Small Purple Clouds (XiCheng)

Capítulo: 62. Bloodstone

Lan Xichen sintió alivio después de dar a conocer su compromiso a toda la sociedad de cultivo, habían llegado a un acuerdo con Wanyin en que "debían golpear mientras el hierro seguía caliente" por lo que aprovecharon la celebración de sus pequeños, Jiang Cheng había dejado en sus manos el anuncio, confiando en su capacidad.

Después de ese gran anuncio y con el apoyo de Huaisang, ambos demostraron su felicidad sonriéndose mutuamente, se giraron en sincronía para tomar a sus pequeños en sus brazos, pero no pudieron llegar a concretar la acción pues una gran fuerza externa sometió a todos en el salón.

En una fracción de segundos los ojos de Jiang Cheng buscaron a Jin Ling que ya se veía afectado, luego miró hacia Wei Wuxian quien estaba siendo sostenido por su esposo, miró a su lado a Lan Xichen quien con una mirada le aseguraba que todo estaría bien y juntos cayeron de rodillas con la vista hacia sus pequeños, que por suerte sus nodrizas lograron tomar asiento antes de sucumbir.

La presión era tal que apenas podían mover sus cabezas con gran esfuerzo.

A Lan Qiren le tomó mucho esfuerzo pero pudo pronunciar una advertencia —No… teman.

Todos pudieron escucharlo gracias a sus sentidos de cultivador, luego enfocaron sus ojos hacia el ser que ingresó, su poder debía ser tal para poder ingresar a Gusu Lan pasando todas las barreras de protección que rodeaban a la secta.

La luz blanca de posicionó en el centro del salón y comenzó a materializarse en una figura femenina que vestía prendas blancas con detalles negros, su larga cabellera era blanca como la nieve y llevaba la apariencia de una joven de unos veinte años, en sus brazos llevaba un batidor de cola de caballo blanco y en el centro de su frente podía visualizarse la marca de la inmortalidad brillando con una luz azul.

La mujer al percatarse del estado de todos a su alrededor se sorprendió y retrajo su poder permitiendo que todos recuperaran su movilidad— Siento mucho este imprevisto, es la primera vez en décadas que dejo la seguridad de mi montaña y vuelvo a tener contacto con otros. —su voz era dulce como la de una madre pero sonaba dentro de cada una de las cabezas, era un método de transmisión de voz por qī que muy pocos habían llegado a perfeccionar.

— ¡Inmortal Baoshan Sanren! —dijeron en unisono todos sorprendidos, haciendo una reverencia ante la mujer.

No podía ser otra más que Baoshan Sanren, esta mujer era la única inmortal que habitaba aún sobre la tierra, la única que rechazó la divinidad mientras otros inmortales ascendían a los cielos sin mirar atrás. Había muchas leyendas en torno a su figura, pero nadie realmente sabía su origen, su método de cultivo y cómo llegó a alcanzar la inmortalidad.

Baoshan miró cada rostro hasta que reconoció uno— Vaya, casi no te reconozco sin tu barba Lan Qiren, ahora si puedo ver los rasgos parecidos con Lan An, aunque ese idiota se había rapado la cabeza —negó con lástima recordando un poco el pasado.

Lan Qiren dió un paso al frente— ¿A qué se debe el placer de su visita, Gran Inmortal? —dijo con cuidado.

— No hace falta tanta formalidad, solo estaba de paso —agitó una mano— estos días he recuperado a un discípulo y me informó que la secta de Lan An y la secta de Jiang Chi habían adoptado a unos gemelos como herederos y no quise estar fuera de esta celebración.

Algunos líderes queriendo ganarse el favor de la inmortal, dieron un paso saludándola dando su identidad, a lo que la mujer solo asintió sin prestarles gran atención, mientras miraba a su alrededor algo confusa como si buscara a alguien en específico— Mi discípulo también me informó que el hijo de Cangsen, mi *shisūn estaría aquí.

Todos contuvieron el aliento al escuchar claramente la palabra shisūn, qué hubiese pasado si esta mujer de gran poder bajara de la montaña a vengar al hijo de su discípula, ahora que tuvieron una pequeña muestra de su gran poder, estaban seguros que nadie habría sobrevivido. Si no lo hizo en aquel entonces, era mejor que a partir de ahora no intentaran tentar a esa suerte, pensaban internamente los presentes.