¿Quién se siente como el personaje secundario en su vida? Apuesto a que muchos. En esta historia Im JaeHyun se ha sentido como un personaje secundario toda su vida. Pero lo nota más cuando la vida de ella y de su hermana melliza cambian.
Todo comien...
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JaeHyun entro a la escuela con pesades, intentando no quedarse dormida, que gracias a que habia llegado tarde a casa el lunes, había sido castigada por su madre. Pasando todo el día de ayer limpiando el desastre que había en casa por la mudanza, y ahora que apenas era mitad de semana solo deseaba que fuera viernes para que su "castigo" terminara.
Un gran suspiro se le escapo de su boca, pero fue cortado por el golpe en su hombro. Al levantar la mira se encontró con la espalda de SooHo. Hizo una mueca inconsientemente, "¿Qué no tiene modales?" Penso algo enojada por el empujon que le había dado.
Pero parecía que era invisible que una motocicleta paso por su lado casi atropellandola.
Cerro sus ojos respirando, para evitar maldecir en voz alta frente a todos. Que no estaba para nada de buen humor. Y que tampoco era tan agradable escuchar las conversaciones de Jugyeong y sus amigas quienes iban a solo unos pasos frente a ella.
—La tierra tiene el Triángulo de las bermudas y el espacio tiene el agujero negro. Y nuestra escuela tiene dos chicos que son como puertas giratorias sin salida. Una vez que entras, nunca podrás salir. El frío y distante SooHo. Y Seo rudo y salvaje Jun. Es más difícil elegir entre ellos que algo dulce o saldo. Las dos bellezas de Saebom. Los dos reyes.— una risa burlona se escapo de los labios de Jae al escuchar a SooAh explicarle a Jugyeong sobre SooHo y SeoJun, los chicos más populares de la escuela.
—Pero que estupideces dicen.— soltó Jae pasando por un lado de las tres chicas sin siquiera voltear a mirarlas.
—Perdonen, ella siempre es así. Pero no quiere decir que no le agraden.— rodó los ojos al escuchar aquello dicho por Jugyeong. La verdad era que no estaba interesada en hacer nuevas amistades o al menos no le importaba caerle bien a los demás.
Lo único que tenia que hacer era ir a clases y mantener sus calificaciones.
Tal como todos los días fue a su salon de clases y se dejo caer en su silla, recargando su cabeza contra el pupitre. Que despertar temprano para hacer el desayuno de todos no le había dejado dormir las horas suficientes y ahora moria de sueño.
—Hola— el profesor Han entro haciendo que todos se sentaran en sus lugares y pusieran atención. Excepto Jae quien seguía recostada en su pupitre. —Bien, SeoJun finalmente ha vuelto. Es bueno verlo, ¿verdad?—
—Si!— contestaron todos los chicos.
—Demosle la bienvenida con un aplauso.— pidió el profesor por lo que todos aplaudieron mientras el chico disfrutaba de la atención. —SeoJun. Puedes sentarte junto a SooHo.— comento el profesor luego de que los aplausos terminaran.
—¿Qué?— el chico miro a su profesor como si de una broma se tratara. Y sin decir más camino por el lado contrario al que le habían indicado y golpeo el pupitre de Jae con su pie. —Eh, tú. Muévete.— ordeno.