo de Erizo quien estaba rompiendo en lágrimas, con desesperación repetía su nombre tratando de despertarlo, solo aparentaba un leve rasponcito en la rodilla, de ahí en adelante este salió ileso.

Por el otro tenemos a Susie quien seguía en el suelo boca abajo con sus dos amigas a lado intentando ver que estuviera bien, Alice busco una rama que estaba cerca y comenzó a picarla con ella — ¿Betsy tu crees que esté viva? ya llevo cinco minutos picadola con la rama y no reacciona—

Betsy decidió no decir nada ante subnormal escena, volteo a ver que les había fallado y miro la red de seguridad intacta, pero no había más, volteo a ver a Alice y esta terminó señalando un colchón viejo todo rasgado que estaba al menos a unos 15 metros de donde ocurrió la caída.

La primera en reaccionar fue Susie quien con facilidad se percató de su entorno, estaban exactamente abajo de ese puente que prácticamente se estaba cayendo, comenzó a mirar qué Erizo estaba haciendo todo un drama por ese pequeño — ¿Oscar? — se veía idéntico antes de perderse en ese tiempo congelado — ¿Habrá sido otro mugre sueño? — comenzó a revisar si no tenía un golpe o una contusión en la cabeza, pero nada solo Alice que le seguía picando la espalda con una rama — Alice basta no es el momento— Expresó una gata furiosa.

No lograba explicarse, pero aun tenia su yeso y su vieja vestimenta — pero se sintió tan real— Susie pensaba y no lograba comprender, cuando se percató de una muy molesta Erizo comenzó a arremeter contra ella, entre lagrimas y odio empezó a desquitar días de frustración, despecho y cansancio.

Susie quería salir de ahí pero su magia, no funcionaba como debía, era todo tan confuso, ella se sentía aún débil, su magia no funcionaba no lograba entender qué pasaba y Alice no dejaba de picarle la espalda con un a vara.

Sin previo aviso y robando la atención de todos, Oscar comenzó a reírse histéricamente y aplaudiendo con júbilo.

La única preocupada era Erizo quien aun tenia lagrimas y mocos en su rostro.

Oscar termino de reír se limpio los ojos y con su júbilo habitual — Erizo nos descubriste, yo sabia que no podían engañarte—

Esta declaración dejo algo perpleja a Erizo — estas bien Oscar, fue rápido a intentar consolarlo pero este solo estiro la mano para detenerla—

— lastima era una sorpresa— señaló hacia los arbustos cerca del acantilado y grito — Ya pueden salir, nos descubrieron— mientras todos miraban hacia a donde señalaba Oscar solo Susie noto como chasqueaba los dedos de su otra mano, todos los escondites que tenían los alien fueron expuestos, ahí estaban ocultos los de las cámaras, los micrófonos, se volvió un caos con toda su infalible fachada descubierta, solo Susie se le quedó mirando a Oscar quien le guiño sutilmente un ojo.

— Sorpresa Erizo — se regodeo Oscar — estábamos filmando una película en secreto.

Unos cuantos aliens con esa expresión sin vida se acerca a Erizo — Felicidades tu actuación fue sublime seguro le ganas el premio al doctor Alíen — Si erizo no comprendía nada.

— Perdona Erizo era un secreto— exclamó Oscar, pero ella seguía algo desorientada así que Oscar tuvo que usar su mayor recurso a su disposición, se fue directo al piso y de rodillas abrazó la cintura de su amiga — Porfa porfa porfa, porfisss, no te enojes Erizo todo fue mi idea — Oscar comenzó a mirarla con ojos de cachorrito— hasta que Erizo se comenzó a reír y se secaba las lagrimas que aun le quedaban; si su técnica era infalible.