Le digo a mi hermana que no quiero ir a la escuela porque me siento mal, pero no me cree ni una sola palabra porque evidentemente estoy mintiendo. En realidad no quiero ir por la vergüenza y la humillación tan grande que me hizo pasar Brianda delante de todo el salón, además de que no tengo cara para ver a Alex. Saudy me lleva hasta la entrada de la escuela, así que no me queda de otra más que entrar.
No hay nadie en el aula, lo cual me hace sentir más relajada porque no quiero estar soportando las burlas de mis compañeros. Dejo mi mochila en el salón para después salir e ir a comprar un agua a la tienda, pero en el momento que voy saliendo, miro a Alex que va llegando, va directo al salón. Me voy corriendo antes de que me vea.
En la tienda me encuentro con Nidia que también está comprando un agua y unos dulces.
—Cecy —sonríe—, ¿cómo estás?
—Mal.
—¿Sigues mal por lo que pasó ayer con Brianda?
Asiento —No quería venir por las burlas que sé que me harán los del salón, a parte de que no puedo ver a Alex, pero mi hermana me obligó.
—Ay, Cecy, ya te dije que dejes de prestarle tanta importancia a esa niña que lo único que quiere es hacerte sentir mal.
—Pues lo está logrando poraje me siento pésimo, eh.
Compro el agua y me voy con Nidia al salón de clases, donde ya están varios compañeros, entre ellos Alex.
—Hola, novia de Alexis —me dice un niño.
Ignoro sus palabras y voy a mi mesa banco. Trato de no hacer contacto visual con Alex y creo que él hace exactamente lo mismo conmigo. Algunos se burlan de nosotros, nos hacen esa típica burla de “ea, ea” y nos gritan que somos novios, que nos besamos, etc. De verdad es tan molesto e incómodo porque si de por si ya todo es incómodo entre nosotros, ellos lo vuelven aún más.
Brianda y Daniela entran al salón. Brianda me sonríe cínicamente.
—Hola, Cecy la artista —dice riendo.
—Déjame en paz, Brianda —digo seria.
Busca en su mochila y saca mi dibijo —¡Miren otra vez el dibujo de Cecy a Alexis! —dice riendo mientras se lo muestra a todos, quien se ríen y continúan con sus burlas hacia Alex y a mí—. Qué ridícula eres, Cecy, pensando que alguien te hará caso solo porque le hacen un tonto dibujo —sigue riendo.
Alex se levanta y le arrebanta el dibujo a Brianda —¡No quiero que en tu vida me vuelvas a hablar, Brianda! —dice enojado.
—Pues ni quien quiera hablarle a un feo, gordo y cabeza de astronauta como tú —me mira—. Con razón te gusta, son igual de feos y tontos.
—Piensa lo que te dé la gana.
En eso entra el profesor, quien calla a todos y les dice que se sienten en sus lugares porque la clase ya comenzará.
Esta vez Alex y yo no hablamos como solíamos hacerlo, cosa que me hacía sentir muy mal.
Cuado toca el timbre para salir a recreo, todos los niños salen, pero Alex, Nidia y yo nos quedamos al final. Yo busco mi dinero mientras Nidia me espera y Alex solo está sentado en su lugar. Estoy a punto de irme, pero me habla.
—¿Puedo hablar contigo?
Volteo a verlo, pero no a los ojos.
—Te espero allá en la tienda. —me dice Nidia para luego irse.
—¿D-de qué q-quiere hablar? —pregunto muy nerviosa.
—Solo quiero hablar contigo como siempre.
—Es que yo tengo que ir a comer. —digo sin verlo.
—¿Comemos juntos?
Levanto mi mirada y lo veo con algo de sorpresa y extraño por su propuesta—Es que... estaré con Nidia.
—Bueno —se levanta para buscar algo en su mochila, saca el dibujo que le quitó a Brianda—. Te quedó muy bonito —me lo da.
—Gr-gracias —digo aún sin hacer contacto visual.
—Yo sé que te sientes incomoda al hablar conmigo, pero yo no quiero dejar de ser tu amigo.
—Yo pensaba q-que tú ya no querías ser mi amigo.
—¿Y por qué no? Si nosotros nos llevamos bien antes de todo esto.
—S-sí, pero ahora siento mucha vergüenza contigo.
—¿Y por qué?
—Todos te molestan por mi culpa y cr-creen que eres mi novio o algo así.
—Que crean lo que quieran —rueda los ojos—, la neta no me importa. ¿Cómo te sientes tú?
—Mal, me siento mal. Estoy triste por esto, siento vergüenza contigo y con todo el salón. O sea, aunque tú ya lo supieras, igual se siente extraño que hayas visto esto —le enseño el dibujo.
—¿Supiera qué?
—Pues... esto...
—¿Esto qué?
—¡Ay! No me hagas decirlo, por favor —digo avergonzada.
—Si te refieres a lo que me dijo Daniela hace ya un tiempo, la verdad yo no le creí nada. Tus “amigas” —hace comillas en el aire—, siempre me dijeron cosas sobre ti no muy amistosas, por eso yo no le creí cuando me dijo eso porque pensé que era otra cosa para molestarte.
Que hablen mal de mí ya no me sorprende ni en lo más mínimo.
—Pero supongo que sí era verdad, ¿cierto?
No contesto a eso, solo trato de no verlo a los ojos.
—Pero no importa, Cecy, eso no es problema para seguir siendo amigos.
—¿No te molesta que te molesten por mí culpa?
Niega con la cabeza
—Aún así creo que no me siento del todo cómoda contigo cuando ya sabes esto sobre mí.
—Pero es que no quiero que dejes de hablarme ni que dejes de... —por alguna razón calla lo que iba a decir.
—¿Qué deje de qué? —pregunto con confusión.
—De, de, de ser mi amiga, no quiero que dejes de ser mi amiga, ni que dejes de hablarme.
—Ese es el problema, Alex, yo no puedo ser tu amiga. Lo que yo quiero ser es imposible porque yo no te gusto.
—¿Y cómo sabes que no?
—Porque la ves que Daniela te dijo eso lo escuché de ti y luego Brianda me dijo todo lo que le dijiste sobre mí.
—De ti no lo he dicho nada a ella —frunce el ceño—. ¿Qué te dijo?
—Que piensas muchas cosas feas de mí, que soy fea, que soy muy burra, sangrona y no sé que otras cosas.
—¡Eso es mentira! La única vez que he dicho que eres sangrona fue cuando te lo dije a ti. Lo otro jamás lo he dicho.
—Pero yo sé que lo piensas.
—¿Y cómo por qué estás tan segura de eso?
—P-porque todos lo piensan.
—Pero yo no.
—No te creo nada.
—Es muy triste que quieras terminar una amistad conmigo, por algo que yo jamás dije.
—No es solo eso, es lo que siento por ti.
—¿Y qué sientes por mí?
—Me gustas.
Cuando me doy cuenta de lo que he dicho, muy avergonzada bajo mi mirada y salgo corriendo, así sin decir nada.
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Mi Primer Amor©✔ Libro 1
Teen FictionCecy Cordero es una niña con muchos problemas en casa y personales, sufre de bullying y tiene una autoestima muy baja. De repente conoce a Alex, el niño del que vive enamorada. Alex le hará ver a Cecy lo hermosa que es y que sí vale la pena vivir.