¿Quién se siente como el personaje secundario en su vida? Apuesto a que muchos. En esta historia Im JaeHyun se ha sentido como un personaje secundario toda su vida. Pero lo nota más cuando la vida de ella y de su hermana melliza cambian.
Todo comien...
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"Ya has comido?" "No estés todo eldía encerrada, puedes salir mamá se fue a trabajar." "Estas bien?"
Escribió Jaehyun a su hermana, pero como era de esperarse Jugyeong ni siquiera leyó los mensajes. No era una buena convinacion el estrés que Jaehyun había acumulado y tener que ir a clases.
Soltó un fuerte suspiro recargando su espalda contra el respaldo de la banca donde se encontraba sentada. Subiendo su mirada al cielo azul, mirando este sin una pizca de interés en su mirada. En estos momentos no había nada que lograra animarla un poco, su cabeza andaba en mil partes intentando resolver todo a la vez. Claramente eso no ayudaba nada.
—Aquí estás.— la voz de SeoJun la hizo voltear en su dirección, encontrándose con el chico parado a solo unos pasos de ella.
—Aquí estoy.— contestó ella acomodándose en la banca al momento que SeoJun se acercó para tomar asiento a la par de ella.
—¿Cómo estás?— preguntó en un susurro, con su mirada puesta al frente al igual que ella.
—Bien, supongo.— se alzó de hombros mirando al chico al instante que sintió su mirada sobre ella.
—¿Podemos hablar sobre ayer?— su repentina pregunta hizo que Jaehyun frunciera el ceño levemente.
—¿Hablar de qué? De lo que paso con Jugyeong, o de que te bese. Oh, también está que tu me besaste y que me viste llorando anoche. Dime, ¿de que quieres hablar?— pregunto como si se tratara de nada de sumo interés.
Aunque murió lentamente en su interior al ver como SeoJun se ponía extrañamente nervioso y sus mejillas se sonrojaban lentamente al recordar lo que había pasado el día anterior.
—Ehm... me refería a anoche.— carraspeo su garganta intentando esconder su nerviosismo, pero ya era muy tarde.
—Hubo un problema en casa. Llegué a mi límite y termine explotando.— explico de la forma más corta posible, regresando su mirada a sus pies para evitar mirar al chico.
—¿Realmente estas bien? Sabes que si me necesitas aquí estoy.— susurro aun sin poder quitar su mirada sobre ella.
—¿Qué? ¿Me abrazarías por una hora sin hacer ninguna pregunta?— soltó en un tono levemente de broma, regresando su mirada a él.
—Si.— su respuesta fue corta pero segura, y su rostro se mantuvo serio mirándola haciendo que ella alzara una ceja al escucharlo.
Pero ninguno de los dos pudo decir algo más. Los gritos de ChoRong captaron la atención del par, volteando en su dirección. El pobre chico venía corriendo casi sin aliento levantando un pequeño papel en su mano.
—Han SeoJun, Han Seojun!— grito ChoRong al subir el pequeño tramo de escaleras para llegar hasta donde su amigo se encontraba. —Dae... dae...— murmuró sin poder respirar correctamente, poniendo sus manos en sus rodillas intentando agarrar un poco de aire.