El profesor nos dice que haremos una obra de teatro, por lo que nos pone en equipos. En mi equipo están Daniela, Yulisa, Enrique, Emmanuel y yo. Daniela no vino.
—La obra que haremos se trata de una niña que se roba una paleta y luego es llevada a la corte —explica Yulisa—. Los personajes son: La niña, la paleta, el vendedor, el juez y la mamá de la niña—. ¿Cuál papel quiere cada quien?
—Yo quiero ser el vendedor —dice Emmanuel.
—Yo el juez —dice Enrique.
—Yo pido ser la niña —dice Yulisa—. Entonces solo queda la paleta y la mamá —me mira—. ¿Tú cual quieres, Cecy?
Reviso el libro para ver los diálogos de la paleta y la mamá. La mamá habla mucho, en cambio la paleta solo dice unas cuantas palabras. A mí me gusta todo lo que tenga que ver con libros, historias, obras teatros, actuación, películas, cine etcétera.
—Quiero ser la mamá —respondo.
—Bien, entonces a Daniela, por no venir, le toca ser la paleta. Hay que ensayar.
Todo el rato de clases nos la pasamos ensayando nuestros diálogos, hasta que salimos a recreo.
Saber que voy a participar en una obra de teatro de la escuela y que, además, tendré una participación importante, me pone muy feliz, tanto que salgo del salón para ir a comer algo. Me compro unos burritos de huevo y me voy a sentar a una banca.
—Hola Cecy —me dice Nidia, una niña de mi salón—. ¿Quieres de mi torta? —me ofrece mientras se sienta conmigo.
Nidia solía ser muy amiga mía en tercero, hasta que conocí a Brianda y luego a Daniela. Nidia se juntó por un tiempo con nosotras, pero se alejó porque como que no le caían muy bien. No sé por qué yo me quedé con ellas y no me fui con Nidia.
—No, Nidia, gracias. ¿Tú quieres burritos? —le ofrezco.
—No, gracias. Oye, ¿y cómo les fue en el ensayo de la obra de teatro?
—¡Excelente! —digo con alegría—. Voy a ser la mamá de una niña que es acusada de robar una paleta. Tengo diálogos largos e importantes.
—Qué bueno, Cecy. Nosotros haremos la de Cenicienta. Yo seré el hada madrina, pero no me gusta hablar mucho en público.
—A mí tampoco, pero sí me gusta la idea de estar en una obra de teatro y darle vida a un personaje.
Se empieza a reír —¿Por qué te gusta eso?
—Porque el arte es maravilloso, Nidia.
—A mí me gusta el arte —dice una voz detrás de mí; es Alex—, pero en música.
Sonrío al escucharlo.
—Yo iré a otro lado —Nidia se levanta y recoge sus cosas—. Bye Cecy.
—Bye Nidia —le sonrío.
Alex se sienta justo en donde estana Nidia —Qué alegría me da que estés comiendo, Cecy.
—Es que estoy feliz por lo de la obra de teatro —digo sonriendo.
—Hace rato que no te miraba sonreír, Cecy.
Me pongo nerviosa y agacho la cabeza —Es que me emociona todo lo que tenga que ver con arte.
Sonríe —Lo sé y lo entiendo. ¿Qué personaje tienes?
—Soy la mamá de una niña que se roba una paleta.
—¿Una paleta? —frunce las cejas.
—Sí. Está raro, pero así es la obra. El punto es que soy un personaje que habla mucho en la obra.
—¿No te pone nerviosa hablar en público?
—Un poco, pero es parte es actuar, ¿no?
—Pues sí —asiente.
—¿Y tú qué eres?
—Soy un policía que va a investigar una casa embrujada.
—¿Y estás feliz?
—No como tú, pero un poco —se ríe.
Quito mi sonrisa —¿Exagero mucho o qué?
—Para nada, Cecy —sonríe y luego mira mi cabello—. ¿Y tu moño?
De mi bolsita café con flores saco un rosa con brillos —Me lo quité para actuar como una mamá.
Se ríe y lo agarra —Te ves bonita con él —me lo pone—. No te lo quites, Cecy.
Mi mano está sobre el asiento de la banca, la de él también, pero poco a poco la mueve hacia la mía, hasta que sus dedos tocan mi mano.
—¡¡ALEX!!
Retira su mano al escuchar que lo llaman sus amigos.
—¿Qué pasa? —los mira.
—¿Vas a jugar? —le pregunta Marco.
—No tengo ganas.
—¿Por qué últimamente ya no quieres jugar?
—No lo sé, pero no quiero.
Hace mala cara —Como digas pues —se va con otros dos niños.
—¿Por qué ya no quieres jugar? —le pregunto.
—Ya te dije, se me fue la inspiración —se levanta—. ¿Quieres un helado?
—Sí, pero ya no tengo dinero.
—Yo te lo compro —estira su mano para que la tome y me levante. Lo hago, pero al hacerlo quedo muy cerca de él. Me mira a los ojos y me sonríe—. Eres más bonita de cerca.
Avergonzada me alejo de él.
—¿Vamos por el helado entonces?
Asiento y le sonrío. Caminamos a donde están los helados.
—¿De qué lo vas a querer? —me pregunta.
—De chocolate.
Alex le dice al vendedor que le dé uno de chocolate y otro de vainilla. Cuando se los da me da a mí el de chocolate, le paga al señor y nos vamos, caminando por la escuela.
—¿Esta rico? —me pregunta.
—Sí. Gracias por comprarmelo —digo comiéndolo.
—De nada.
—Oye, Alex, ¿te puedo hacer una pregunta?
—La que quieras.
—¿Por qué comenzaste a hablarme? ¿No te caía mal?
—Me caías mal cuando pensaba que eras sangrona, pero me doy cuenta que no.
—Que bueno, Alex, porque a mí tampoco me caes mal.
—Es bueno saber que no —nos sonreímos—. ¿Vamos al salón?
—Claro —seguimos caminando juntos.
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Mi Primer Amor©✔ Libro 1
Teen FictionCecy Cordero es una niña con muchos problemas en casa y personales, sufre de bullying y tiene una autoestima muy baja. De repente conoce a Alex, el niño del que vive enamorada. Alex le hará ver a Cecy lo hermosa que es y que sí vale la pena vivir.