Small Purple Clouds (XiCheng)

Capítulo: 10. Howlita

—Esa canción es... —Liu Qiuyu estuvo a punto de interrumpir, pero Ling Tanly le dio un codazo y haciéndole un gesto le indicó que guardara silencio, para no interrumpir al Primer Jade, que estaba muy concentrado tocando aquella melodía.

Cuando los niños habían quedado dormidos luego de la tonada, Lan Xichen dejó de tocar, se levantó y sintió el impulso de sellar un suave beso en cada pequeña frente, aspirando el aroma a bebé que ambos pequeños tenían y portando una linda sonrisa cuando se alejó de ellos.

Ambas mujeres sonrieron enternecidas ante el gesto, luego los acomodaron uno al lado del otro en la cuna, cubriéndolos con las mantas de color púrpura hasta sus pechos y cuidando el dejar una pequeña almohada en medio de ambos para que no llegaran a golpearse entre sus movimientos.

El líder Lan salió de la habitación con la idea de ir a la suya a cultivar y luego tomar un baño, no sin antes agradecerles el apoyo a las doncellas. Pero al girarse en una esquina captó una hilera delgada de humo que ascendía al cielo. 

Aquello pudo reconocerlo como humo que era expulsado de un *guǎn, algunos ancianos en Gusu Lan solían fumar esa pipa especial cuando disfrutaban de un momento de relajación o sólo en la hora del té.

Tomó el camino hacia el lugar de donde vio que salía el humo y encontró al Sr. Yu sentado a orilla del lago fumando y bebiendo vino, con su mirada desviada hacia los lotos que descansaban sobre el agua que reflejaba el brillo de la luna.

Cuando el hombre alzó la vista y vio a Lan Xichen sonrió, llamándolo antes de que éste se avergonzara y huyera.

—Joven Maestro Lan, venga, siéntese aquí —palmeó el lugar a su lado —. La noche está perfecta para una charla amena y un poco de vino —dijo el Sr Yu emocionado. Encontrar un compañero para ese tipo de noches era algo que no siempre pasaba.

—Yo no bebo, pero puedo hacerle compañía —Lan Xichen comentó con una sonrisa de disculpa, aunque caminó a paso lento hacia el mayor, hasta estar de pie a su lado, escuchando la carcajada divertida que surgió de sus labios como si hubiera visto algo graciosa.

—Oh, claro, lo había olvidado —llevó un sorbo más del líquido a su estómago —. Perdone a este viejo tonto, que a veces la memoria ya le falla. ¿No le gustaría comer semillas de loto?, he preparado algunas confitadas —tomó un tazón y se lo ofreció.

Y hasta ese momento, la sonrisa del líder Lan vaciló un poco, apreciando el recipiente frente a él.

Lan Xichen decidió olvidar su decoro, y tomó asiento al lado del hombre, aceptando un puñado de semillas. 

Desde que llegó al Muelle de Loto, había visto como algunos discípulos comían desde una pequeña bolsa e incluso estaba atento a esas canastas llenas de vainas siempre que los que se encargaban de cortarlas pasaban cerca de él, se le habían antojado bastante, pero le daba vergüenza pedirlo y ahora tenía la oportunidad de probarlas.

Llevó una a la boca y comenzó a masticarla, al ser confitadas estaban más crocantes, el sabor le pareció interesante, delicioso. 

— Debería pedirlas para la hora del té —pensó para sí.

Ambos se sentaron mirando las estrellas hasta que el Sr. Yu comenzó a hablar y Xichen, como buen discípulo entrenado para respetar a aquellos que merecen su respeto y admiración, sobre todo a los mayores, se dedicó a escuchar, dejando incluso por un momento esas deliciosas semillas.

—Sabes... —el Sr. Yu parecía algo conflictivo con él mismo entre seguir o callar, pero sería de muy mala educación en hacer lo segundo cuando ya había iniciado —. Eres la primera persona a parte de Jin Ling que se ha quedado por más de un día en Lotus Pier —aquello sorprendió a Lan Xichen, quien ahora comprendía hacia dónde se dirigía la plática —. Jiang Cheng es mi sobrino nieto, y como tal, me preocupa, él no tiene amigos, solo recibe visitas protocolares y ni siquiera habla con nadie fuera de todo aquello a menos de que sea sólo para dar órdenes o regañar al pequeño Jin Ling —bebió un trago del vino.