Capítulo: 50. Cinabrio

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Wei Wuxian lo miró con los ojos muy abiertos, lo que acababa de decir Lan Zhan era imposible, ¿cómo podría ser?, él estaba seguro que cuando había revisado el día anterior las bolsas, aún les faltaba sanar algunas fisuras, sí, estaban avanzando en la sanación pero no completos.

— ¿Estás seguro Lan Zhan? —su pregunta sonaba llena de dudas.

Lan Wangji frunció levemente el entrecejo — Está prohibido mentir. — Declaró algo ofendido, luego tomó aire y continúo — tampoco mentiría sobre algo importante.

Wei Wuxian suavizó su expresión y se acercó, levantó una mano y acarició el rostro de su esposo — Lo sé Lan Zhan, solo que es algo imposible.

— Compruébalos por ti mismo —dijo Hanguang-jun y le entregó ambas bolsas atrapaespíritus.

Las recibió con sumo cuidado y las palpó sintiendo la energía interior, sus ojos se humedecieron al comprobar que en verdad habían sanado. — Al fin el shidi de mi madre podrá ascender y entrar en el ciclo de reencarnación, al igual que la jovencita A-Qing. — Ambos esposos se miraron y sonrieron suavemente.

Juntos se sentaron uno al lado del otro tratando de descifrar qué fue lo que causó este gran paso, luego decidieron que deberían despertar a Song Lan para que pueda liberar ambas almas.

Mientras Wei Wuxian retiraba los talismanes y despertaba a Song Zichen, Lan Wangji convocó a su guqin Wangji.

— Song Zichen, ¿cómo se siente?

El cadáver feroz se sentó apoyando su espalda al muro de piedra de la cueva, lo miró sin ninguna expresión, luego levantó ambos hombros en señal de que no sentía ninguna diferencia.

Wei Wuxian se rió de ese gesto — Está bien, está bien, veamos...— palpó la muñeca y percibió que la energía estaba estable. —... estás mejor que ayer. Lan Zhan y yo tenemos algo que decirle, pero necesito que esté tranquilo es algo muy importante.

Song Lan asintió luego miró hacia Hanguang-jun y lo saludó con la cabeza, a lo que Lan Wangji respondió de la misma manera mientras se mantenía sentado en el suelo con Wangji sobre su regazo, iba pasando sus dedos suavemente sobre las cuerdas emitiendo algunas notas.

Tomó nuevamente las bolsas atrapaespíritus y se las pasó — Quiero que las sientas.

Song Zichen las sintió, luego sus manos comenzaron a temblar, miraba a ambos hombres que estaban frente suyo, tenía tantos deseos de llorar pero era algo imposible para él, recordó el talismán de voz, lo buscó en la pequeña bolsa de qiankun que llevaba en su cintura, cuando lo encontró lo llevó a la altura de la garganta y lo activó. — Gracias... Maestro Wei, Hanguang-jun... gracias... gracias. — decía mientras intentaba hacer reverencias.

Al verlo Wei Wuxian se apresuró y lo atajó, negando con la cabeza. — Me gustaría decir que esto fue obra mía pero no es así, la verdad no sabemos cómo ocurrió, pero así lo encontramos esta mañana, ¿no es verdad, Lan Zhan?

— Hmm... —afirmó — pero existe la posibilidad de consultar —dijo para luego rasgar las cuerdas del qin.

— Así mismo — sonrió Wei Wuxian, luego se apartó para ayudar a Song Lan a acomodarse, sacó pintura de cinabrio de su manga de qiankun y comenzó a dibujar una matriz en el centro de la cueva, luego de acabar con una, dibujó otra a su lado, cuando ambas matrices fueron terminadas, pidió las bolsas atrapaespíritus. — Song Zichen, ¿te sientes listo para hablar con Daozhang? Esta será tu última oportunidad.

— He pensado mucho durante todos estos años sobre qué le diría si llegara a tener la oportunidad. —respondió, esté o no listo, no podía echarse para atrás, nunca había sido un cobarde, solo deseaba el perdón de Xingchen.

Small Purple Clouds (XiCheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora