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Esta es la historia de dos líderes de sectas solitarios, cuyos caminos se cruzaran una vez más, pero de una manera que ni ellos se lo imaginaban, d...
Jiang Cheng se dedicó el resto de la tarde a revisar documentos, responderlos, sellarlos, e iba pasando otros a su tío para archivarlos.
Los pequeños no dieron mucho trabajo, despertaban para alimentarse o para ser cambiados, luego volvían a dormir. A-Hūa estaba actuando muy tranquilo, lástima que su padre se encontraba muy atareado para fijarse en ese cambio. Solo cuando el Señor Yu lo resaltó, se alarmaron y revisaron, entonces pudieron darse cuenta que su piel estaba más caliente de lo normal.
Jiang Cheng mandó a llamar con urgencia a sus sanadores, luego de revisarlo le diagnosticaron fiebre alta, la razón la seguían analizando, pero era muy probable que al ser el más pequeño de los gemelos, sus defensas se mantenían baja, por precaución aconsejaron mantener separados a los pequeños para evitar algún tipo de contagio.
Las nodrizas habían llegado, se sorprendieron al enterarse de la situación. Los sanadores hablaron con ellas, en especial con Liu Qiuyu la madre de Meiyin, pues era la que amamantaba exclusivamente a los niños, su hija ya había dejado hace tiempo de mamar, por esa razón fue elegida para dar directamente la leche al pequeño A-Hūa, pues necesitaba hidratarse constantemente.
Por su parte la señora Ling se encargaría de cuidar a A-Lían y mantenerlo alejado de su hermano, se mantendría en la habitación de las nodrizas y A-Hūa ocuparía la cuna en la habitación de su padre, así estaría al alcance de los sanadores y de Jiang Cheng.
El trabajo en la oficina fue suspendido, la preocupación del líder de Yunmeng Jiang no lo permitía concentrarse y se fue agravando con las horas, porque la fiebre del pequeño no daba tregua, por lo que en su desesperación envió una nota a Lan Xichen primero para ponerlo al tanto al ser él, el otro padre y segundo en busca de algún apoyo de su parte. Gusu Lan tenía un sistema superior en sanación tras años de investigación contenidas en su gran biblioteca, su esperanza estaba depositada en ellos.
Si lo que había soñado la noche anterior lo había afectado, no lo demostró en ningún momento del día y ahora menos se permitiría pensar en ello, su pequeño era más importante, ya se presentará el momento propicio para darle importancia. Se sentó en la mecedora de bambú que estaba al lado de la cuna, desde allí controlaba la temperatura del pequeño con ayuda de la nodriza, mientras los sanadores se habían retirado a preparar algún tipo de medicina que debería consumir la Sra Liu y a través de ella llegaría a A-Hūa por medio de la lactancia, que pueda aliviarlo.
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Lan Wangji y Lan Qiren se reunieron en la residencia del mayor y hablaron de lo que la Shun Füren había contado.
El mayor escuchó con atención a su sobrino mientras este le fue relatando todo, podía percibir el disgusto de Wangji en sus palabras.
— Puedo comprender Wangji que estés enojado, sé que he hecho mal en juzgar alguna vez tus elecciones, sigo enojado conmigo mismo por esas marcas que llevas en la espalda pero, puedo asegurarte que todo eso que me has contado, yo lo ignoraba.
